Escribe: Sergio Vaudagnotto (De nuestra Redacción)
La escritora, profesora y filósofa francesa Simone de Beauvoir nos dejó una obra magnífica, con novelas inolvidables, biografías y ensayos estupendos. Pero también pensamientos que fuimos razonando nosotros mismos, para llegar a comprender a lo largo del tiempo. “No nos engañemos, el poder no tolera más que las informaciones que le son útiles. Y niega el derecho de información a los periódicos que revelan sus miserias”, dijo alguna vez la entrañable mujer, que fue pareja nada menos que de Juan Paul Sarte y que se nos fue de la vida en 1986.
A partir de esas palabras añejas, transatlánticas, podemos entender con facilidad lo que está sucediendo actualmente acá a la vuelta, en la esquina de 25 de Mayo y Tucumán, sede de la Liga Villamariense de Fútbol. Y no nos referimos a la cuestión solamente porque su presidente Manteca haya prohibido ayer la entrada a Plaza Ocampo a Juan Manuel Gorno, de la sección Deportes de EL DIARIO, quien era el primer periodista en la lista de acreditados de este medio para cubrir los partidos finales del Torneo Clausura entre Universitario y Rivadavia. Reitero, no nos sentamos a escribir dolidos por ello, más allá de que es la primera vez que ocurre semejante acto de censura a nuestro medio en sus más de 33 años de historia -no solamente de parte de la entidad madre del fútbol local, sino de cuanta institución gubernamental, educativa, empresaria, gremial, política, cultural, deportiva… se quiera tomar en cuenta. Lo hacemos realmente preocupados y con el mismo énfasis que pusimos al expresar nuestra solidaridad con el colega Alberto Arce, quien junto a su familia tuvo que sufrir actos condenables, también inusuales en la historia de nuestro fútbol… Escribimos con la sangre caliente también porque ayer hizo que le cobraran la entrada al maestro y decano de la prensa Horacio Jesús Marco desconociendo su trayectoria; caliente por los pibes del Sub-15, que hasta el último día no supieron si podrían viajar para representar a Córdoba en el Nacional, haciendo uso del derecho que se habían ganado en la cancha; sangre caliente por las sanciones a jugadores que se atreven a señalar cosas que se están haciendo mal; por los audios privados que circulan en WhatsApp enviados por técnicos y dirigentes que temen hablar en público por temor a las mismas represalias…
Lo que preocupa no es, entonces, solamente la relación entre la Liga y los medios. Sí preocupa que el rol dirigencial sea asumido con soberbia, cuando hubo en la Liga Villamariense de Fútbol sobrados ejemplos, con don Braulio Vicente a la cabeza, de cómo conducir con todos y para todos. Eran tiempos en los que, por citar tan solo un dato, River y Boca se abrían un lugar en el calendario para venir hasta Villa María a jugar contra combinados integrados por jugadores de nuestros equipos.
Dicho esto, reiteramos nuestro compromiso de seguir reflejando día a día los logros y las necesidades de todos y cada uno de los clubes de la ciudad, de Villa Nueva y de la región, a los que entendemos como espacios de contención y de formación de los niños y los jóvenes, en primer lugar.
Eso sí, no vamos a dejar pasar las bravuconadas agachando la cabeza. Intentar imponer el poder por la fuerza, no es otra cosa que un signo de debilidad. Como diría otro filósofo, en este caso de nuestro fútbol, Héctor “Bambino” Veira: “Es una manteca, nene”.
