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Anunciaron el cierre de la planta láctea para el 31 de diciembre

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Anunciaron el cierre de la planta láctea para el 31 de diciembre
Cagnasso criticó cómo se gestan de manera intencional las quiebras de las empresas y acaban con tantas fuentes de empleo

Los propietarios avisaron el cese de la actividad de la firma. Desde Atilra aseguran que se trata de una “mala administración”

Cagnasso criticó cómo se gestan de manera intencional las quiebras de las empresas y acaban con tantas fuentes de empleo

Diciembre no da tregua. “Hace un par de semanas los propietarios le anunciaron al personal que cierran la planta”, confirmó Silvio Cagnasso, titular de la Seccional Atilra Pozo del Molle.

Se trata de la firma Ganave, de la familia Gennaro, la planta ubicada a la altura de Ramón J. Cárcano, entre la vieja ruta nacional 9 y la autopista Córdoba-Rosario, donde a 13 trabajadores “se los quiere dejar sin nada”, dijo el dirigente gremial de la Asociación Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra).

Tanto Cagnasso como otras fuentes consultadas por un cronista de EL DIARIO, arriesgaron que “desde que falleció el dueño (Hugo, hace unos cinco años), la empresa Ganave no tuvo una buena administración”. El dirigente cuestionó que “siempre el hilo se corta por lo más delgado y los trabajadores quedan en la calle”, pero también sostuvo que “son cierres que se gestionan”. “La lechería tiene altibajos y se padecen, pero manejando así una empresa…”, expresó para apuntar que la firma cuenta con producción propia de materia prima, alrededor de 18 mil litros, más otros 10 mil que recibían de productores, pero hace algunos meses los dueños tomaron la decisión de vender a otra firma parte de esa producción. El resultado es que de trabajar 28 mil litros, pasaron a procesar 10 mil con la misma cantidad de empleados, lo que lleva a esto”, dijo sobre el desenlace. La usina se dedica a la producción de quesos blandos, semiduros y duros.

Además, esa gestión de la empresa arrastró deudas millonarias con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), a la obra social de Atilra y el acumulado en los aportes jubilatorios correspondientes. Frente a ese panorama y sumando la derivación de miles de litros a otra usina láctea, Cagnasso asegura que “estos cierres de plantas se gestionan”, “después se les permite la quiebra y los empresarios no cumplen”. En ese sentido, vale decir que a los empleados la patronal ofreció apenas el 30% de la indemnización que les corresponde, a pagar en un año (o sea en cuotas). El personal es de Ballesteros y de Villa María.

“Estamos tomando las medidas necesarias y hasta tenemos en cuenta que como el predio es alquilado, podría aparecer un interesado empresario del rubro, como lo hubo en oportunidades anteriores, para sostener las fuentes de trabajo, pero que no llegó a concretarse”, explicó Cagnasso. Sin embargo, en este marco de final de año y en vísperas de comenzar un año nuevo, dijo que “esa es la esperanza”.