En los últimos meses del año emergieron nuevos espacios gastronómicos, pero con una fuerte faceta artística y cultural.
Liverpool (en avenida Rawson y bulevar España) apostó por ciclos electrónicos, de “cachengue” y de rock (de hecho, se convirtió en un templo de heavy metal local); Madre Selva (en Porfirio Seppey 655) abonó terreno para ciclos folclóricos, de rock y ritmos mestizos; Taurus (sobre bulevar Vélez Sarsfield) convocó a músicos y artistas teatrales a sus veladas y, por último, Vittelo Bar (sobre calle San Juan) ofreció shows con músicos como Edu Schmidt.
De esta manera se suman a los consolidados Escena, en calle Estados Unidos, y Polaroid, sobre calle Mendoza, que semanas atrás cambió de manos a Jairo Emil Reboyras.