Es uno de los corredores más importantes del país y, por la falta de mantención, con el tiempo ha adquirido un estado deplorable en esta zona de la provincia
Gentileza Ariel Díaz
PROTAGONISTAS POZO DEL MOLLE
La ruta 158 es quizás el corredor bioceánico mas importante que tiene nuestro país o, por lo menos, uno de los más transitados diariamente, pero su estado se está volviendo deplorable con el tiempo.
Tras ser construida en el año 1978 y casi sin tener mantención desde aquella época, hoy se está volviendo intransitable en diferentes sectores, como, por ejemplo, en el tramo comprendido entre las ciudades de Villa María y Las Varillas. ¿Qué se espera para darle una solución?
Sin dudas, el tiempo ha pasado y desde aquel 1978, cuando muchos de nosotros íbamos a la escuela primaria y jugábamos sobre las enormes montañas que se formaron con el paso de la ruta por el centro del poblado de Pozo del Molle, todo quedo como en el ayer.
Con el paso del tiempo, la ruta nacional 158 se transformó, ante la llegada del Mercosur, en el corredor bioceánico mas importante de esta región y por qué no del país. Pero la desidia de los gobernantes de turno han dejado en la nada a una de las rutas más transitadas de nuestra región.
Por ella circulan tremendos camiones con cargas pesadas, colectivos y demás, los que fueron deteriorando la consistencia de una ruta muy bien fabricada a fines de la década del 70’. Pero claro está que, sin controles y sin ningún tipo de reparaciones, la misma fue transformándose en una gran emboscada para las llantas de los vehículos que a diario la transitan, debido a los pozos que se fueron formando a lo largo de su extensión.
Además, las inundaciones registradas entre 2013 y 2016 han provocado que la base se haya quedado prácticamente sin piso.
El tramo entre La Playosa y Pozo del Molle se convirtió realmente en un camino sinuoso, que reviste diferentes peligros. Días atrás, a un camión de Paraguay se le partió el chasis por la mitad.
Frente a la Rural de Pío Pérez es donde quizás el panorama se presenta más complicado, porque además de las lomas fuertemente pronunciadas están los pozos donde varios vehículos han sufrido múltiples daños en sus llantas.
Una ruta olvidada
En fin, todos deseamos lo mejor para esta ruta, pero desde hace varias décadas los gobiernos, ya sean provinciales o nacionales, no han notado que necesita un arreglo.
En principio, pasando la estación de servicio pegada al desvío hacia la localidad de Los Zorros, aparentemente se está construyendo lo que sería un obrador para la reparación de esta ruta histórica. Por ahora todo va muy lento, pero se han escuchado diferentes comentarios extraoficiales al respecto; es decir que nada nos asegura que las obras de reparación vayan a realizarse.
Cerca de Arroyo Algodón, los pozos no se ven durante los días de lluvia y podrían generar accidentes que recordaríamos toda la vida.
En algunos tramos la única solución, para lograr un buen trabajo, es hacer la ruta completamente nueva. En otros, rascando el pavimento y colocando una nueva capa puede dar resultados, pero para ello hay que tener muy en cuenta el alto nivel de tránsito que se desplaza por esta ruta (se habla de más de 700 camiones por día).
Viajar a la ciudad de Villa Maria es una constante y cada día se nota la difícil situación que tienen que soportar los viajeros que pasan por la 158, sin contar lo que sucede entre Saturnino María Laspiur y San Francisco, una zona verdaderamente intransitable, que representa un peligro constante para quienes tienen que manejarse por ese lugar.
Sin lugar a dudas, la ruta nacional 158 está a punto de estallar si no se toman las medidas necesarias. Nadie escuchó absolutamente nada sobre presupuestos de obra en este sector y día a día se hace inviable poder viajar por estos lugares.
Es una pena que durante tantos años se haya echado al olvido y que nadie haya reclamado nada, porque se trata de un eje de distribución que le da vida a todos los pueblos, desde San Francisco a Rio Cuarto, y esto de olvidarla, de no tenerla en cuenta, habla por sí solo de la desidia de los gobiernos de turno, que solamente se han enriquecido ellos, mientras que el pueblo Argentino ha quedado en el olvido.
Los tiempos indican que de inmediato se deben tomar soluciones, porque seguramente será mucho más difícil tener que cortar la ruta por roturas, ya que muchos dependen de ese viaje a Villa Maria para poder subsistir.
Ha llegado el momento en que hasta los mismos habitantes que estamos desarrollando nuestras vidas a la vera de la ruta 158 debemos tomar cartas en el asunto, para que se pueda solucionar lo antes posible. Hay que tomar algún tipo de medida, porque si nadie dice nada a los gobiernos poco les importa la vida de sus pueblos.
Mas allá de todo lo que significa la ruta, también es el arte de tener trabajo para miles de personas que, por ejemplo, son viajantes que viven el día a día en trabajos de la vecina ciudad.
El tiempo se agota y cuando no haya más ruta, no digan que no les hemos avisado o que nunca hemos dicho nada por esta realidad que nos toca vivir.
Seguiremos hablando de este corredor tan importante para la vida de mucha gente, siendo el sostén de varias familias que han desarrollado sus vidas por estos lugares del territorio argentino.
Para ello se deben tomar decisiones de manera urgente, bien planificadas y con una meta: que la 158 quede como estaba en aquel lejano 1978. La ruta forma parte de nuestras vida y, si no se hace algo, pronto va a estallar.