La concejala Karina Bruno pidió ayer por nota al intendente Martín Gill que no realice el show de fuegos artificiales tal como se efectuó años anteriores, aunque el espectáculo todavía no fue confirmado oficialmente.
En la misiva, la edil del PRO subrayó “lo nocivo que resultan los estruendos de los fuegos artificiales para uno de los sectores más débiles de la sociedad que son los niños, ancianos y quienes padecen enfermedades como el autismo; sin dejar de remarcar lo desfavorable que les resulta a los que llamamos “sin voz”, los animales, fundamentalmente nuestros queridos perros, mascotas que son parte de nuestra familia y nuestros callejeritos que no tienen hogar y que disparan de un lado a otro cuando escuchan semejantes explosiones”.
Admitió que “estos tipos de espectáculos son bien recibidos por parte de la población, que además los ha incorporado como una tradición y disfruta de su realización, esperando con ansias cada fin de año para tal evento”, pero advirtió que “también es importante que el Estado actúe ante la situación de un daño para parte de sus habitantes”.
En este marco, la referente del PRO estimó que “sería indispensable conjugar ambos derechos: el de no sentirse agredido y el de poder disfrutar de un espectáculo al aire libre” y sostuvo que “quienes tienen a su cargo el ejercicio de la función pública tiene la obligación de conciliar ambas posiciones, pero fundamentalmente proteger a los sectores más vulnerables”.
Así apuntó que “existen numerosas y variadas alternativas de realización de espectáculos al aire libre de masividad que no requieren del uso de artefactos de estruendo, limitándose a los lumínicos”.