Lucía Gigena, mamá de Damián Deheza y referente de la campaña de sensibilización vial, dijo que nadie del Gobierno siquiera les avisó lo que iban a hacer. Y aseguró que desde la asunción de Gill son ignoradas
La referente de Estrellas Amarillas en Villa María, Lucía Gigena, reveló que la Municipalidad quitó la placa de la Fundación Laura Cristina Ambrosio Battistel (a través de la cual surgió la campaña de concientización vial) y borró la estrella que se encontraba en el sector del Teatrino, en el predio ferrourbanístico de la ciudad.
La militante local por la sensibilización en el tema tránsito se mostró muy dolida con el Gobierno por esta decisión, más aún porque “nunca” le avisaron de esta medida. Y dijo que fue el corolario de una indiferencia estatal que se produjo desde la asunción de Martín Gill.
“Poco después de que asumió, pedí una audiencia con el intendente, me recibió y no tengo nada para decir de él. Me aseguró que íbamos a trabajar juntos. Cuando me ve en algún lugar siempre me da un beso y me abraza, no tengo nada contra él, pero no sé si sabe quiénes están a su lado”, expresó.
Gigena hizo foco en José Luis Bernabé, del área de Tránsito de la comuna. “El primer día que me llamó me dijo que nos iban a dar unas gorras amarillas para que repartiéramos folletos en los semáforos. No dije nada, pero siempre me pareció que no les interesábamos en nada”, declaró.
La entrevistada sostuvo que en estos dos años de mandato de Gill, la Fundación no tuvo ningún apoyo. Ni siquiera desde lo simbólico. “Nos dijeron que íbamos a ser parte del Congreso de Educación Vial que se realizó en el Teatro Verdi. Estuvimos allí, pero sin ninguna participación”, contó.
También recordó que durante el Festival de Peñas pasado “fue humillante el estado en el que tuvimos que trabajar, sin gazebo, en la calle”. Por eso no están en esta nueva edición de las peñas, que arrancó anteanoche.
Pero lo más doloroso para las integrantes de la campaña fue lo que sucedió en el Teatrino.
“El año pasado borraron la estrella grande. Me llamaron desde el área de Cultura para explicarme que necesitaban borrarla. Lo acepté, al menos me avisaron. Entonces luego fuimos e hicimos una chiquita en un rincón. Era la estrella general”, describió, en referencia a que no llevaba el nombre de ninguna víctima en hechos de tránsito, como se acostumbra, sino que era emblemática de la causa.
“Ahora nos borraron la estrella chiquita. Es una falta de respeto enorme”, subrayó y añadió que también quitaron la placa que lleva el nombre de la fundación presidida por Julio Ambrosio que generó la cruzada a nivel nacional.
Todos estos símbolos “significaban la vida de muchos villamarienses”, resaltó.
“Somos parte de una institución. Jamás molestamos al municipio en nada, ni siquiera les pedimos un tarro de pintura. Sí debo decir que desde otra área que no es la de Tránsito nos pagaron los pasajes para la reunión anual de Estrellas Amarillas en San Luis, por gestiones del concejal (Carlos) De Falco”, apuntó.
“Hasta ahora me callé por miedo a que se enojen, pero lo de la placa, que era un mármol que una mamá hizo tallar, y lo de las estrellas borradas, fue el límite. Estoy segura que ahora cuando llame para pedir acompañamiento de los agentes de Tránsito para poder pintar una estrella no me lo van a dar, pero hasta acá llegué”, señaló.
Destacó que desde la Asociación siempre dieron “muchísimo tiempo” a esta labor de sensibilización y que el trabajo “fue a pulmón”.
“Somos mamás con dolor. Las muertes nos duelen. Hay que tratar de que no se tengan que pintar más estrellas, pero sigue habiendo muchas muertes en las calles y rutas”, manifestó.
Tras considerar que “en estos dos años fue imposible trabajar” con el Gobierno villamariense, criticó también la política vial. “Tienen militarizada la costanera y la gente se mata en los bulevares en moto”, afirmó.
Aclaró que “gran parte de esta situación pasa por la responsabilidad individual de cuidar a uno y a terceros, pero el Estado no puede estar ausente”.
Finalmente valoró el respaldo “de siempre” del edil Carlos De Falco, quien en la gestión anterior fue el secretario de Prevención Comunitaria. “Estuvo siempre a nuestro lado y nos sigue ayudando, sin pedir nada a cambio. Jamás nos pidió el voto. Otros nos llaman cuando necesitan que vayamos a hacer número a un evento o a un acto que les conviene, pero no levantan el tubo para avisarnos que van a borrar la estrella general”, declaró.