En el Vidal Abal de Oliva se implementó un método fundamental para ayudar a los pacientes y, de paso, sacar a los perros de la situación de abandono. Para eso trabajó uno de los mejores adiestradores del país
Un taller con perros callejeros revolucionó y le dio buenos resultados al mayor establecimiento para personas con padecimientos mentales de Córdoba, el Hospital Emilio Vidal Abal, de Oliva.
El método es el primero desde que se fundó el edificio, en 1914, por lo que no deja de ser una de las grandes novedades para el lugar, según anunció en los últimos días el diario La Voz.
Aldo Cecchi, el especialista en adiestramiento, está a cargo del proyecto y sostuvo que los primeros resultados son notorios, al tiempo que la directora del hospital, Sandra Baggini, afirma que el trabajo es de reinserción y recuperación.
“El trabajo dignifica y necesitamos que los pacientes con enfermedades mentales puedan obtener un empleo y sean reconocidos en la comunidad para poder lograr su propia autoestima para la reinserción”, remarcó.
Baggini ratificó además que el proyecto canino surgió a “partir de dos necesidades”: la de hacer algo con los perros abandonados en el predio y, a la vez, ofrecer una posibilidad de terapia y trabajo a los pacientes.
Desde hace un largo tiempo los perros abandonados comenzaron a circular por el hospital y muchos internos prefirieron adoptarlos o darles de comer. Se estimaba, incluso, que cerca de 80 canes ya se encontraban dentro del establecimiento, algunos prácticamente con “dueño” definido.
En casi las 100 hectáreas del lugar, los perros están cómodos, aunque las autoridades necesitaban impulsar algo productivo, antes de “sacarse de encima” a los animales.
El llamado a Cecchi fue fundamental.
El adiestrador, uno de los más prestigiosos del país, se especializa en moldear el comportamiento de los perros o instruirlos para tareas de rescate o búsqueda de personas, para acompañamiento de individuos que padecen distintas enfermedades y para otras tareas.
Desde hace semanas, junto a Pablo Morello -un instructor que se formó con él- Cecchi comenzó un nuevo desafío que vincula dos necesidades en la colonia de Oliva: capacitar a los internos en un oficio que pueda servirles una vez que se les dé el alta, y buscarles un destino a los perros que se abandonan en el lugar.
Con el programa Delta, creado por Cecchi, se puso en marcha este proceso de instrucción y conversión que contempla también la realización de caniles para ordenar el crecimiento de la población de perros.
Cecchi contó que llegó a Oliva a través de la jueza Lorena Calderón, quien le pidió una solución sobre qué hacer con los perros sueltos y abandonados en la zona.
Junto al adiestrador también trabaja Pablo Morello, que vive en Villa María y viaja una vez por semana a Oliva para el dictado del taller.
“Llevamos seis semanas y estamos trabajando muy bien; el avance de los perros y de los pacientes es notable”, asegura Morello.