El tipo de personalidad puede estar vinculado con un mayor riesgo de ser mordido por un perro y es más probable que las personas con una disposición más ansiosa reciban un mordisco, sugiere una investigación británica
El número real de mordeduras de perro puede ser casi tres veces mayor de lo que indican los registros hospitalarios, según muestran los hallazgos. Hay 8,5 millones de perros en Reino Unido y más de 6.500 personas requieren tratamiento hospitalario por lesiones de mordedura de perro cada año en Inglaterra; pero los registros hospitalarios no diferencian entre mordeduras y otras lesiones provocadas por un perro.
Para tratar de obtener cifras más precisas y actualizadas, los investigadores entrevistaron a 694 personas en 385 hogares en una ciudad semirrural en una región del norte de Inglaterra (Cheshire West). Querían saber cuántas personas habían sido mordidas por un perro, si las mordeduras necesitaban tratamiento y si las víctimas conocían al perro que los había mordido. A los participantes también se les preguntó si ellos mismos tenían perro.
Los investigadores también evaluaron la estabilidad emocional utilizando el Inventario de Diez Elementos de la Personalidad (TIPI, por sus siglas en inglés), que mide aspectos de la personalidad, incluida la estabilidad emocional y el neuroticismo, para ver si ciertos rasgos podrían influir en el riesgo de ser mordido.
Uno de cada cuatro encuestados dijo que había sido mordido, con los hombres con casi el doble de probabilidades de haber sido mordidos que las mujeres. Las personas que poseían varios perros registraban más del triple de probabilidades de haber sido mordidas que las que no tenían perros, y más de la mitad (algo menos del 55%) de los encuestados dijeron que habían sido mordidos por un perro que no conocían.
Los registros hospitalarios muestran que la tasa de mordeduras de perro es de 740 por cada 100 mil habitantes, pero las respuestas de la encuesta indican una tasa de 1.873 por 100 mil, casi tres veces la cifra oficial. Una de cada tres (33%) mordeduras de perro requirió tratamiento, pero solo una pequeña proporción (0,6%) requirió tratamiento hospitalario.
Ser estable y poco neurótico
Aunque esto es tranquilizador, incluso las picaduras menores pueden causar angustia emocional significativa, señalan los investigadores. También parecía haber un vínculo entre los rasgos de la personalidad y el riesgo de ser mordido. Las puntuaciones de TIPI mostraron que cuanto más estable era la persona y menos neurótica era, menor era el riesgo de ser mordido por un perro.
Cada punto de aumento en la puntuación entre 1 y 7 se asoció con una disminución del 23% en la probabilidad de haber sido mordido. No obstante, se trata de un estudio observacional, por lo que no se puedan extraer conclusiones firmes sobre causa y efecto, y solo se incluyeron los hogares de un condado de Inglaterra en el estudio, por lo que los hallazgos podrían no ser aplicables al resto de Reino Unido, dicen los investigadores.
Tampoco se consideraron factores potencialmente influyentes, como el sexo, la edad y la raza del perro mordedor. Pero los autores subrayan: “Es esencial que los factores de riesgo previamente asumidos se vuelvan a evaluar”. Y a la luz de sus hallazgos, continúan sugiriendo: “Es posible que los esquemas de prevención de mordeduras de perros también tengan que enfocarse en conductas particulares en torno a los perros por diferentes tipos de personalidad de las víctimas”.