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El sacerdote Marengo se va hoy hacia su nuevo destino pastoral en Bolivia

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El sacerdote Marengo se va hoy hacia su nuevo destino pastoral en Bolivia
José Miguel Marengo, sacerdote trinitario, en una imagen del último encuentro de curas que trabajan en las cárceles realizado en Villa Allende

José Miguel Marengo, sacerdote trinitario, viaja hoy -en colectivo- hacia la ciudad boliviana de Sucre, donde fue designado por la congregación trinitaria, a la que pertenece. Deja su huella en Villa María, donde se abocó a trabajar por los más vulnerables

“Son las cosas de la vida y uno está disponible”, comenzó diciendo José Miguel Marengo al referirse al nuevo destino que le asignó la orden religiosa trinitaria, a la que pertenece.

Deja atrás 12 años de trabajo pastoral -nueve en una primera etapa y tres en la última-, en Villa María y hoy subirá a un colectivo que, después de algún trasbordo, lo dejará en la ciudad boliviana de Sucre.

“Me voy contento de lo que he compartido y vivido con la gente de Villa María, me queda, un buen recuerdo de esta comunidad, tuve mucha libertad para moverme en lo que uno se siente llamado a hacer, que es el tema carcelario, el tema social”, dijo.

En Villa María, acompañó y guió a los feligreses reunidos en la comunidad trinitaria a través de la Fundación en las tareas en los barrios, el proyecto de educación no formal, los grupos de madres, las becas, los scout “San Juan de Mata” del barrio Belgrano, el apoyo a Cáritas y fundamentalmente, el trabajo con los presos y liberados.

“Contamos con el apoyo de la Municipalidad para la asistencia al liberado, es un programa muy interesante y también debo decir que más allá de las falencias del sistema carcelario, en Córdoba se ha avanzado. Ya partiendo que depende del Ministerio de Justicia, que pone foco en los derechos y no como en otros lugares, que depende de un Ministerio de Seguridad, que se ocupa más de lo represivo. Es una diferencia muy grande”, dijo.

“Lo que juega en contra es la cantidad de gente detenida. Eso hace difícil que se llegue bien a todos con programas de inclusión”, dijo.

Entiende que la población carcelaria local no difiere del resto del mundo. La mayoría son jóvenes y pobres. “Hay una frase de monseñor Oscar Romero que dice que ‘la serpiente muerde a los descalzos, los que andan bien vestidos, con zapatos, no los va a tocar nunca’. En definitiva, la cárcel es un invento humano, que busca encerrar el mal sin ofrecer otras alternativas”, planteó.

 

Las drogas, su gran preocupación

“Lo que vincula el delito en todos lados es el tema de la droga. Me voy muy preocupado. Es en todos lados, pero en Villa María me ha sorprendido, algo está fallando en el sistema, porque no busca enfrentar a fondo el problema. Por ahí, justifica con detenciones por pequeñas cantidades, pero no van a fondo”, señaló.

“Hay un sacerdote que trabaja en las villas de Buenos Aires que plantea que la historia de los jóvenes pobres está marcada por las tres C: Calle, Cárcel y Cementerio”, concluyó.