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Los varones son más reacios a “hacerse cargo” de la anticoncepción quirúrgica

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Los varones son más reacios a “hacerse cargo” de la anticoncepción quirúrgica

Servicio de Salud Mental del Hospital Pasteur – Profesionales de la salud ofrecen talleres para los que optan por realizarse una vasectomía o una ligadura de trompas. Los métodos quirúrgicos de anticoncepción son gratuitos en hospitales públicos y tienen cobertura total de obras sociales y prepagas. Sin embargo, siguen siendo las mujeres las que asumen la responsabilidad. Las estadísticas reflejan la diferencia de géneros: se hace una vasectomía por cada 134 ligaduras de trompas en el país

 

El servicio de salud mental del Hospital Regional Louis Pasteur tiene a cargo el dictado del Taller de Consejería sobre  Anticoncepción Quirúrgica (AQ) desde el año 2006, año en que se puso en vigencia la ley de salud reproductiva.

Son responsables del espacio las integrantes del equipo interdisciplinario constituido por la trabajadora Social Ana Merindol y la licenciada en Psicología Noelía Benedetto.

Prepararon para EL DIARIO un informe acerca de cómo es el acceso a esos métodos y también, no dejaron de llamar la atención de que los hombres aún son más reacios a realizarse la intervención quirúrgica (vasectomía), pese a que es más simple que la ligadura de trompas.

Cabe señalar que el Pasteur es la única institución pública a nivel regional autorizada por la Ley Provincial N° 9.344 a realizar estas cirugías.

Es misma ley establece que antes de acceder a la intervención, los y las interesadas deben asistir a un taller de asesoramiento. Estos se brindan en el Hospital, todos los miércoles a partir de las 11.

“Están dirigidos a sujetos que quieran solicitar el pedido de cirugía”, explicaron las profesionales e indicaron que los turnos son semanales y los administra Servicio Social. De todas maneras, si no obtuvo un turno antes, puede presentarse en el área Social cualquier miércoles y podrá participar del taller.

“Se abordan las representaciones, dudas, mitos, información errónea o desconocimiento sobre la cirugía solicitada Y alternativas contraceptivas disponibles”, indicaron. Trabajan “desde una perspectiva de género el posicionamiento con respecto a la toma de decisión de acceder a la cirugía”.

No son ajenos al taller temas vinculados a la vida de las mujeres, como es el de la violencia de género o los controles médicos regulares anuales e  Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).

“Se intenta generar un espacio de información y reflexión que aporte a la toma de decisión de los usuarios. Para finalizar, si los usuarios están de acuerdo, llenan la ficha de consentimiento informado y la firman junto con los profesionales encargados del Taller”, agregaron.

 

La ley, una conquista

En Argentina, desde 2006 está vigente la Ley Nacional, y en Córdoba la Ley provincial N° 9.344 – Adhesión L. N° 26.130, de intervenciones quirúrgicas de contracepción, de aplicación en el ámbito de salud pública.

Esta normativa garantiza el derecho a los mayores de edad (18 años) que no desean tener más hijos y quieran acceder en forma gratuita a estas cirugías. “La ley tiene el espíritu de eliminar las trabas anteriormente existentes para acceder a la ligadura de trompas y a la vasectomía, dejando como única condición el consentimiento del sujeto, lo cual debería facilitar el acceso igualitario a estas prácticas”, indicaron. Agregan que a diferencia de normas anteriores “no se solicita el consentimiento del cónyuge ni la solicitud de una autorización judicial. Esto marca una ruptura con la práctica patriarcal médica que apelaba a la autorización de una figura masculina para la anticoncepción de una mujer (Herrero, Montaña, 2016)”, citaron.

 

Cuestión de género

Como en casi todos los órdenes de la vida, el marco legal igualitario no garantiza la igualdad plena entre hombres y mujeres. Así lo plantean las profesionales del equipo: “La diferencia de género entre varones y mujeres es palpable en el caso de la AQ: según la información brindada por los Programas Provinciales de Salud Sexual y Reproductiva (2010), existen en todo el país  309 servicios que ofrecen ligadura de trompas y 79 servicios de vasectomía”.

“En nuestro país, durante 2016 se realizaron 97 vasectomías contra 12.976 ligaduras tubarias en establecimientos públicos, es decir, una vasectomía cada 134 ligaduras”, informaron.

En la provincia de Córdoba, en 2014 hubo 20 vasectomías en el sistema de salud estatal y 2.971 ligaduras; mientras que en el primer semestre de 2015 se realizaron 5 y 633, respectivamente (Programa Provincial de Maternidad y Paternidad Responsables en Edelstein, 2015).

“En el Hospital Regional Luis Pasteur durante 2017 asistieron al espacio de taller para solicitar el acceso a una ligadura tubárica 189 mujeres y tan solo cuatro varones para pedido de vasectomía”.

 

Vasectomía: es una cirugía segura y simple para los varones, donde se ligan o cortan los conductos que transportan los espermatozoides. Se puede hacer con anestesia local y sin internación. Es un método anticonceptivo permanente. No protege del VIH/sida ni de otras enfermedades de transmisión sexual. No afecta los testículos ni la producción de hormonas, por lo que tampoco afecta la capacidad de erección, ni interfiere en las relaciones sexuales ni su goce.

 

“Lo anterior visibiliza una realidad donde los varones están lejos de ser tomados como posibles protagonistas de un método anticonceptivo”, afirmaron.

“Llama poderosamente la atención cómo en una época donde las mujeres luchan masivamente por la igualdad de derechos y oportunidades, el método anticonceptivo masculino que evitaría embarazos no deseados sin obligar siempre a la mujer a tomar la posta de la anticoncepción, sigue siendo tabú o de poco uso (Finkelstein, en Ingrassia, 2017)”.

“Se parte de la premisa de que una política que tiende a la igualdad de género debe fomentar la corresponsabilidad del varón en la reproducción, que a su vez debería reflejarse en el uso equilibrado de métodos anticonceptivos entre varones y mujeres. Sin embargo, los datos arriba presentados, indican que las mujeres siguen asumiendo la carga del control y regulación de la fecundidad y que la proporción de varones participantes no ha aumentado de forma significativa, lo cual muestra que la desigualdad continúa en este aspecto”, destacaron.

“Si planteamos qué ejercicio de la sexualidad suele verse condicionado por la posición subordinada de la mujer y por la definición de la identidad femenina asociada a la maternidad y no a la vertiente recreativa y placentera, debemos considerar las posibilidades de cada mujer para apropiarse de herramientas que le permitan reflexionar acerca de esos condicionamientos y elegir la manera de actuar frente a ellos. La conquista de los derechos de las mujeres no garantiza el acceso igualitario a los derechos sexuales y reproductivos. Al analizar el acceso a la anticoncepción quirúrgica parece estar naturalizado que la mujer tiene a su cargo la anticoncepción y debe ‘poner el cuerpo’. Esto implica, que se le exige socioculturalmente hacerse cargo de la anticoncepción quirúrgica cuando la decisión es de ambos, e incluso se le pide a ella que se practique una ligadura en los casos en los que su pareja ya ha decidido practicarse una vasectomía. Si bien las mujeres conversan con sus parejas respecto de los métodos, en la práctica son solo ellas quienes buscan información, acuden al médico en busca del método y se responsabilizan de su uso. Existe, pues, una brecha entre conversar y ‘hacerse cargo’”, explicaron.

 

Ligadura de trompas: es una cirugía segura en las que se ligan las trompas de Falopio, dos conductos a través de los cuales los espermatozoides llegan al óvulo. Debe realizarse en un quirófano y requiere anestesia y una breve internación. Es un método anticonceptivo permanente. No protege del VIH-sida ni de otras infecciones de transmisión sexual. Una vez realizada la ligadura, la mujer continúa ovulando y menstruando.

 

Noelia Benedetto y Ana Merindol, las profesionales que están a cargo del taller de asesoramiento sobre anticoncepción quirúrgica

Comparando ambos métodos

En relación a la vasectomía, se puede aportar que la demanda es escasa, los costos son muy bajos para el sistema de salud, en cuanto a dinero (cuatro veces menos que una ligadura), tiempo, profesionales, instalaciones, insumos; la complejidad de la intervención es muy baja, incluso susceptible de ser realizada de manera ambulatoria en consultorio con anestesia local, a diferencia de la ligadura de trompas, que es de mayor complejidad, con requerimiento de quirófano y anestesia total, internación y postoperatorio. Además, el riesgo de morir durante la cirugía es aproximadamente tres veces mayor para las mujeres (BBC, 2014).

“Es imperioso involucrar a los varones en la salud sexual y reproductiva para lograr la equidad en las relaciones de género, como partícipes activos en la prevención de los embarazos, en la protección mutua para evitar la transmisión sexual de enfermedades, en la atención doméstica de las personas enfermas del grupo familiar así como en el cuidado de los niños y las niñas (Dapuez, 2009).

El desafío para los varones es reestructurar la pareja de modo más igualitario en términos de género, dejar de desentenderse de los cuidados anticonceptivos y comenzar a hacerse cargo de su capacidad reproductiva”, concluyeron.