ESTUDIO – Realizado por más de 1.900 expertos en riesgo de 80 países
La interrupción de las operaciones es la principal preocupación de las compañías a nivel global por sexto año consecutivo. Completan el podio los ataques cibernéticos y las catástrofes naturales
Cambia el año, pero las preocupaciones se mantienen. La interrupción del negocio y los incidentes cibernéticos son los principales riesgos empresariales a nivel mundial, según el estudio que desarrolló la empresa Allianz Risk Barometer, que publica anualmente Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS) basado en el conocimiento de más de 1.900 expertos dedicados al análisis de riesgo en 80 países del mundo.
Las grandes pérdidas por catástrofes naturales también son una preocupación creciente para las empresas, habiendo dejado atrás un 2017 que fue récord en desastres naturales. Sin ser casualidad, se incorpora por primera vez al ranking el cambio climático y la creciente volatilidad del clima como una de las 10 principales inquietudes de los empresarios.
A su vez, el impacto del riesgo de las nuevas tecnologías es uno de los mayores escaladores, pasando del décimo puesto en 2017 al séptimo en 2018. Las empresas reconocen que innovaciones como la inteligencia artificial o la movilidad autónoma podrían crear nuevas responsabilidades y pérdidas a gran escala, así como oportunidades en el futuro.
La dependencia y necesidad que genera el mundo digital en las empresas está generando marcados cambios en distintos aspectos que no se tenían en cuenta en el pasado. Para estar seguros en este mundo digital no solo se requiere de mucha inversión y tiempo en soluciones o herramientas de seguridad, sino que también se debe contar con el conocimiento y estrategias necesarias que permitan garantizar que, una vez que sucedido el inconveniente, la organización está preparada para que el impacto sea el menor posible.
1- Interrupción del negocio
Es el riesgo más importante por sexto año consecutivo, ocupando el primer puesto en 13 países de Europa, Asia Pacífico, Africa y Medio Oriente. Ningún negocio es demasiado pequeño para ser impactado. Las empresas se enfrentan a un número cada vez mayor de escenarios, que van desde incendios, desastres naturales y fallas en la cadena de suministro hasta nuevos factores desencadenantes derivados de la digitalización e interconexión, que normalmente vienen sin daños físicos, pero redundan en grandes pérdidas financieras. Un desperfecto en los principales sistemas de TI, el terrorismo o eventos de violencia política, fallas de calidad del producto o un cambio regulatorio inesperado pueden llevar a las empresas a una suspensión temporal o prolongada de sus operaciones con un efecto devastador en los ingresos.
2- Incidentes cibernéticos
El riesgo, que hace cinco años ocupó el puesto número 15, hoy asciende una posición con respecto al año anterior y se ubica en el número 2. Múltiples amenazas como violaciones de datos, fallas en los sistemas, sofisticación de los ataques cibernéticos y fuga de información determinaron el ascenso de este riesgo año tras año. Los expertos aseguran que es el riesgo más subestimado y el principal a largo plazo.
3- Las temidas catástrofes naturales
Producto del cambio climático, las inundaciones, terremotos o tsunamis aumentan año tras año y los daños que ocasionan implican pérdidas millonarias para las compañías. Después de un récord de 135 mil millones de dólares en pérdidas aseguradas causadas por los huracanes Harvey, Irma y María en Estados Unidos y el Caribe, las catástrofes naturales vuelven al podio de los tres riesgos principales a nivel mundial. Su impacto va más allá del daño físico a las estructuras en las áreas afectadas. A medida que las industrias se vuelven más ágiles y conectadas, las catástrofes naturales pueden interrumpir una gran variedad de sectores en todo el mundo que a primera vista no parecen verse directamente afectados.
4- Desarrollo de los mercados
La volatilidad, el aumento de la competencia y el ingreso de nuevos actores al mercado, además de la creciente digitalización y la incorporación de nuevas tecnologías, dejaron de ser la segunda preocupación del mundo corporativo para pasar al cuarto puesto. Las tres superpotencias económicas (EE. UU., Europa y China) crecieron sincronizadas, el comercio mundial se recuperó y los mercados ofrecieron excelentes condiciones financieras y una baja volatilidad; todo a pesar de mayor incertidumbre política. Se espera que esta alineación continúe, aunque con advertencias.
5- Cambios en legislaciones y reglas
Se mantiene en la quinta posición como hace ya dos años. El proteccionismo está en la mente de las empresas debido a que las nuevas barreras al comercio provienen principalmente de los Estados Unidos y afectan a China, lo que demuestra que la concentración de tales impedimentos es política. En 2018 el mundo seguirá estando muy fragmentado. Los acuerdos comerciales globales y las plataformas multilaterales quedan en segundo plano, ya que la balcanización económica y financiera se convierte en la norma: la guerra fiscal iniciada por Estados Unidos, las condiciones monetarias y regulatorias desiguales entre regiones y la politización de las monedas amenazan los flujos de capital. Los principales riesgos políticos siguen siendo los factores económicos, como una región del Golfo fragmentada, ya que los precios del petróleo siguen siendo bajos y los riesgos de secesión continúan en Europa a medida que prevalecen los desequilibrios económicos.
6- Temor al fuego y explosiones
Son eventos que siguen aumentando su relevancia en la planificación de los negocios. En 2017 pasó del octavo al séptimo puesto y para 2018 ya llega a la sexta posición. El análisis de más de 11 mil siniestros industriales por parte de AGCS muestra que los incidentes de incendio y explosión son la segunda causa principal de pérdidas para las empresas en general y que el impacto de la interrupción de las operaciones a menudo puede superar el daño físico causado.
7- Nuevas tecnologías
Ingresó al top 10 el año pasado en el último puesto y en tan solo un año logró la séptima posición. También se clasifica como el segundo mayor riesgo para el futuro a largo plazo después de los incidentes cibernéticos, con los que está estrechamente relacionado. La vulnerabilidad de las máquinas automatizadas o incluso autónomas o de autoaprendizaje podría aumentar en el futuro producto de fallas o actos cibernéticos maliciosos como la extorsión o el espionaje y tendría un impacto significativo si se tratara de infraestructura crítica como redes de IT o suministro de energía.
8 – Pérdida de reputación y valor de marca
Ante un mundo tan desafiante, permanecer sin daños operativos toma cada vez más relevancia. En una época en que una crisis se puede propagar globalmente en cuestión de minutos gracias a las redes sociales y las cadenas de suministro interconectadas, el riesgo de daños a la reputación de una multitud de fuentes se ha disparado exponencialmente. Se estima que casi una cuarta parte del valor de una empresa reside en su marca. Los estudios también sugieren que existe una probabilidad del 80% de que una empresa pública pierda el 20% de su valor patrimonial en un solo mes durante un período de cinco años debido a una crisis de reputación.
9 – Riesgos asociados a la política y la violencia
La percepción de las empresas sobre la amenaza planteada por los riesgos políticos y la violencia se mantiene relativamente sin cambios año tras año. Sin embargo, los encuestados están más preocupados por el terrorismo. Las empresas no tienen que ser las víctimas directas para sentir los efectos. Si ocurre un ataque cerca, el área circundante puede cerrarse e impactar en las operaciones.
10 – Los cambios climáticos
Mientras que el año pasado esta posición fue ocupada por los desarrollos macroeconómicos, en 2018 ingresa por primera vez al top 10 la preocupación por los cambios naturales. El 2017 fue el año con mayores pérdidas aseguradas, lo que pone fin a una racha de años relativamente benignos, según estándares del seguro. El potencial de pérdida para las empresas se ve agravado por la rápida urbanización en las zonas costeras. Los expertos en la materia consideran que la preparación y la mitigación de estos riesgos pueden ser la clave para encontrar soluciones a esta creciente preocupación.