El tradicional medio escrito del Departamento San Justo dedicó ayer un extenso artículo sobre la experiencia de nuestra ciudad en la materia
En medio de una agria polémica por el destino que se dará a los árboles del predio donde se levantará la Tecnoteca de San Francisco, los pobladores de aquella ciudad abrevan en un antecedente cercano: el de nuestra ciudad.
El diario La Voz de San Justo, en su edición de ayer, publicó un extenso artículo donde expone la experiencia local y lo tituló: “¿Qué es una Tecnoteca?, el modelo de Villa María”.
La obra de la ciudad del este fue anunciada hace dos años por el gobernador Juan Schiaretti, pero al comenzar los trabajos, el mes pasado, se generó un movimiento opositor, que busca proteger a la añosa arboleda que ocupa el terreno, y además quiere más precisiones sobre el proyecto.
“Por estos lados -expresa el diario- la construcción de la Tecnoteca en San Francisco generó un repudio notorio en el inicio del año por gran parte de la ciudad. El lugar donde se erigirá, la plaza Cívica, y la necesidad de mover árboles añejos dejaron automáticamente fuera de discusión de qué se trata una Tecnoteca, cuál es su función, qué puede ofrecer, qué alcance sobre la sociedad puede tener y cómo la sociedad de nuestra ciudad se puede apropiar de ese espacio y convertirlo dinámicamente según exigencias e intereses”.
Luego incluye declaraciones de Rafael Sachetto, funcionario de la comuna villamariense, quien recordó que la Tecnoteca fue inaugurada en 2011 y surge como “la necesidad de un espacio que reúna varios componentes orientados a generar que la curiosidad de niños de temprana edad y adolescentes, centralmente, puedan tener un espacio donde reproducirse y fortalecerse, además de despertar una vocación hacia el orden de la ciencia, la tecnología, la comunicación y el arte. Esos cuatro elementos están vinculados en los distintos espacios que hay en la Tecnoteca, asociados a la música, la producción audiovisual, a la robótica, pero también con una vinculación muy fuerte a las necesidades humanas».
Puntualizó que por año pasan por la Tecnoteca “entre 30 y 40 mil personas, y no solo gente de la ciudad” y que “tiene un presupuesto importante asignado porque es una decisión política. El intendente Martín Gill ha definido para su gestión dos ejes troncales: educación y cultura. Pero tanto educación como cultura no se llevan adelante sin un presupuesto, y por eso sacando la obra pública, educación como cultura son dos de los rubros con mayor partida asignada que constituyen el presupuesto general de Villa María”.
El tradicional periódico de San Francisco agrega como comentario final que la Tecnoteca villamariense “tiene computadoras también, pero no es un ciber. Y no es un ciber porque tiene un presupuesto acorde, gente idónea al mando de las diferentes áreas; porque se vincula constantemente con su afuera más cercano y es un generador constante de estímulos, de esos que aún hoy la tradición cultural de San Francisco considera obsoletos e inútiles. Quizás ahí resida la discusión sobre la Tecnoteca que se abrirá en San Francisco. Qué se va a hacer ahí, con cuánto presupuesto va a contar, quién va a estar a cargo, cuánto va a hacer ese espacio para no ser solamente un edificio bonito en la explanada del Centro Cívico y cuánta decisión política habrá para cambiar la matriz cultural de San Francisco, a pesar de que no pueda ser redituable electoralmente”.