Prolongación del bulevar España – El proyecto fue elaborado por la UCR
La iniciativa fue entregada a los concejales del partido para que sea tratada en las sesiones que comenzarán en marzo
En el comité de circuito de la UCR de Villa María se elaboró un proyecto de ordenanza que propone que se designe la prolongación del bulevar España con el nombre de “Reforma Universitaria de 1918”.
La iniciativa contempla además que se disponga la construcción de un monumento alusivo a aquella gesta reformista, la colocación de placas recordatorias en ambas universidades de la ciudad y por último, que se declare a 2018 como Año del Centenario de la Reforma Universitaria.
El proyecto fue entregado a los concejales del partido, Nora Landart y Gustavo Bustamante, para que se considere su tratamiento en las próximas sesiones del Concejo Deliberante.
“Aquel hecho histórico marco un antes y un después en la enseñanza superior, no solo a nivel país, sino que las ideas reformistas se expandieron al resto de Latinoamérica, posibilitando que jóvenes de distintos extractos sociales pudieran acceder a la educación universitaria para el ejercicio de profesiones liberales, marcando el camino de la igualdad, de la movilidad social ascendente y en sintonía con los valores democráticos”, manifestó el presidente de la UCR Villa María, Marcelo Barotto.
“La gesta reformista es objeto de estudio y de declaraciones de la Unesco, sin dudas que las reformas permitieron a nuestro país ser líder en materia educativa durante tantos años. Hoy estamos en un punto de inflexión en el que debemos debatir acerca de la educación del futuro para cumplir con los idearios de aquellos reformistas que se atrevieron a romper con un sistema conservador”, señaló.
“Quedan materias pendientes, utopías por cumplir, pero será el esfuerzo y el trabajo de todos lo que permitirá construir un futuro diferente”, indicó.
Un anticipo del Mayo Francés
En los fundamentos del proyecto se sostiene que la solicitud se debe a “la importancia de aquel hecho histórico que marcó un punto de inflexión en el sistema educativo superior”.
“El 15 de junio de 2018 se cumplirán 100 años de la reforma universitaria, una gesta que se inició en Córdoba y se extendió al resto de las universidades del país y Latinoamérica; la utopía del 18 fue un anticipo de medio siglo a lo que se conoció como el ‘Mayo Francés’, los estudiantes universitarios protestaron ante las autoridades por lo que consideraban prácticas autoritarias y dogmáticas de quienes dirigían los claustros universitarios.
Los estudiantes, con el apoyo de los partidos políticos populares, los sectores obreros, intelectuales y profesores, comenzaron a exigir reformas que modernizaran y democratizaran las universidades. La Universidad Nacional de Córdoba había sido fundada por los jesuitas durante la colonia española y mantenía las características de elitista y dogmática. Las corrientes inmigratorias dieron lugar a la conformación de una clase media cuyos hijos pretendían acceder a las carreras universitarias y se topaban con las prácticas conservadoras que impedían la movilidad social ascendente, a través del ejercicio de las profesiones liberales. Los estudiantes procuraban ser el centro de la escena en el acto educativo, participar en el gobierno de la universidad y contraponer el método científico al dogmatismo.
La reforma universitaria fue el fruto de una suma de factores que se dieron en aquellos años: la Ley de Matrimonio Civil, la Ley 1.420 de Educación Laica Gratuita y Obligatoria y la Ley Sáenz Peña. Este trípode fundacional de la modernidad argentina se presenta como el resultado de arduos debates y enfrentamientos para dotar al país de principios básicos de igualdad en los aspectos que cada una de ellas abordó. Sin ellas, los sectores sociales que dieron sustento al movimiento reformista no hubieran consolidado su existencia ni producido los cambios que la Argentina y la universidad demandaban.
La doble conjunción: por un lado los universitarios de 1918 que reclamaban ciencia y compromiso social, que denostaban el dogmatismo religioso, que reclamaban la participación, y por el otro lado el Gobierno del radical Hipólito Yrigoyen (1916-1922), fruto de un largo proceso de luchas, abstenciones y revoluciones que democratizaba el poder, abrió las puertas a la democratización del poder universitario.
Aunque muchas de las pretensiones de cambio de aquellos años se concretaron, siguen apareciendo nuevos desafíos. El mandato histórico de la generación reformista de 1918, resumido en el Manifiesto Liminar, sigue pendiente porque, entre otras razones, aquella generación dejó abierta a las utopías de las nuevas, la construcción del futuro”, expresan los fundamentos de la iniciativa.