Fernando Gómez hizo hincapié en el importante desarrollo que tuvo la ciudad en el sector, pero apuntó a la constante lucha por defender los derechos de quienes sostienen los hoteles y restaurantes
En el Día del Trabajador Hotelero y Gastronómico que se conmemora hoy, Fernando Gómez, secretario general de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (Uthgra) Seccional Villa María, hace un amplio repaso por la actualidad de la actividad, desnudando las grandes dificultades que tiene el rubro en la lucha por los derechos de los trabajadores.
Para Gómez, quien fue reelecto dos veces al frente del gremio y en 2017, cuando expire su mandato, cumplirá 11 años frente a esta entidad, la actividad en la ciudad ha evolucionado. “Villa María ha ido creciendo poco a poco en estos últimos años de forma muy linda, y creo que estamos en un muy buen nivel de gastronomía”, consideró, pero resaltó que “si bien hay que destacar el esfuerzo de los empresarios, no se puede dejar de reconocer que la columna vertebral de todo eso es el trabajador gastronómico y hotelero. Son los que sostienen esto, sin ellos no hay nada. Desde el que lava copas, hasta el mejor mozo o el mejor cocinero, si no fuese por ese esfuerzo, la ciudad no hubiera podido crecer en ese sentido”.
-¿Aumentó la cantidad de gente que apuesta a este rubro?
-Sí, en estos años ha aumentado el número de gente que apuesta por este rubro, pero lamentablemente hay gente que cree que va a poner un negocio hoy y se va a llenar de plata. Está aquel comerciante gastronómico que lo hace porque lo siente, por vocación, pero hay muchos que son aventureros.
Hemos tenido malas experiencia de negocios que un día para el otro cerraron sus puertas y quedaron debiendo mucho a los trabajadores.
-¿Es una actividad donde abunda la precarización de los trabajadores?
-Sí, si bien hemos logrado que se blanquee mucha gente, pero sabemos que nos siguen escondiendo muchos empleados que están en negro. Uno va a hacer una inspección y muchos hacen sentar a los empleados como si fueran clientes, otros los encierran, hasta ha habido casos de empleados que los han hecho subir a las terrazas, o nos pasó de ir una inspección y encontrar a un mozo a las dos cuadras escondiéndose de nosotros.
En ese caso no lo justifico al trabajador, por ahí lo comprendo, pero no lo justifico, porque si ellos mienten o se esconden, están protegiendo al patrón, pero el patrón no les va a dar trabajo toda la vida. Un día no le conviene más y te echa. El trabajador no tiene que prestarse a esa maniobra”.
Gómez resaltó que la primera medida que tomó desde que asumió frente al gremio fue “imponer el pago a los feriados nacionales, porque acá pasaban de largo” y, por otra parte, reclamó contra los empleadores que retienen la propina de los mozos: “La propina es del mozo. Hay negocios que retienen la propina a los trabajadores, y es un derecho, si el mozo quiere compartirla con los compañeros o lo que sea, es cosa de él, pero no tiene por qué permitir que el patrón le retenga ningún porcentaje de la propina del mozo. Sé que acá hay un lugar donde el patrón retiene el 75% de la propina, el otro 25% lo reparten entre los mozos”.
Conflictos y especulaciones
Gómez tuvo gran participación y acompañamiento en diferentes casos recientes que se han dado en la ciudad donde los empleadores dieron un portazo y dejaron a personas en la calle.
Uno de los casos más resonantes fue el del City Hotel, cuando el 5 de mayo del año pasado, su dueño, Juan Carlos Ballabriga, cerró sus puertas, sin previo aviso, dejando sin trabajo a nueve personas.
Fueron varias las audiencias que fracasaron, ya que Ballabriga nunca se presentó para pagar lo adeudado. Al respeto, Gómez aseguró que “no he bajado los brazos en esa lucha, la última respuesta que tuve fue que Ballabriga no podía viajar porque estaba en Córdoba, cuando la empresa la tenía acá”.
Sobre esto, trajo al presente una anécdota: “Antes de que cerrara ese hotel, íbamos a hacer una marcha de protesta, pero una de las chicas que trabajaba ahí me dijo que no podían acompañar porque ellos no podían hacerle una medida a Juan Carlos, porque era como de la familia. No pasó un mes cuando me llamaron por teléfono diciendo que había cerrado el City. Me encontré con esa chica y le dije: ‘Te das cuenta de que los patrones son patrones y cuando los laburadores tenemos que hacer un reclamo es para nuestro bienestar’.
Sobre el estado actual de este caso contó que “volvimos a pedir la documentación e insistimos que traigan al dueño con la fuerza pública”. Además, se habló meses atrás de que existía la posibilidad de que se reabriera, con nuevos dueños. “Pero se creó una falsa expectativa”, remarcó. “Hasta el día de hoy sigue sin saberse nada y se han aquietado los rumores”. Al respecto, concluyó: “No entiendo cómo no aprovechan una plaza como el City Hotel”.
Otro de los resonantes conflictos del rubro que tuvo lugar el año pasado se dio el 20 de octubre, cuando el propietario del restaurante La Casona, ubicado en la calle 25 de Mayo, decidió cerrarlo definitivamente, dejando a siete empleados, algunos con 20 años de antigüedad y que no cobraban los sueldos de septiembre ni de octubre, en la calle.
“Eso fue más hablado que un partido de truco entre seis. En El Diario salió una vez una declaración de la mamá del dueño y también dijeron que los trabajadores le habían tomado el local. Mienten, miente la mamá, el dueño y la abogada.
El trabajador simplemente lo había citado la misma patronal y no les llevaron una moneda de todo lo que les debían”, recordó Gómez.
Por otra parte, se conoció días atrás que fue puesto en venta uno de los últimos hoteles inaugurados en la ciudad, ubicado en el bulevar Sarmiento. De ante mano, y Gómez aclara: “Ojalá que se venda, pero estaremos atentos porque quiero saber qué va a pasar con la gente. Quien compre ese hotel tendrá que aclarar cómo va a quedar ese gente, porque si le van a respetar la antigüedad y con la categoría que tienen, no pasa nada. Pero si no, no”.
“Estamos acostumbrados a estas peleas, pero no nos quedaremos con los brazos cruzados, vamos a defender siempre a los trabajadores. Y ellos mismos tienen que ponerse las pilas y hacer respetar sus derechos, porque de eso depende su futuro, y si no defendemos lo poquito que la ley nos permite, estamos muertos”, cerró el secretario general.
Nacido de la unidad entre los trabajadores
Hoy se celebra el Día del Trabajador Hotelero – Gastronómico, en conmemoración de la creación de la Federación Obrera Argentina de la Industria Hotelera (FOAIH), acontecimiento acaecido en 1944 y que reunió a cocineros, mozos, mucamas y demás trabajadores del sector en un solo gremio.
El 25 de agosto de 1955, la FOAIH modificó su naturaleza jurídica transformándose en un único sindicato denominado Unión de Trabajadores Gastronómicos República Argentina (Uthgra).
Y fue en diciembre de 1999, por resolución del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación, que se modificó su denominación, para pasar a llamarse Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina.
Más tarde y ante el crecimiento que comenzó a registrar la actividad turística y, con ella, la hotelera y la gastronómica, la unión agrupó a los trabajadores del turismo hotelero y gastronómico.
Desde la web oficial del gremio, destacan que “la vocación gremial de los trabajadores hoteleros y gastronómicos argentinos lleva ya más de 95 años de vida, a lo largo de los cuales fuimos forjando con tesón y sacrificios la unión monolítica de todos los compañeros del sector, lo que hoy nos permite negociar de igual a igual con el sector empresarial a fin de lograr el respeto y la consideración de los legítimos derechos de todos nuestros afiliados y al mismo tiempo contribuir al desarrollo de la hotelería y la gastronomía nacional”.