Escribe: Agustín Druetta Músico y locutor
El pasado 16 de octubre los músicos de la provincia nos desayunamos con el programa “Música viva”, una noticia más preocupante que alentadora. Se trata de un nuevo convenio entre la Agencia Córdoba Cultura y la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic). Según este acuerdo Sadaic quedaría exenta de su responsabilidad de cobro en bares cuya capacidad no supere las 60 personas. En la página web de la agencia afirman que el objetivo es “Promocionar el desarrollo y manifestación de los diferentes géneros musicales”. Suena lindo, pero los músicos nos preguntamos: ¿quién va a pagar ahora nuestros derechos de autor? La medida, tal como se presenta, parece ser un beneficio para bares, a expensas de los derechos de autor del músico.
¿Cómo funciona Sadaic? Cuando hay música en vivo, el dueño del bar debe pagar a Sadaic una suma de dinero en concepto de propiedad intelectual de las canciones. Luego Sadaic tiene que depositar ese dinero en una cuenta corriente a nombre del autor. Así es como un compositor recibe una remuneración por su obra (a gran escala los famosos y a pequeña los otros). Si hablamos de un bar de 60 personas, el monto es ínfimo, ronda los 100 pesos y es incomparable con los apretados costos de habilitación que el Gobierno exige a los bares. Este dinero -de más está decirlo- pertenece al autor. Ni a Sadaic ni a la agencia. Resulta sorprendente entonces que, a la hora de firmar este convenio, el Gobierno provincial no haya convocado a ningún representante del sector: no hubo músicos presentes en el acuerdo, excepto Paz Martínez, el tesorero de Sadaic.
El convenio
Si el Gobierno exime a Sadaic del cobro, entonces ¿quién va a pagar por nuestros derechos de propiedad intelectual? En caso que lo hiciera el Estado, ¿quién será el encargado de hacer el planillado? ¿Quién controlará que el procedimiento funcione?
Desde el programa radial que conduzco (Ruta 9 por Radio Universidad de Villa María) intentamos en vano comunicarnos con Gustavo Trigueros, presidente de la Agencia Córdoba Cultura, y con Martín García, vocero de la agencia. Tampoco en Sadaic pudieron brindarnos información. ¿De dónde sacará el dinero Sadaic? Es la pregunta que nos hacemos los representados de esta asociación.
Curiosamente la sucursal de Sadaic en Villa María no está habilitada para registro de obras ni pases de planillas. Esto significa que solamente funciona como ente recaudador, no paga, solamente cobra.
Datos de interés
* Sadaic es una asociación civil que nuclea autores y compositores. Su función principal es percibir y distribuir los derechos generados de la utilización de obras musicales. Esto significa que, en cualquier lugar donde suene una canción, Sadaic debe presentarse y cobrar un monto proporcional a la cantidad de gente que la escuche. La asociación debe llenar una planilla en donde se detalle quién es el autor de cada una de las canciones que sonarán en el evento. Finalmente el autor beneficiado (siempre que tenga su registro al día) deberá presentarse ante Sadaic y cobrar su derecho de autor.
* El dinero cobrado es proporcional a la cantidad de asistentes, por ejemplo: en un festival cobrarán lo mismo las figuras centrales que las bandas “teloneras”.
* Sadaic tiene puntos de cobro a lo largo y a lo ancho de toda la Argentina, pero los puntos de pago están únicamente en las grandes capitales. A la hora de recaudar asisten a casamientos, fiestas de 15, radios, canales, recitales o cualquier evento con música. En cambio, cuando hay que pagar, el autor tiene que viajar hasta Córdoba capital y realizar un listado interminable de trámites confusos y costosos.
* En la mayoría de los casos el cobrador no exige las planillas correspondientes, por consiguiente el dinero queda en un fondo común de Sadaic y no llega al artista.
* En las ciudades grandes Sadaic gasta mucho tiempo y dinero enviando personal a registrar cada evento. Los eventos pequeños (menos de 60 personas no son muy redituables. Quizás allí radiquen los motivos del convenio.
* Es muy difícil llegar a ser socio de Sadaic. El iniciado ingresa en una categoría llamada “Representado inscripto no socio”, que carece de cualquiera de los beneficios que tienen los verdaderos socios.