ETRURIA – Desafectaron la coordinación del grupo solidario
El grupo Huellas Solidarias dejó de depender de la Cooperativa de Electricidad por decisión del Consejo de Administración, por una cuestión netamente económica, según explicaron. La comunidad ya hace aportes para sostener el merendero de los sábados y el funcionamiento de esta juvenil organización
El Consejo de Administración de la Cooperativa de Electricidad de Etruria (CELE) “dio de baja el proyecto Huellas Solidarias”, el grupo de adolescentes y jóvenes generador de acciones para ayudar a los más carenciados, dependiente de la entidad de la economía social. Así lo confirmó la coordinadora de este grupo Amanda Romero, primero a través de su cuenta de Facebook y luego a un cronista de EL DIARIO.
“El viernes me lo confirmó el presidente”, dijo de manera escueta.
En ese sentido, la directora propietaria de la radio de FM Compartir 93.1 MHz, indicó: “No pertenecemos más a la Cooperativa como Huellas Solidarias. Hoy me sigo reuniendo con los chicos en proyectos que teníamos para trabajar, estoy viendo de conseguir que nos hagan precio para comprar las sillas, porque tuvimos que devolver todo, para comprar las remeras, y estaremos haciendo cosas para poder vender y con la solidaridad de la gente que siempre nos está donando, terminar con la copa de leche (con la que ya recolectamos), vamos a terminar de entregar las frazadas que tejieron las señoras del pueblo… La idea de los chicos es que sigamos”.
“Nos reuniremos y veremos qué nombre nuevo le estaremos poniendo”, dijo, lo que invita a reflexionar si en realidad el nombre es de los chicos, incluso su lema: Huellas Solidarias. Unidas nuestras manos marcarán el mundo.
Amanda repasó que el grupo son una docena de jóvenes “de entre 14 y 18 años. La mayoría es del barrio Soria. Al merendero o quienes vienen a tomar la merienda los sábados son 30 chicos, de edad de escuela primaria”, como una de las actividades que concretan desde Huellas.
Amanda contó en su radio, a la audiencia, que “recibía 3.500 pesos para coordinar el grupo de Huellas, disponer un espacio de su casa, guardar todo lo de ellos… Y que ahora se tendrán que comprar esa bebida y comida para la reunión semanal de los jueves y que necesitaban las facturas para cuatro sábados, unas 30 facturas para la merienda de los que menos tienen… Y la gente ha respondido inmensamente: ya tenemos para dos reuniones, pizzas y choripanes, y para dos sábados las 30 facturas de distintas familias y gente que nos dijo al aire que sigamos y que contemos con ellos, dejaron sus datos y están dispuestos a apoyar y aportar”. Todo sucedió en pocos minutos de la mañana de ayer, cuando la solidaridad volvió a manifestar su empuje.
Colaborar con alegría
Para graficar: una señora envió desde la vecina localidad de Ausonia una caja llena de “latitas”, una solicitud de Huellas Solidarias la semana pasada, que difundimos a través de estas páginas. El paquete enviado a Etruria (distante unos 35 kilómetros), fue acompañado de una nota, de la que transcribimos el principio y el final: “Amanda: leí en EL DIARIO que necesitaban latas, se las envío con alegría, siempre soy solidaria… Dios Bendiga a su grupo”, auguró Nancy.
Cuestión económica
A su turno, el presidente del Consejo de Administración de la CELE, Daniel Rodríguez, explicó que “se decidió no sostener el pago de un coordinador, que hasta acá se llegaba, pero Huellas podrá seguir funcionando como una Organización No Gubernamental (ONG) y la Cooperativa podrá colaborar siempre”. Esgrimió que se trata de “una cuestión económica y la situación de las cooperativas es cada vez más complicada”. Rodríguez dijo que el grupo solidario “demanda muchos gastos a lo largo del año, sobre los que se había advertido”. Reconoció las acciones que lleva adelante Huellas y la formación de los chicos es muy válida, por lo que deslizó podrán aportar para la participación de los encuentros organizados desde la Federación Argentina de Cooperativas de Electricidad (FACE), por ejemplo.
“En estos tres años que venimos en la conducción hemos saneado la Cooperativa, que venía con deudas, y el grupo de Huellas viene desde mucho antes, pero no podemos seguir más. Hemos detenido la construcción del nuevo edificio iniciada hace un año, cancelamos por ahora la compra de un nuevo camión con grúa, sumamente necesarios, pero es la situación económica donde estamos, sosteniendo un muy buen servicio”, expresó el consejero.
Sostuvo que “a las Huellitas las apoyamos siempre y se dio en un marco donde varias cooperativas de la zona habían impulsado este tipo de proyectos, pero creo que ninguna duró tantos años… Lo pudimos mantener hasta donde pudimos. No hay otras cuestión”.
Números apretados
Rodríguez dijo que las cuentas de las cooperativas están “realmente complicadas para sostener una estructura como existen en los pueblos de la zona”. “Lo que se pagaba antes y ahora se ha multiplicado, sobre lo que quedaba y lo que queda para mantenimiento, inversiones, salarios del personal y demás, no cierran los números. El Consejo trabaja ad honorem para esta entidad y la comunidad”, cerró.