SOJA Y MAIZ – Informe de situación elaborado por la Bolsa de Cereales de Córdoba. En siembras tempranas se estima que por la falta de agua el maíz tiene una reducción del 13%, con relación a la cosecha anterior, y la soja una baja del 11%

as deficiencias hídricas y altas temperaturas que atravesaron los cultivos estivales en la provincia de Córdoba durante los últimos meses, se han intensificado en febrero debido a los escasos registros de lluvias. Esto se refleja directamente en el estado general de los cultivos en pie, que atraviesan las etapas de mayores requerimientos hídricos y se definen los rendimientos.

Según el informe realizado por la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA), tras analizar los sembradíos de soja y maíz de la provincia, los rendimientos de siembras tempranas tienen reducciones del 13% para maíz y del 11% en soja, si se comparan los valores con los obtenidos en la campaña anterior.
“Las mermas se deben al estrés hídrico y térmico en período crítico que causó en maíz reducción en el número de granos y en soja aborto de flores y vainas”, indicaron.

Si bien la situación de las siembras tempranas en cuanto a productividad es crítica, debido a las mermas en los rendimientos, esto no se reflejaría en la primera estimación de producción, debido a dos causas principalmente: a) las hectáreas cosechables son superiores al ciclo anterior; b) a la buena condición que conservan las siembras tardías, donde la mayoría de ellos atraviesan etapas vegetativas y representan el 51% del área sojera de Córdoba y el 67% en maíz.

Situación de la soja

En el cultivo de soja, de las 4.211.100 hectáreas sembradas (estimativamente) en la provincia de Córdoba, el 72% del área se encuentra atravesando etapas reproductivas, de las cuales el 27% se encuentra en período crítico (R5-R6), etapa más vulnerable ante la falta de agua y condiciones de altas temperaturas.

Respecto a plagas, se registró en la mayoría de los departamentos, la presencia en baja a media incidencia, el complejo de orugas defoliadoras y debido a las condiciones de sequía que atraviesa el cultivo, arañuela (Tetranichydae) y trips. En cuanto a enfermedades, se manifestaron en baja incidencia, Mancha ojo de rana (Cercospora sojina), Tizón de la hoja (Cercospora kikuchii) y Mancha marrón (Septoria glycines) en Unión y Juárez Celman, produciendo lesiones foliares, que podrían disminuir los rendimientos proyectados.

Situación del maíz

En el cultivo de maíz, de las 2.359.400 hectáreas estimadas en la provincia, el 11% se encuentra en madurez fisiológica, 36% en llenado de grano, 17% en floración (período crítico) y el 13% restante en estado vegetativo.

El estado general del cultivo presenta una caída en la condición respecto a la misma quincena del año anterior, concentrando un 20% de la superficie bajo una condición “regular”, donde las escasas y dispares precipitaciones recibidas en la provincia durante la primera quincena de febrero no alcanzaron para mejorar la pobre condición que ya venían teniendo.

Es baja la manifestación de enfermedades debido a las condiciones de sequía que afectan al cultivo, excepto para los departamentos Colón, San Martín, San Justo, Río Primero y Río Cuarto, donde se registró la presencia en baja a media incidencia de Roya (Puccinia Sorghi), generando lesiones foliares. En los departamentos del centro y norte provincial continua la baja incidencia de Gusano cogollero (Spodoptera frugiperda).

Menos lluvia que en 2017: el clima que no ayuda

Las precipitaciones acumuladas durante la primera quincena de febrero estuvieron muy por debajo al ciclo anterior. En 2017, las lluvias hacia los extremos provinciales estuvieron por arriba de los 75 mm, mientras que en 2018 al sur no superaron los 10 mm y al norte los 50 mm. En la zona centro, durante 2017 estuvieron entre 30 a 50 mm y en 2018 entre 5 a 20 mm.

Sumado a esta condición, la temperatura media máxima durante la primera quincena de febrero, estuvo 2°C por arriba de lo normal, lo cual intensifica el estrés a los cultivos.

Por esas razones, la primer quincena de febrero se sumó a la tendencia del trimestre de noviembre, diciembre y enero, con precipitaciones acumuladas mensuales inferiores a lo normal para la provincia de Córdoba, lo que afecta severamente a los cultivos que están en un estadío crítico.