Inicio Regionales Un niño lucha por su vida mientras la familia corre riesgo de desalojo

Un niño lucha por su vida mientras la familia corre riesgo de desalojo

0
Un niño lucha por su vida mientras la familia corre riesgo de desalojo
Armando y Ezequiel, en un instante de sonrisas compartidas

LA PLAYOSA – Es electrodependiente y le cortaron la luz y el agua

Viven en la casa que era de su padre, pero éste la vendió y el nuevo propietario querría tomar posesión y logró avanzar en el corte de los servicios

Escribe: Franco Gazzoli
DE NUESTRA REDACCION

Armando es empleado municipal, tiene 35 años y trabaja por día en el Corralón. El jueves salió de trabajar, preparó un bolsito, se dio una ducha y fue al parador para tomar el colectivo hasta Río Cuarto para remplazar a su pareja en el cuidado de su hijo.

El hijo de Armando se llama Ezequiel y nació con una discapacidad motriz. Tiene apenas 3 años y medio y está internado en el hospital provincial de la ciudad cordobesa a raíz de una infección en las dos válvulas que tenía instaladas en su cabeza para suplir la hidrocefalia que padece. El jueves fue sometido a una cirugía para retirarle las válvulas y le instalaron una sonda, hasta tanto determinen si vuelven a colocarle una válvula, y si no es suficiente instalar una segunda y, ojalá que no, una tercera. No se descarta, pero eso complicaría aún más su cuadro delicado.

En su casa el niño depende de un broncoaspirador y un nebulizador de manera cotidiana. Además depende de una traqueotomía para poder respirar y otra intervención médica para poder alimentarse…

Sin embargo, hace alrededor de dos meses que está instalado en Río Cuarto junto a un familiar. Su mamá Myriam regresó tras el relevo de su padre, para descansar y hacerse ver por un médico una infección que tenía en una muela, lo que complicado por otros factores de salud habría demandado su internación en la propia localidad de La Playosa, por lo que su hija de 26 años, anterior a esta pareja, se hace cargo de la hermana de Ezequiel, una niña de 10 años.

 

Peor por casa

Y si el cuadro podría empeorar, no resulta solo una cuestión médica.

Armando contó que hace siete años el padre le pidió “venir a La Playosa para habitar la vivienda, por miedo a que se la usurparan”. Así las cosas, levantaron sus pertenencias en Calchín Oeste y volvieron a su pueblo, para radicarse en una casa correspondiente a un plan habitacional… “Pero resulta que hace algunos meses mi padre empezó a pedirme la casa y me decía que siempre andaba con el mismo rollo. No entienden que mi hijo necesita que lo atendamos. ¿Ese sería el rollo, la situación que no entienden?”, narró Armando.

Pasaron un par de meses y el padre vendió la vivienda, con la familia de su hijo dentro, incluso Ezequiel. El comprador anunció sus intenciones de poseer el inmueble y ante la falta de respuesta, avanzó.

El miércoles a las 14 la Cooperativa de Electricidad procedió al corte del suministro de energía, aparentemente por pedido del nuevo propietario de la vivienda. “Me avisaron el día antes”, admitió Armando. En el mismo sentido, recordó que en varias oportunidades se había atrasado con el pago de las facturas correspondientes y en la última se habían acumulado bastante, pero fue su padre quien habría saldado la misma para poder transferir el inmueble, según dedujo.

La pregunta desde la entidad de la economía social, que conocía el caso de Ezequiel, su dependencia energética, y basado en sus principios solidarios, habría girado primero en si no se hallaba el niño habitando la vivienda, pero ante conocer su ausencia, procedió.

 

El segundo corte

Pero los padeceres de la familia Aranda no concluyeron ahí: el jueves “cortaron el agua”. ¿La misma cooperativa la provee?, fue la pregunta. “Sí, sí, la misma. Ahora nos queda solo el gas natural, pero depende de Ecogas”, dijo Armando sobre los servicios con que cuentan la hija de su pareja y su hija, quienes están en la casa y a la que en un tiempo volvería Ezequiel. Aunque el papá avizora que será casi imposible, como también le resulta así “poder alquilar en La Playosa, porque cuesta entre cuatro y cinco mil pesos. No encuentro solución y se acaban las ideas”, dijo, relatando que quedó trunca la tramitación de una pensión. Y a la vuelta, además, el cuadro de Ezequiel demanda condiciones de comodidad y sanitarias, por lo que “no es que encima podamos volver y arreglarnos con un garaje”, dijo Armando.

Pasarán unas cuántas semanas antes del regreso. Seguro, pero mientras tanto, “ya dieron a entender que irán por el desalojo y no sabemos qué puede pasar. Tenemos que buscar una solución definitiva”, dijo el padre. Es que, Ezequiel necesitará tiempo de rehabilitación y dependerá de un servicio vital con el que no cuenta (además de agua) y probablemente no contará, aunque regrese a la casa donde hasta hace dos meses compartió sonrisas con su familia.

La situación es complicada, delicada, pero Armando expresa que no está permitido bajar los brazos, a pesar de todo: “Hay criaturas detrás”.