LIGA VILLAMARIENSE – Apertura – Zona B – 1ra. fecha
El vigente campeón del fútbol local debutó con un triunfo, de visitante, por 1 a 0 a Unión Central, con gol de Tobías Ripa. El verde sufrió, pero comenzó con el pie derecho el camino hacia el bicampeonato
Escribe Pablo Luna Broggi
El verde cabralense, con un gran acompañamiento por parte de su gente, estrenaba el título de campeón ante el siempre complicado Unión Central. La última vez habían empatado 1 a 1 en Arroyo Cabral, sin embargo, Rivadavia se había quedado con la victoria por 2 a 1 en agosto cuando visitó la cancha de Central Argentino, donde Unión hace las veces de local.
El aurinegro salió decidido desde el primer minuto a conseguir la apertura del marcador. Conducidos por la inteligencia de Solís y la hábil desfachatez de Joel Guilhen. Rivadavia aguantaba los embates de su rival y se agazapaba para salir de contra aprovechando la velocidad de Nicolás Gayoso y la potencia de Maximiliano Páez.
Unión era más que su rival, pero el dominio no era claro ni eficaz. La falta de ritmo futbolístico y las innumerables imprecisiones en ambos conjuntos demostraban a ciencia cierta que estábamos en presencia de la primera fecha del campeonato.
A los 8 minutos, llegó la primera aproximación clara para la visita en los pies de Maximiliano Demarchi pero el remate del lateral izquierdo verde se fue apenas desviado. Los dirigidos por Santoni comenzaron a crecer en el partido y a compartir el protagonismo en mitad de cancha. La jerarquía del plantel cabralense hizo que un descuido del local una pelota se filtrara entre los centrales aurinegros y dejara a Nicolás Gayoso mano a mano frente a Alanis. El veloz delantero de Rivadavia definió, pero el joven arquero le adivinó la intención y le tapó el remate al “rayo”, sin embargo, el ex-Alumni tomó nuevamente el balón y envió un centro que le posibilitó a Tobías Ripa decretar el 1 a 0 definitivo, para el delirio de la parcialidad visitante y de todo el banco de relevos, porque el partido estaba muy complicado y el gol de Ripa fue un alivio enorme.
En el complemento el trámite del partido fue idéntico: Unión manejaba la pelota y merodeaba el área rival, pero sin demasiado peligro. Mientras Rivadavia, más tranquilo, apostaba a un contragolpe letal que termine definitivamente con las ilusiones de los dirigidos por Zucotti.
El DT aurinegro se la jugó y mandó a Frías, Delfino y Brusa, haciendo una apuesta súper ofensiva para tratar de conseguir el empate. Sin embargo, no lo pudo conseguir más allá de un gran remate de Ezequiel Olmedo de larga distancia que pasó muy cerca del ángulo izquierdo del arco defendido por Marcelo Berardo quien, con su seguridad, fue quizás el mayor artífice de la victoria conseguida por el verde en barrio Mariano Moreno.
La impotencia del local fue creciendo y el partido fue entrando en un terreno que poco le favorecía: sumado al cansancio y los nervios hicieron que ambos conjuntos se peleen más de los que podían llegar a jugar. Los fuertes choques y las simulaciones estaban a la orden del día, más allá de que el juez del partido tuvo una correcta labor al conducir de la mejor manera un cotejo que se tornó áspero.
Finalmente, Unión no pudo vencer la valla defendida por Berardo y abandonó el terreno de juego con sensaciones encontradas, producto de haber disputado un buen partido pero que culminó con una derrota que podría haberse evitado y quizás luego, en tiempos de clasificación, duela más de lo que puede llegar a doler ahora.
Rivadavia también dejó Villa María confundido por una valiosa victoria conseguida de visitante y ante un duro rival, pero sin haber jugado bien. Sin embargo, y a pesar de las grandes ausencias con respecto al campeonato anterior, los cabralenses saben bien que son firmes candidatos al título y si quieren revalidar su título de campeón conseguido en 2017 sabían muy bien que debían comenzar el torneo con el pie derecho, ganando. Y así lo hicieron.
La figura
Marcelo Berardo. Se mostró seguro y solvente cada vez que atacó Unión. Su experiencia le posibilitó estar siempre bien parado y capturar todos los centros que llovieron sobre el área visitante.
El árbitro
Iván Reyna. Dirigió correctamente el trámite de un partido complicado y acertó en las decisiones que tomó.