Nueva directriz para exámenes de la FDA
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha publicado una nueva directriz que recomienda que los exámenes médicos de imágenes por rayos X en los niños y pacientes más jóvenes se optimicen para usar la menor dosis de radiación necesaria.
Además, la nueva directriz recomienda que la optimización de la calidad de imagen y la dosis de radiación en las imágenes de rayos X dependen más del tamaño del paciente que de su edad, ya que los pacientes más pequeños requieren menos radiación para obtener una imagen médicamente útil. Sin embargo, no hay que abstenerse de usar los rayos X y la tomografía computarizada en un niño o adulto que tenga una afección médica, si el examen puede proporcionar información médica importante que pueda ayudar en el diagnóstico o el tratamiento de una amenaza grave o potencialmente mortal.
La guía de la FDA agrega que los profesionales de la salud son responsables de garantizar que exista una justificación para todos los exámenes de rayos X, incluidas la tomografía axial computarizada, la fluoroscopía, las radiografías dentales y las radiografías convencionales, en los pacientes pediátricos, y que también deberían considerar si se podrían utilizar otros tipos de exámenes de imagenología, que no exponen al paciente a radiación ionizante, como el ultrasonido o la resonancia magnética, con el fin de obtener el mismo resultado.
“Técnicamente, el grosor del cuerpo del paciente, la distancia recorrida por los rayos X a través del cuerpo para crear la imagen, es la consideración más importante cuando se trata de adaptar un protocolo de imagenología para los niños”, declaró el Centro de Dispositivos y Salud Radiológica de la FDA en la nueva guía. “Debido a que los niños tienen expectativas de vida más larga tienen más probabilidad de que aparezcan los efectos potenciales, y el riesgo de cáncer todavía no se comprende completamente, por lo que es importante usar la dosis de radiación más baja necesaria para realizar un examen de diagnóstico”.
La información está limitada en cuanto a los riesgos de cáncer asociados con los procedimientos de diagnóstico por radiografía, tomografía computarizada y guiados por fluoroscopía durante la primera infancia. Debido al aumento dramático en el número de niños sometidos a exámenes de tomografía computada a nivel internacional, es particularmente urgente estudiar la ocurrencia de riesgos de cáncer pediátrico, adolescente y adulto, asociados con estos procedimientos.
Fuente: Medimaging en Español
Opioides no superan a antiinflamatorios en alivio de dolor crónico
El paracetamol, el ibuprofeno y otros antiinflamatorios no esteroides (AINE) son mejores que los opioides para aliviar la intensidad del dolor crónico de espalda, rodillas o cadera, según sugiere un estudio realizado en Estados Unidos.
Y los opioides tampoco superan a los AINE a la hora de reducir la magnitud del dolor que interfiere en las actividades diarias, como caminar, trabajar, dormir o disfrutar de la vida, según publica el equipo en JAMA.
«Los opioides son más peligrosos que otras opciones terapéuticas porque en los pacientes elevan el riesgo de muerte accidental y adicción», dijo la autora principal, Erin Krebs, del Sistema de Salud de Asuntos del Veterano de Mineápolis y de la University of Minnesota.
«El estudio demuestra que ese riesgo extra no llega con beneficios», agregó.
En Estados Unidos, los centros para el control y la prevención de enfermedades estiman que las muertes asociadas con el consumo de opioides, incluida la heroína y fármacos de venta bajo receta como oxicodona, hidrocodona y metadona se cuadruplicaron desde 1999. Hoy, más de seis de cada 10 muertes por sobredosis son por consumo de opioides.
Al azar, a 240 pacientes que consultaron por dolor en clínicas de atención primaria se les indicaron opioides o analgésicos alternativos, como paracetamol o ibuprofeno, durante un año. Tenían 58 años, en promedio, y la mayoría eran hombres. El 65% tenía dolor de espalda y el resto de rodilla o cadera por osteoartritis.
El grupo tratado con opioides comenzó con morfina de acción rápida, una combinación de hidrocodona y acetaminofeno u oxicodona de liberación inmediata. Si eso no daba resultado, se les indicaba morfina u oxicodona de acción prolongada y, luego, los médicos intentaban con los parches de fentanilo.
El grupo en el que no se utilizaron opioides, los pacientes primero tomaron paracetamol (acetaminofeno) y un AINE. Si eso no era suficiente, los médicos avanzaban con opciones como el fármaco para aliviar el dolor nervioso gabapentina y analgésicos de uso tópico, como lidocaína, seguidos del producto para tratar el dolor nervioso pregabalina y tramadol, que es un opiáceo.
Los participantes calificaron la interferencia del dolor en sus vidas al inicio del estudio y a los 12 meses. Ambos grupos mejoraron en el año de acuerdo con una escala de 10 puntos (a mayor valor, menos mejoría).
Con los opioides, el puntaje bajó de 5,4 a 3,4 en un año. Con los otros fármacos, lo hizo de 5,5 a 3,3.
En una escala similar de intensidad del dolor (a mayor valor, síntomas más graves), los resultados demostraron que los fármacos no opioides fueron levemente superiores en este campo. En ambos grupos, la intensidad basal del dolor era de 5,4 puntos y se redujo a 4 con los opioides y a 3,5 con los otros fármacos.
A pesar de algunas limitaciones del diseño del estudio, los resultados aportan nueva evidencia de que los opioides no justifican el riesgo de adicción durante el tratamiento del dolor crónico, según opinó Marissa Seamans, de la Escuela Bloomberg de Salud Pública Johns Hopkins, Baltimore, quien no participó del estudio.
Fuente: JAMA