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García Linera, la dialéctica de la realidad o el arte de armonizar contradicciones

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García Linera, la dialéctica de la realidad o el arte de armonizar contradicciones

Universidad Nacional de Villa María – El intelectual y vicepresidente de Bolivia se presentó en el Campus y brindó una clase magistral

Con motivo de dejar inaugurada la Maestría en Estudios Latinoamericanos, el vicepresidente de Bolivia Alvaro García Linera disertó ante un auditorio colmado

Ante un auditorio colmado, ofreció ayer su clase magistral el pensador y político boliviano Alvaro García Linera

Finalmente, tras su fallada visita del pasado noviembre, a la que hizo referencia para pedir disculpas antes de comenzar su charla, el intelectual y vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Alvaro García Linera, se presentó ayer a la tarde en el auditorio del Campus de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) ante un ávido público que no solo colmó la capacidad del recinto, sino que también siguió la clase magistral a través de una pantalla dispuesta especialmente en un aula e incluso desde el mismo parque que rodea al auditorio.

Me enorgullece estar aquí y me sorprendió la invitación. Tenía que venir a ver “quiénes son estos locos que estudian mi pensamiento”, me dije.

Con esta frase, Linera rompió el hielo que siempre impone el protocolo; esto, incluso a pesar de que el momento de los himnos fue muy emotivo y las presentaciones de rigor, valiosas, especialmente la del rector Luis Negretti: “¿Qué hizo Alvaro? Comprometerse con su tiempo”.

“No puedo vivir indiferente a mi tiempo, a mi historia; no escribo palabras líricas, solo trato de comprender mi tiempo, los movimientos y sus luchas. Creo que uno debe intervenir en su tiempo para mejor comprenderlo; no hay otra manera”, señaló el político y pensador latinoamericanista ante autoridades locales, regionales, provinciales, universitarias, diplomáticas, alumnos y público en general.

El vicepresidente de Bolivia abordó con sencillez y claridad la problemática actual de Latinoamérica

Linera definió su pensamiento como un “marxismo situacional” y automáticamente sentenció que “hoy no se puede ser marxista si no se es indisionista”, y volvió a reflexionar sobre sus textos: “Escribo para transformar; si eso sirve, soy feliz”.

El pensador, que fue distinguido como Profesor Honorario de la UNVM por el rector y como Ciudadano Distinguido de Villa María por el intendente Martín Gill, hizo un repaso por la realidad latinoamericana haciendo siempre eje en las contradicciones, las paradojas y los errores cometidos por los últimos gobiernos progresistas.

“¿Qué pasó en estos últimos 15 años en América Latina? A finales de la década de 1990 tuvo lugar una crisis del régimen de acumulación neoliberal en el que los bienes públicos y colectivos pasaron al sector privado; los ahorros de todos, de los últimos 50 años, pasaron a manos privadas; la fragmentación territorial de la condición obrera, la ciudadanía desindicalizada en la que el trabajador tenía únicamente algunos derechos en tanto individuo… y apareció Hugo Chávez. Y se modificó aquella condición neoliberal y nació una condición progresista”.

Apoyándose en gráficos y estudios realizados por distintas entidades internacionales, entre las que se incluyeron algunos bancos, Linera se refirió a la transformación “populista” en lo económico y en lo político. “¿Qué hicimos los gobiernos populistas? Hicimos a los pobres menos pobres y transformamos a la clase obrera en clase media ascendente.

García Linera recibió de manos del rector Luis Negretti la distinción de
Profesor Honorario de la Universidad Nacional de Villa María

Tras referirse a este nuevo orden social y político que tuvo  lugar en Bolivia, Argentina, Brasil, Ecuador, Paraguay y Venezuela, el vicepresidente boliviano ponderó la conformación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), a los que se refirió como “estructuras continentales muy importantes”.

Para graficar lo dicho, recordó cuando se nacionalizó el petróleo en Bolivia y las grandes corporaciones amenazaron a Evo Morales con no darle tecnología para boicotearlo. “El señor Kirchner tomó un avión, fue a Bolivia y le dijo: ‘Evo, si ellos no te dan tecnología, nosotros te damos”, y en medio de los aplausos del público agregó “Cómo no voy a extrañar eso. Teníamos dignidad. Nos hablábamos entre nosotros sin esperar la visita imperial porque no había imperio”.

Y poco después recordó cuando en 2008 hubo un golpe de Estado en Bolivia y la Unasur se reunió primero en Chile y luego en su propio país y dijo que no iba a reconocer en Bolivia a ningún gobierno que no hubiera sido elegido democráticamente.

“Unasur no fue un encuentro de presidentes; fue la construcción lenta y brillante de presidentes sin la presencia de patronazgos”.

Sin embargo, Lineras no eximió a los últimos gobiernos progresistas de Latinoamérica, entre los que incluyó al propio, de su mirada aguda y crítica, cuestionadora e interpelativa; mirada propia de un revolucionario. Y en ese juego, definió: “La delegación de la gestión de lo común; eso es el Estado”, y tras cartón sentenció que “ningún Estado hace revolución”, para ensayar luego el juego dialéctico que se plantea entre movimientos sociales, Estado, poder, construcción de poder.

Todo, expresado con sencillez, con ejemplos concretos, con situaciones reales y anécdotas de su propia gestión, con una claridad meridiana y sin dobleces para que todos pudieran entender; como quería Arturo Jauretche, quien advertía que “cuando los economistas hablan muy difícil y nadie los entiende, no es que uno sea burro, sino que seguro le quieren meter el perro”.

Linera está exento de esa pretensión. A tal punto que es capaz de afirmar que “el sentido común es más profundo que la ideología” porque es “prerreflexivo” y se construye durante largos períodos en los que se trabaja sobre valores éticos, morales, espirituales” de la vida cotidiana.

Y haciendo autocrítica, señaló que los gobiernos progresistas de América Latina no supieron  incidir sobre ese sentido común; el sentido común de esa nueva clase media ascendente que esos mismo gobiernos ayudaron a crear”.

Para cerrar su clase magistral, Linera volvió a reivindicar el papel activo del ser humano en la historia y señaló que a pesar de que “estos son momentos muy duros, América Latina aún no ha definido un horizonte a largo plazo. Y eso es lo bueno; en eso está la esperanza. Los gobiernos neoliberales se quedaron sin un discurso que convenza; cuando Inglaterra se va de la Unión Europea y Estados Unidos anuncia medidas proteccionistas, dos referentes del libre mercado, y China, supuestamente comunista, sale a ganar mercados mundiales y a prestar dinero, uno no sabe a quién creerle”, señaló el vicepresidente boliviano. Y en estas contradicciones el intelectual cifra sus esperanzas para un futuro que deja planteado un nuevo desafío.