Incendio en el montecito de barrio Malvinas – Se quemaron plantas jóvenes, no árboles grandes
Escribe: Emiliano Eandi DE NUESTRA REDACCION
Así lo creen desde la Asamblea Socioambiental en un comunicado. Mientras se desconoce la forma en la que se inició el fuego, se presume una intencionalidad debido a que el Código de Edificación Municipal lo plantea como área residencial. Es el último bosque autóctono urbano y la comunidad resiste el desmonte
El incendio ocurrido el pasado jueves en el algarrobal de barrio Malvinas Argentinas -más conocido como el montecito- despertó una serie de dudas acerca de la intencionalidad del siniestro, pero también respecto del futuro que le espera al último pulmón verde de la ciudad, en el que predominan árboles autóctonos fundamentales para la biodiversidad y el control natural de las aguas de lluvia.
“¿Hasta dónde va a llegar esta máquina capitalista de destrucción? ¿Progreso para quiénes?”, manifiesta una parte del comunicado de la Asamblea Socioambiental Villa María-Villa Nueva, que desde el comienzo se formó para proteger ese monte nativo.
Si bien aún se desconoce el hecho que motivó el incendio, hay varias versiones circulando. Una de ellas es la que, sin mencionarla de forma directa, presume el grupo ambientalista.
Para comprender mejor la frase citada del comunicado vale recordar que el actual Código de Edificación Municipal (Ordenanza 6.402) clasifica esas 32 hectáreas como zona periférica apta para consolidar una área residencial de Villa María.
Otra de las versiones señala que, desde hace un tiempo, el montecito sirve de “basural” para algunos vecinos e incluso para ocultar o descartar objetos robados.
Lo cierto es que si uno recorre la parte incendiada (ingresando por calle Tucumán al 3000, esquina Neuquén) solo se observan restos de residuos incinerados sobre el cordón de la vereda paralela al algarrobal.
Unos 25 metros monte adentro se divisa lo que fue el principal foco de incendio, aunque hubieron varias “manchas” de fuego en un radio de 100 x 100 metros, según datos que proporcionaron desde Bomberos Villa María.
En ese sector no hay restos de ningún material quemado, solo los pastizales y algunas renovables (plantas más pequeñas), lo que genera mayor incertidumbre sobre cómo llegó el fuego hasta ese lugar.
El hecho ocurrió el pasado jueves cerca de las 13.20, interviniendo una unidad de Bomberos. Desde la entidad señalaron que fue de mediana magnitud y que la mayor complicación fue acceder hasta el lugar de las llamas.
Un duro comunicado
Uno de los sectores que alzó su voz ante el incendio del algarrobal fue la Asamblea Socioambiental Villa María-Villa Nueva, que emitió un sintético comunicado bajo el título “gran atentado contra el montecito”.
“Por medio de las redes sociales nos enteramos y nos dirigimos lo antes posible, tomamos estas fotos desgarradoras, donde podemos ver cómo el aparato desarrollista se hace paso ante nuestros espacios naturales, dejando solo devastación”, explica el texto en referencia a las fotos de las partes incendiadas (similares a la publicada en esta página).
“Pudimos observar que las partes afectadas corresponden al sotobosque presente, donde especies adultas nativas no llegaron a ser alcanzadas, aunque sí los renovables. Pudimos hacer un mapa estimativo para dar cuenta de la superficie afectada.
Ya se están tomando medidas al respecto, ya que la generación de focos de incendio, en estos días de altas temperaturas también hace correr riesgo a los vecinos presentes”, detalla el parte.
Sobre el final, otra reflexión que presume un mensaje al desarrollismo inmobiliario: “¿Hasta dónde va a llegar esta máquina capitalista de destrucción? ¿Progreso para quiénes? organización y acción”.
En tanto, desde el Centro Vecinal de barrio Malvinas Argentinas, se mostraron preocupados ante la situación.
“Si hay un responsable de esto, tiene que ir a la Justicia hasta las últimas consecuencias”, expresó su presidente, Mauricio Güizzo al ser consultado por EL DIARIO.
El algarrobal comprende unas 32 hectáreas que son propiedad privada y tiene un bosque autóctono que representa el mayor pulmón verde de la ciudad, además de revestir suma importancia por las especies que allí habitan, como el algarrobo, curupí, tala, chañar, cina-cina y espinillo negro.
En la provincia de Córdoba queda solo el 3% del monte nativo inicial.
Opinión – ¿Qué cambió a un año de la ordenanza?
El 30 de marzo de 2017 el Concejo Deliberante aprobó la Ordenanza 7.125 que declara de interés público la “conservación, protección, estudio, enriquecimiento, mejoramiento y ampliación de los bosques naturales y árboles autóctonos, aislados o en sistemas, que se encuentren implantados dentro de dominio público”.
En aquel momento se tomó como un logro del sector ambientalista, ya que uno de los reclamos desde que se inició la lucha por la defensa del montecito fue que se legislara para su protección.
Lo cierto es que, en particular sobre ese sector de barrio Malvinas Argentinas, nada se hizo desde el Estado municipal y, sumado a una serie de declaraciones del intendente Martín Gill, solo generó mayor incertidumbre al respecto.
Esto descontando que no se realizó ninguna gestión de áreas de reserva ni la celebración de servidumbre ambientales (acuerdos con privados para la conservación de áreas naturales), puntos que promueve la ordenanza.
Tampoco prosperaron los proyectos que entregaron al municipio estudiantes de la licenciatura en Ambiente y Energía Renovables de la UNVM, que fueron recibidos con bombos y platillos, pero quedaron en el anuncio.
En diciembre del año pasado el mandatario municipal emitió una serie de declaciones a EL DIARIO en las que afirma que “la propiedad privada está limitada, preservando la reserva natural del lugar”.
Al margen de que el término “reserva natural” le correspondería si hubiese una norma (municipal o provincial) que así lo determine, la preservación no implica solo la limitación al privado -ni la aprobación de una ordenanza- sino que necesita de una puesta en valor en conjunto con actores sociales (como los proyectos estudiantiles, por ejemplo) y barriales para hacer uso de ese espacio privado con el único fin de cuidarlo y concientizar en la materia.
A un año de aquella ordenanza, el monte autóctono del Malvinas sigue en peligro. En la misma entrevista, Gill adelantó que “cualquier tipo de desarrollo que se realice en el lugar tendrá que ser armónico con esta reserva natural”, abriendo la posibilidad a la intervención del espacio para la urbanización, en coherencia con el Código de Edificación