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Festejos locales por el fin de la guerra en Europa

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Festejos locales por el fin de la guerra en Europa
Ilustración: R. Olcelli, sobre “El beso más famoso del mundo”, fotografía de Alfred Eisenstaedt en ocasión del festejo por el fin de la guerra tomada en Nueva York entre un marinero y una enfermera

NOTA Nº 536, escribe Jesús Chirino

Bajo el ruido que actualmente produce la escalada militar que vive el mundo, que dio un paso más con el bombardeo a Siria, recordamos cómo tomó Villa María la noticia del final  de la Segunda Guerra Mundial en 1949. Aquel fue un conflicto bélico que se inició en 1939 en el cual se desarrollaron todo tipo de atrocidades. Se calcula que durante los seis años y un día que duró esa guerra, perdieron la vida entre 50 millones y 70 millones de seres humanos.

 

Día de la Victoria

En la etapa final de la Segunda Gran Guerra se produjo el avance definitivo de las fuerzas de los Aliados sobre las Potencias del Eje. El último día de abril de 1945 Adolf Hitler se suicidó y Alemania comienza su caída final. El 2 de mayo, se rindieron las tropas alemanas en Italia. En la misma jornada los soviéticos conquistaron Berlín. Dos días después se rindieron las tropas en Dinamarca, los Países Bajos y el norte de Alemania. El 7 de mayo, en la ciudad francesa de Reims, el resto de las tropas alemanas acepta su derrota. Aunque algunos grupos continuaron la resistencia hasta 12 de mayo, el 8 los Aliados occidentales celebraron el “Día de la Victoria en Europa”, por su parte la Unión Soviética, el 9 de mayo, conmemoró el “Día de la Victoria”.

 

Juventud: divino tesoro

Con la mayor celeridad posible, la noticia recorrió cada rincón del mundo. Esa nueva también llegó a Villa María donde la evolución de los acontecimientos bélicos fueron vividos con intensidad. Había quienes inclinaban sus preferencias por los países integrantes del Eje, en tanto que muchos otros preferían la victoria de los Aliados. En la tapa de la edición del sábado 12 de mayo de 1945, del periódico local Tercero Abajo, se publicó una nota bajo el título “Fue impresionante la manifestación por la victoria de la humanidad”. Se refería a la gran manifestación pública que se había desarrollado celebrando la victoria de las fuerzas aliadas en Europa. La mayoría de los participantes de aquella jubilosa reunión fueron jóvenes. El periodista escribió “un grupo de estudiantes en forma espontánea organizó un acto con el fin de festejar la victoria de las armas aliadas, y en contra de todos los fascistas del mundo y principalmente los de Villa María”. Recordemos que el fascismo, con importante desarrollo en nuestro país, también tuvo adeptos en la ciudad donde desarrollaron actos y pegatinas de afiches. Incluso en alguna escuela, los docentes se quejaron porque el director les obligaba a tener colgado un retrato de Benito Mussolini.

 

En relación al acto celebratorio del fin de la guerra en Europa (aún quedaba el frente de oriente donde se lanzaron las bombas atómicas), al decir del periódico citado “transcurrió dentro de esa norma invariable que tiene nuestra juventud, recorrió las calles en el mayor orden depositando sendos ramos de flores en la estatua del General San Martín y Sarmiento… En repetidas ocasiones, dejaron oír gritos de viva, la policía democrática de Villa María, luego de pronunciar discursos alusivos al gran día de la victoria, la manifestación que sobrepasaba las tres mil personas… se disolvió en el mayor orden, dando gritos a la democracia y al triunfo de las naciones unidas”. Pero no solo los jóvenes celebraron, también el comisionado municipal organizó el festejo e hizo embanderar la sede del municipio local en calle Mendoza.

 

A la mesa

La noticia continuó teniendo repercusiones locales. En los medios de la ciudad se publicaban novedades acerca de gente, en diferentes lugares del mundo, agradeciendo el final de la guerra en Europa. La prensa local también daba cuenta de lo que sucedía donde la contienda continuaba. Consultando la prensa de la época, se encuentran noticias acerca del racionamiento de combustibles, problemas para importar elementos, falta de neumáticos, campañas de ayuda para los europeos, etcétera. Todo propio del impacto de la guerra en nuestro país que, oficialmente, se mantuvo neutral hasta cerca del desenlace final del conflicto bélico. Pero también pueden leerse acciones que intentaban reparar las heridas que se habían abierto a partir de diferencias ideológicas entre inmigrantes cuyas naciones participaron de la guerra. Es así que el mismo Tercero Abajo, el sábado 19 de mayo, anunció que “Seis mil italianos se concentrarán en Villa María, festejando el Día de la Victoria”. El periódico dice que la Comisión Directiva de la Sociedad Italiana organizaba “un acto” al que concurrirían italianos “de diversos puntos de la provincia, con la idea de festejar el Día de la Victoria de las armas aliadas”. Pero también se deja en claro que el encuentro “tenía el propósito” de “formar también la unidad moral y política de todos los  italianos de nuestra zona, tan divididos en otros momentos entre fascistas y democráticos”.   Quienes lideraron la organización del acto, que fue bastante exitoso en cuanto a concurrencia, fueron Carlos Anselmo, presidente de la Asociación Italiana, y Fernando Bonfiglioli.

 

El periodista que escribió la nota, habla claramente de lo beneficioso que sería ese encuentro dado que se trata de la posibilidad de “que después de tantos años, se sentarán por fin en la mesa cordial, de la paz y de esa íntima camaradería que siempre gozaron los italianos de todo el país, hasta que un día el fascismo los dividió en forma irreconciliable”. Al mundo aún le quedaba vivir el horror del arma más destructiva que construiría el hombre que el 6 de agosto mataría a 70 mil personas en Hiroshima y, el 9 de agosto, a 80 mil en Nagasaki. Luego de eso se conocerían los crímenes más horrendos que se cometieron durante la guerra. Dolor que debería haber servido para no iniciar ningún conflicto armado más. Pero desde entonces se han suscitados innumerables guerras y todas producen grandes heridas generacionales.