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El punto tardó en madurar

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El punto tardó en madurar
Ferreyra y Javier Demarchi le cercan el camino a Nicolás Brugnaro, el interesante volante fortinero que ayer no tuvo mayor incidencia en el juego. Rivadavia y Alumni igualaron en Arroyo Cabral y conservaron sus puestos

Apertura – Zona B – 5ta. Fecha

Rivadavia, que caía 1 a 0 por el gol de Gonzalo Núñez en la visita en el cierre del primer tiempo, erró mucho en el arco rival hasta que, a diez minutos del final, encontró el empate con el tanto de Maximiliano Páez. El 1 a 1 dejó buenas impresiones a ambos

 

Escribe Juan Pablo Morre

En el fútbol hay muchas variables que determinan el desarrollo de los partidos, y ayer, en el estadio Luis María Piñeiro de Arroyo Cabral, parecía que la eficacia premiaba a uno y castigaba al otro.

Alumni, finalizando el primer tiempo, encontró la ventaja con un 100% de contundencia, en su única acción de gol en el partido; y Rivadavia, después de errar mucho, en gran parte del trámite penó su mala tarde frente el arco rival.

Sin embargo, la insistencia le dio un guiño al local en la recta final del trámite y llegó al 1 a 1 que, en definitiva, dejó con buen semblante a ambos equipos. Es que la repartija le permitió al Verde defender la punta y su invicto en la Zona B, pese a que acumula empates en condición de local; mientras que el Fortinero terminó valorando la unidad, ante lo que fue el desarrollo del cotejo, y que lo afirma en zona de clasificación.

Desde el principio del trámite, ambos conjuntos dejaron en claro sus posturas. Alumni con una clara intención de controlar la pelota y explotando la dinámica de sus volantes externos, y el Verde respondiendo con dos líneas bien compactas, presión en la zona media y basando sus ataques fundamentalmente al ingenio de Páez.

Así las cosas, con el Fortinero con muchos pases laterales y sin profundizar no encontró opciones de complicar a la última línea del Verde que, después de los 20 minutos, dejó en claro tener mayor aptitud para atacar, con un productivo trabajo de Páez y Javier Demarchi y las apariciones sorpresivas de Pascual Gudiño en el área rival

De igual modo, erró en la definición. A los 21’, Páez tiró el centro al segundo palo, Pereyra ganó a pura intuición, pero cabeceó desviado y, un minuto más tarde, otra vez Ojito ganó a pura viveza y le cedió el gol a Gudiño, quien la vio tan fácil que definió débil y llegó la notable respuesta del arquero rival, Jonathan Scalzo.

Con dichas opciones de gol, Rivadavia tomó el control del juego a través de su practicidad, pese a que a veces se excedía en el juego aéreo; pero siguió creando chances de gol, ya que a los 39’ Gudiño llegó como nueve tras el centro de Javier Demarchi, pero cabeceó mal.

Era el momento del Verde, pero el que festejó fue Alumni. Es que, a los 41’, el Fortinero combinó en velocidad y por el carril del medio y Torelli dejó de cara a Berardo a Gonzalo Núñez, quien con notable definición abrió el marcador para el elenco villamariense, que otra vez sufrió a los 46’ -luego de perder a Peñaloza por lesión- con un tiro cruzado de Páez que se fue apenas desviado.

En el entretiempo, Rivadavia fue una tromba. El técnico Marcelo Santoni metió a Ribba y Echegaray y apostó a tres atacantes fijos, y se ubicó decididamente en campo rival, ante un rival que, por decisión propia y llevado por el rival, se ubicó a defender cerca del área de Scalzo.

Por lo que la visita no podía retener la pelota y así apaciguar la enjundia de un Verde que, principalmente con empuje y la continúa señal de alerta de Páez, continuó poniendo en aprietos a Scalzo, que nada podía hacer a los 17 minutos, con una bomba de Páez, pero la pelota reventó el travesaño.

De a poco, con cambios posicionales y tácticos, Alumni sostenía la ventaja, con un inteligente trabajo de Pablo Torelli, en una doble labor de libero y volante central; y, además, encontró con los ingresos de Herrero y Navarro, reducir la intensidad del local con retención de pelota.

De todos modos, sin capacidad de hilvanar contragolpes, Rivadavia, asumiendo riesgos, encontró el anhelado tanto, con una decisión determinante que fue mandar de doble nueve a Nicolás Pedernera; es que, éste, tras centro preciso de Javier Demarchi, ganó en las alturas y habilitó a Páez, quien mostró su estirpe goleadora (media vuelta y de zurda), dejó sin chances a Scalzo: 1 a 1. El arquero, de igual modo, le negó la posibilidad de ganar al local ganándole el duelo a Echegaray, un par de minutos más tarde, y luego de ello la paridad ya no sufrió riesgos, quedando como dato la roja a Falucho Ferreyra para el local.

 

La figura Jonathan Scalzo

Con dos atajadas notables, una en cada tiempo, resultó determinante para impedir la caída de su equipo; en el anfitrión, el atacante Maximiliano Páez fue un peligro constante y anotó, con excelente definición, el empate de su equipo.

 

El árbitro Mario Taborda

Regular actuación; en el primer tiempo obvió faltas claras y, con ello, algunas amonestaciones; en el complemento no aplicó la “ley de ventaja” en algunas oportunidades. De todos modos, no influyó en el desarrollo del juego y del marcador.