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Un cierre con balance positivo

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Un cierre con balance positivo
Los jugadores pudieron hacer una despedida con una cena

Básquet – Ameghino

Escribe Gustavo Ferradans

Ya cayó el telón de una temporada histórica para el básquet de la región. La última bola (sobre la chicharra) del estadounidense Roberson terminó entrando con algo de suspenso y le dio el triunfo a Oberá en tiempo suplementario. Esa bola marcó el cierre de la serie en favor de los misioneros y el último partido de Ameghino en esta temporada liguera.

De todos modos, para los villamarienses puede entenderse que fue un partido más en esta nueva experiencia de jugar en la segunda división del básquet nacional.

Es imposible querer iniciar un balance sólo mencionando esa última acción, sin ver el camino recorrido, el trabajo realizado por jugadores, cuerpo técnico y dirigentes; sin analizar el paso importante para el club y el básquet de la ciudad, y por qué no también del deporte villamariense.

Aquella pelota del final marcó el cierre de un gran capítulo, pero que determina la realización de un balance que, desde todo aspecto, es positivo:

-Luego de 30 años, el básquetbol villamariense volvió a competir en la segunda división nacional y cumplió con su principal objetivo, que era mantener la categoría.

-Si bien la campaña muestra que terminó en los puestos de abajo y por momentos con riesgo de perder la categoría, Ameghino derrotó a todos los equipos que le tocó enfrentar, de local o visitante, en un torneo que demostró ser de alto nivel y de gran paridad.

-En la primera fase tuvo un gran desempeño, ganando 8 de los 14 partidos jugados, quedando segundo en las posiciones de la División Centro Norte y manteniendo un invicto de local en los 7 partidos disputados.

-En la segunda fase le costó encontrar el nivel de juego del comienzo y cerró con 9 victorias en 26 partidos, quedando 12mo. en las posiciones, logrando mantener la categoría y clasificar a los playoffs de octavos de final.

-Otro detalle para analizar es el presupuestario. Si bien la inversión del club es importante, fue en muchos casos comparativamente con la de otros clubes muy inferior. Muchos clubes con más experiencia en la categoría se han preparado para buscar el ascenso, contratando a jugadores de mucha jerarquía y presupuestos muy elevados. Esos detalles, en ciertos momentos de un partido pueden pesar y ser decisivos para definir un resultado.

-Sin dudas, Ameghino demostró estar a la altura de las circunstancias. El club ha venido manteniendo un crecimiento sostenido en su cancha, en la estructura del cuerpo técnico, en su plantel y en sus equipos de inferiores.

-Un dato más, el proceso de Ameghino es atípico en el básquet profesional. Hace más de 8 años que mantiene su cuerpo técnico. Pablo Castro ha sido campeón de la Liga Cordobesa en 2015 y lleva dos torneos federales y una Liga Argentina (ex-TNA) en el club. Algo atípico para estos tiempos. El grupo que trabaja con él ha demostrado criterio y empeño y su nivel de profesionalismo acompaña este crecimiento.

-En algunos clubes son un puñado de dirigentes los que se reparten todo el esfuerzo. En Ameghino ocurre totalmente lo contrario. A toda hora y también en cada partido hay dirigentes haciendo algo en el club. Los días de partidos por la Liga Argentina o la Liga Femenina pueden ser 30, 40 o 50 las personas trabajando en diferentes roles, desde cobrando una entrada, recibiendo y atendiendo a autoridades, invitados o periodistas, cuidando los accesos a los vestuarios, los que atienden quioscos o parrillas y colaboran con el control del partido, entre otros; sumemos también al grupo de prensa del club que realiza la transmisión en streaming o el que se encarga de redes sociales e información; eso también marca un crecimiento.

En tiempos en que es muy difícil conseguir gente para trabajar en los clubes, ver tantos dirigentes y colaboradores trabajando también forma parte de estos logros y del crecimiento.

Un empujón importantísimo para pensar el trabajo que viene es la decisión de la Asociación de Clubes de suspender los descensos para 2018-19, lo que le permitirá al club villamariense proyectar sus objetivos con dos años como mínimo en esta categoría. El club ha mantenido esa coherencia en la última dar pasos firmes y seguros, una de las razones de su presente.