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Vivieron de cerca el conflicto en Nicaragua

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Vivieron de cerca el  conflicto en Nicaragua

Dos villamarienses en la zona de los enfrentamientos

En Managua, cuando la revuelta popular alcanzó su punto máximo de expresión y fue violentamente reprimida, estuvieron Susana Romero Olthoff y Benjamín Parra. “Tuvimos miedo, pero queríamos quedarnos a ayudar a la gente que lo necesitaba”, dijeron

Benjamín y Susana, testigos ocasionales de jornadas violentas

Los villamarienses, Benjamín Parra y Susana Romero Olthoff, fueron testigos presenciales de los comienzos del gravísimo conflicto social en  que se encuentra sumida Nicaragua.

Es que Benjamín -chileno radicado en la ciudad desde hace más de diez años- y Susana -que cursó sus estudios en el Rivadavia- como integrantes de la organización internacional CVC La Voz (servicio satelital de programación radial con contenido cristiano más extensa en el mundo de habla española), estaban precisamente en la capital del país centroamericano cuando detonó la crisis donde miles de nicaragüenses tomaron las calles y fueron sangrientamente reprimidos (con un saldo de 25 muertos) por efectivos policiales y militares que responden al presidente Daniel Ortega.

En Managua, Parra y Romero, se disponían a brindar charlas, una jornada de capacitación y a tomar contacto con comunicadores de los medios que integran la cadena CVC (exponían junto a los radicados en Estados Unidos, Fabio Criales y Yiyi Zapata), pero el levantamiento popular, alteró totalmente los planes.

“Tuvimos miedo, pero también estaba presente la adrenalina de quedarnos para ayudar a las personas que lo necesitaban”, coincidieron en expresar.

“Los organizadores de los eventos a los que fuimos invitados consideraron que era mejor que nos retiráramos de Nicaragua ya que los enfrentamientos comenzaban a multiplicarse y también las víctimas y heridos”, relataron.

 

Evacuados

En diálogo con EL DIARIO, los protagonistas de esta historia precisaron que en las rotondas la gente encendía neumáticos y colocaba adoquines y otros obstáculos para evitar el paso de los vehículos.

“En el marco del plan de evacuación, nos cambiaron de hotel y tardamos más de una hora para ir hasta otro alojamiento cerca del aeropuerto,  por calles angostas, evitando las manifestaciones”, señalaron recordando también los sonidos de las balas y los estrépitos de las escopetas lanzagases.

En la madrugada del domingo último, mientras en las calles todo era un caos, Benjamín y Susana pudieron filtrarse hasta el aeropuerto, donde los esperaba el vuelo de regreso a la Argentina y a Villa María.

“No estamos contentos porque tuvimos que marcharnos de Nicaragua para decir estamos a salvo, estamos con dolor porque amamos al pueblo nicaragüense, dejamos la tierra de ellos, pero quedó un pedazo de nuestros corazones con ellos, no sabemos qué va a pasar, no sabemos cuándo volverá la paz, pero ellos saben que nosotros estaremos pendientes y velaremos desde nuestro países, por sus vidas. Paz para Nicaragua”, reflexionaron a través de las redes sociales, Parra y Romero, vecinos de la ciudad y ocasionales espectadores de una situación que por su nivel de violencia hasta fue severamente  condenada por la ONU.