Luego de haber pintado escuelas en siete fronteras argentinas, este año la colaboración del Instituto “El Caminante” está planteada en una escuela en las sierras de Córdoba que ha sufrido las inclemencias del fuego y de las inundaciones, la “24 de Septiembre”.
“Las realidades que hemos conocido impactan en los alumnos -explicó la institución- formándolos en valores y como ciudadanos responsables. Las escuelas elegidas se encuentran en parajes con paisajes desconocidos para nosotros, la selva y su tierra colorada, los viñedos y los valles secos en la cordillera, los lagos en el sur. La solidaridad no se modifica como el paisaje, se mantiene y se transmite pues son diferentes alumnos los que emprenden esta tarea”.
Los encargados de pintar escuelas son los alumnos de quinto año del instituto, acompañados por alumnos de otros cursos que desean compartir la tarea con ellos, en donde se prioriza el trabajo en equipo y la colaboración.
Los chicos están motivados para emprender el trabajo, Ayelén dice: “Quiero viajar para poder ayudar y brindar lo más lindo que cada uno posee”. Magui: “Quisiera hacer algo diferente y al mismo tiempo conocer personas nuevas, conocer sus necesidades, sus saberes culturales, en síntesis aprender de ellos y que aprendan de nosotros”. Marco: “Además vamos a hacer actividades recreativas con los alumnos de la escuela, y conocer un lugar diferente”.
Entre las expectativas de los chicos, se cuenta el establecer lazos de confianza con sus compañeros, trabajar en equipo, disfrutar de compartir con personas de las cuales pueden aprender, ejercer la solidaridad.
Guadalupe, que ha participado de viajes anteriores comenta: “Siempre he disfrutado de estos viajes de proyectos porque te dejan una gran enseñanza, una experiencia hermosa. Vivís diferentes realidades, compartís momentos con gente que tiene otra forma de ver la vida, ayudar es algo maravillosos”.
La directora Ingrid Becco explicó que “la solidaridad se produce cuando un grupo de personas colaboran mutuamente para la consecución de un bien común, es un valor trascendente para la Humanidad, lo comprueban los esfuerzos para sobrellevar las tragedias y como las personas encuentran mejores soluciones si lo hacen juntas”.
“El poder de la solidaridad es de tal magnitud, que nos vuelve más fuertes, más autónomos, para ello no alcanzan las buenas intenciones sino que es necesario ponerlas en actos. Y este trabajo en conjunto genera como valor agregado el trabajo en equipo. Afirma lazos de confianza, establecen objetivos comunes, favorece la toma de decisiones, el compromiso personal y sin dudas la comunicación”, señaló la directiva.
“La problemática adolescente en el contexto de la posmodernidad, nos interpela como adultos respecto de los modelos que los chicos toman en la construcción de su propia subjetividad, experiencias significativas como la que proponemos, es un humilde aporte en este sentido”, agregó.
Diamela Tavella, coordinadora del viaje, brindó su opinión: “Desde que se realiza la tradicional ‘Pintada de escuelas de frontera’ he querido participar y este año tuve la posibilidad no sólo de ser parte del viaje, sino también de coordinarlo. Fueron varios meses de planificación conjunta con alumnos y muchos profes que han colaborado en la realización de innumerables actividades para lograr la concreción de esta experiencia que se enmarca en el proyecto de pro-socialidad que sostiene nuestra escuela. En pocos días, desde el martes 3 al 6 de noviembre, estaremos en la escuela “24 de Septiembre”, además de pintarla, desarrollaremos actividades de integración e interacción con los alumnos de allí. El proyecto se complementa con la plantación de árboles autóctonos que los estudiantes han cultivado en el instituto bajo la coordinación de Mercedes Caballero en el marco del Proyecto Takku”.