HUMOR VIAJERO
Por el Peregrino Impertinente
Angkor Wat es un templo ubicado en el noroeste de Camboya. País del sudeste asiático con nombre de mermelada que durante muchos años se destacó en los mercados mundiales por su producción de arroz “Es verdad. Pero por suerte cambiamos, y ahora nos dedicamos a la producción de pobres. Una cosa que no será tan buena para el trabajador, pero que sin dudas es muy bien visto por los inversores, los inversionistas y los invertidores”, comenta el funcionario Ehle Than Garca, presidente del partido político y fondo de inversiones local “Let’s Change”.
Lo subrayable es que a Angkor Wat se la considera como la estructura religiosa más grande del mundo “Ave María purísima sin pecado concebida, la de cosas que podría hacer yo en un lugar así”, comenta el padre Grassi, pensando erróneamente que se trata de un templo católico.
Dedicado al hinduismo (en rigor nació para adorar a Visnú, el dios hindú que tiene las manos más largas que Bill Cosby y el Bambino Veira juntos), el espectacular complejo arquitectónico fue erigido en el meridiano del siglo XII. Sobresalen en él sus tres enormes recintos, y las cinco torres que se elevan al cielo en forma de flor de loto.
Desde su nacimiento, Angkor Wat supo ser el principal baluarte espiritual de Angkor, la antigua capital del poderoso imperio Jemer. De allí que al viajero, contemplando las ruinas, le resulte fácil adivinar el pasado de esplendor del edificio. Epocas doradas en las que no existían políticos como Ehle Than Garca, ni inversores, inversionistas e invertidores que mandaran todo a la re calcada Camboya que lo parió.