El mundo de los perros y gatos recuperados está lleno de historias que vale la pena narrar. Y una de estas páginas importantes la dio a conocer en los últimos días el diario La Nación, describiendo cómo el conductor Leo Montero y su mujer, María Laura Tedesco, le cambiaron la vida a un perro galgo llamado Simón.
El animal tiene 7 años, un adulto mayor, contempla su nueva realidad con su mirada húmeda y se relame su hocico canoso. Su gesto cambió increíblemente desde que habita la casa del animador televisivo y su mujer, quienes tienen una postura tomada al respecto y hace rato predican en las redes #adoptánocompres. Leo colabora en la difusión de casos, con ayuda concreta a refugios e información desde su programa. Pero finalmente, luego de despedir para siempre a un querido compañero canino que los acompañó 15 años (Bruno), les tocó el turno a ellos de convertirse en adoptantes.
Para recibirlo, el matrimonio llenó de tiernos mensajes las redes en homenaje al nuevo integrante de la familia: el único macho, ahora con tres hembras de compañeras: Gina, Rita y Luisa. “Ya nos habían dicho que eran cariñosos, que buscan abrazar todo el tiempo y las otras tres lo recibieron perfecto, a coletazo limpio”, contó Leo.
Pero esa felicidad que el can atigrado transmite ahora en cada movimiento de su elegantísimo andar no existió siempre.
“La realidad de los galgos es muy dura, no solo en este país. Por la velocidad que los caracteriza como raza se los usa para carreras, son explotados, abusados y maltratados”, explica Alejandra Peralta, presidenta y fundadora de Adoptá un Galgo en Argentina, una ONG pionera en el país que se ocupa de rescatar, recuperar y dar en adopción perros de esta raza a lo largo del territorio nacional.
“Sobre todo en el interior, el problema con estos perros es feroz. La prohibición por ley de las carreras no ha mejorado sustancialmente su situación, ni logrado bajar la cantidad de casos reportados”, añadió Alejandra, que vivió muchos años en Italia y vio cómo allá sucede lo mismo.
En el caso de Simón, Leo Montero contó que hubo que hacer mucho trabajo nutricional con él; con los días sanaron sus heridas y recuperó el peso adecuado y el brillo de su pelaje.
El galgo fue rescatado en la localidad bonaerense de Pergamino, junto a su hermana.
Ambos animales fueron recuperados de un “galguero” que los había abandonado en el fondo de su campo. Se encontraban en un estado de desnutrición avanzado, lastimados y débiles. Ella lamentablemente falleció.
Por falta de hogares de tránsito, Simón fue llevado al refugio municipal donde estuvo dos años.
Ahora está con su nueva familia. Y hace pocos días, Malu, la mujer de Leo, posteó en las redes una foto abrazando la cabeza canosa del animal y escribió: “Somos de quienes nos encuentra en pedazos y nos ama hasta dejarnos completos, de quién no nos cambia, nos mejora #adoptánocompres”.