UNVM – El Consejo Superior aprobó un protocolo redactado con la participación de todos los claustros
La UNVM aprobó ayer su propio protocolo, que es una guía para actuar ante casos que ocurran dentro de la Universidad, para prevenir y también para acompañar a las víctimas que sufran violencia fuera del ámbito académico
El Consejo Superior aprobó el “Protocolo para prevenir, abordar y sancionar las violencias de género en el ámbito de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM)”.
De esta manera, la Universidad se convierte en el primer ámbito de la ciudad en contar con una herramienta específica para estos casos.
Patricia Chiavassa, trabajadora no docente de la UNVM e integrante de la comisión redactora del protocolo, valoró la labor de Marcela Pozzi. “Ella es la encargada del programa de Género y Sexualidad de la Universidad, que depende del área de Bienestar. Y representa a la Universidad de Villa María en la red interuniversitaria contra la violencia de género, que depende del Consejo Interuniversitario Nacional”, explicó.
“El tema, en definitiva, se ha venido trabajando en todas las universidades y con Villa María, hay 27 que tienen un protocolo aprobado y muchos otros que están en proceso de redacción”, agregó.
Por otra parte, destacó la modalidad que se aplicó en Villa María: “Acá se dio participación a todos los claustros. Valoramos mucho que no hayan bajado un proyecto ya elaborado, sino que nos permitieran redactarlo desde nuestra visión”.
Ese proyecto, tras obtener el dictamen favorable de las Comisiones de Bienestar y de Interpretación y Reglamento-allí hicieron algunos cambios de forma- llegó al Consejo Superior, donde quedó aprobado con el voto unánime de funcionarios académicos y representantes de los claustros estudiantiles, graduados, docentes, y no docentes.
Fundamentos
A partir de su aplicación en la UNVM, esta herramienta permitirá proyectar un “ambiente universitario libre de discriminación, violencias y hostigamiento por razones de sexo, de género o de identidad sexual”. Alcanza tanto a las estudiantes como a las trabajadoras docentes y no docentes “y también, incorpora la posibilidad de acompañar a integrantes de la comunidad universitaria que sufran violencia fuera de este ámbito”, agregó la trabajadora no docente.
“Es decir, si, por ejemplo, una alumna es víctima de violencia en su casa, nosotros la acompañaremos para que acuda a las instituciones que corresponda. No queremos dejarlas solas”, agregó.
Frente a hechos concretos que ocurran dentro de la Universidad, el protocolo establece que puede haber una denuncia, un manifiesto o una consulta. “El caso de la consulta es para evacuar dudas y plantear casos que pueden encuadrarse en algún tipo de violencia de género. La denuncia es ya para un caso concreto, que activa la comisión interdisciplinaria creada específicamente para ese fin, y el manifiesto, es el que se puede hacer de manera anónima, para alertar alguna situación que permita actuar preventivamente”, informó.
Una vez que la comisión estudia el caso y entiende que hay un responsable de hechos violentos dentro de la Universidad, lo derivan a las oficinas donde se determina si corresponden o no sanciones.
Destacó también que bajo el paraguas de la normativa aprobada por el Consejo Superior, se buscará realizar acciones de “prevención, visibilización y sensibilización. Esperamos trabajar mucho en prevención, con acciones de concientización y capacitación, para crear ámbitos libres de violencia”, concluyó Chiavassa.