Cartas – Opiniones – Debates
Consideraciones sobre el aborto
El problema con el tema del aborto es que desde el momento mismo de la concepción ya hay vida. Para mí, ahí termina el debate. Ese embrión gestado no es una vida en potencia, sino que ya tiene un ADN propio y es una vida gestada dentro del cuerpo de una mujer. Entonces, la extirpación o interrupción de esa gestación no es ni más ni menos que un crimen, lo que convierte al aborto no en una cuestión social o de salud pública, sino moral.
Ahora bien, es innegable que mueren muchas mujeres por año en abortos clandestinos (no dispongo de cifras fiables, pero para el caso es lo mismo que sea una, que cien o diez mil, el asunto es que no muera nadie), entonces, ¿qué hacemos con este asunto? Cuidado desde el Estado, mediante acompañamiento médico y psiquiátrico durante el embarazo, para luego asegurar un lugar donde esa criatura puede ser dada en adopción. Nadie, ni el padre ni la madre de esa criatura deberían tener potestad obligatoria si no se quieren hacer cargo, pero el crimen (entiéndase, aborto) no debería ser el camino a seguir.
La mujer tiene derecho sobre su cuerpo, eso es indiscutible, pero no sobre el ser que se gestó en su vientre, ya que se trata de otra persona, otra vida. No es su cuerpo, es otro.
Y esto también cuenta para los aberrantes casos de violación que pueda haber: el Estado se debe hacer cargo, no solo del niño por nacer, sino de la madre, asistiéndola en todas sus necesidades.
Claro que para esto es indispensable que el Estado también intervenga de manera eficaz con educación sexual, prevención asistida con métodos anticonceptivos y haciendo una fuerte campaña generando conciencia sobre el tema. Los métodos anticonceptivos deberían ser todos gratuitos y de acceso público. La intervención del Estado en educación sexual es fundamental, con participación en escuelas, iglesias y centros vecinales, enseñando sobre una concepción responsable y el uso de métodos anticonceptivos, y en caso de, a pesar de esto, gestarse una vida (que una mujer quede embarazada sin desearlo) debe haber acompañamiento irrestricto para cuidar la salud de la madre y el ser concebido. Esto cuenta, como ya dije, también para los monstruosos casos de violación. Y agrego: acelerar los trámites para poder adoptar, algo tedioso y terriblemente burocrático en este país.
Los métodos anticonceptivos, como sabemos bien, son muchos y muy variados: vasectomía, preservativos, diu, ligadura de trompas, pastillas, control de los días fértiles, etcétera. Claro, son más para la mujer, ya que no está bien visto que sea el hombre el que se cuide, siendo que el método más seguro es la vasectomía. Eso también es algo a revertir, ya que un embarazo en camino es asunto de dos.
Nadie tiene el derecho de quitarle la vida a nadie, ese es el punto, y la solución del Estado no puede ser el asesinato. Para resolver el grave asunto de las muertes de mujeres en abortos clandestinos no puede promover legalizar la muerte de un no nacido.
Por supuesto, el hecho de que mueran mujeres por realizarse abortos es catastrófico y el Estado debe hacer algo urgente al respecto, pero ese algo no puede ser exterminar el “problema” abortando porque eso demuestra una gran incapacidad de parte de quien debe velar por el cuidado de todos y todas.
Solucionar la trágica realidad de los abortos clandestinos legalizando el crimen del no nacido es como querer terminar con la delincuencia imponiendo la pena de muerte. En ambos casos se demuestra la misma ineficiencia de solucionar un grave problema por parte del Estado. ¿Qué pasará si en un municipio hay exceso de perros en la calle? ¿La solución será matarlos? ¿O si hay muchos niños con piojos en la escuela? ¿Les van a cortar la cabeza? Imagino que no.
Ahora, hay un asunto difícil de dirimir y tiene que ver con las posiciones que avalan una y otra postura. Tratando de evitar fanatismos, aunque no pretendiendo ser objetivo (algo imposible de conseguir), digo: hay posturas que sostienen desde la ciencia que la vida se concibe desde la misma concepción del embrión y estas posturas son honestas, sinceras, bien intencionadas y solventadas desde la exactitud científica; otras posturas sostienen, también desde la ciencia, que en ese embrión no hay vida, sino una vida en potencia en un grupo de células, y estas posturas también son honestas, sinceras, bien intencionadas y solventadas desde la exactitud científica (claro que en ambas posturas hay quienes no tienen buenas intenciones ni son honestos y demás, pero voy a basarme en quienes son honestos en ambos lados del debate). Teniendo en cuenta esto, y ante el posible error en cualquiera de las posturas, sostengo, a mi modo de ver, que el riesgo que se corre en caso de estar equivocada la postura proaborto es demasiado grave como para ser apoyada.
Esto es, suponiendo que la versión proaborto esté equivocada, se está cometiendo un genocidio sin mediar compasión ni misericordia.
En cambio, si la postura contra el aborto está equivocada, no se corre ningún tipo de riesgo, ya que la mujer que queda embarazada sin desearlo tendría el acompañamiento por parte del Estado y su bebé podría ser dado en adopción.
De más está decir que mi postura es en contra del aborto y que no encuentro posibilidad de apoyar la terrible opción contraria.
Sin más, agradezco la posibilidad de expresarme por este medio y espero que todos tengamos la misma posibilidad de opinar con total libertad, incluidos los por nacer.
Daniel Castoldi – DNI 26.862.619
Agradecen acciones del municipio
Como presidente del barrio San Nicolás y en nombre de todos los vecinos, quiero agradecer el intenso, prolijo y correcto trabajo realizado por el área Corralón de la Municipalidad de Villa María en la zona donde vivo. Hablo de poda, recolección de residuos no orgánicos y arreglos de todas las calles.
No dudo que el corralón y sus empleados trabajan de acuerdo a las indicaciones y decisiones que toma el intendente Martín Gill y su equipo, por eso, cuando escucho o leo voces que reclaman “¿y para cuándo los barrios?”, en el San Nicolás podemos dar fe de que el municipio y el intendente acuden cuantas veces sea necesario.
Tal vez este agradecimiento no tenga el impacto de un reclamo, pero estoy seguro que bien vale la pena ponerle la voz a los vecinos que agradecen todos los días vivir en esta ciudad.
Alfredo González – DNI 18.526.074