Este año desde distintos frentes proteccionistas nacionales se propuso peticionar el urgente tratamiento a la Ley 14.346 de Protección Animal, “una ley de más de 60 años que amerita una urgente modificación para atender las cuestiones referidas a la protección de los animales y frenar los actos de maltrato y crueldad a los que son sometidos”. Proteccionistas y vecinos de Villa María y localidades cercanas suman su apoyo a la campaña
El compromiso de las acciones proteccionistas ha conseguido que conductas de crueldad naturalizadas a lo largo de los años sean ahora no solo mal vistas, sino también castigadas.
En Argentina existe una ley que reprime el maltrato animal desde hace más de 60 años, pero su aplicación sobre casos concretos ha sido en ese lapso muy esporádica.
El maltrato animal es un delito sancionado por el Código Penal a través de la Ley 14.346, que prevé penas de 15 días a un año de cárcel, que -como todas las de menos de tres años- son excarcelables si el condenado no tiene antecedentes.
La ley, sancionada en 1954, pone en el mismo nivel los casos de maltrato (como negar bebida o comida) con hechos como provocar lesiones o la muerte de un animal.
Fue (mal) llamada “Ley Sarmiento”, porque el que hizo las primeras gestiones para su sanción fue Ignacio Albarracín, presidente de la Asociación Protectora de Animales de Buenos Aires y descendiente de Domingo Faustino Sarmiento.
Actualmente, los hechos como la muerte del perro Chocolate en San Francisco, movilizaron reclamos de entidades protectoras para que el Congreso modificara la Ley 14.346.
Abogados expertos en Derecho Animal plantean que la ley de 1954 es obsoleta. Entre los déficits, marcan que no hace punible el abandono, no alude a la situación de los zoológicos, no castiga la tenencia irresponsable y no regula los criaderos clandestinos.
El pedido para que se impongan penas de hasta cuatro años -argumentan- resultaría lógico para equipararlo con la reciente ley, de 2016, que prohibió las carreras de perros, con condenas que van desde los tres meses hasta los cuatro años.
Otros sectores dudan de la razonabilidad de aumentar las penas.
“A mediados de este mes se empieza a tratar la reforma de la ley y estamos todos esperanzados. Queremos que la gente que está en contra del maltrato y pida como nosotros que se eleven las penas a los maltratadores, pueda manifestarlo a través de su foto”, manifestó a este suple la proteccionista Katy Maidana.
Desde hace semanas, los vecinos de la ciudad se sacan una foto con sus mascotas y un cartel exigiendo #NoalMaltratoAnimal: “La respuesta de la gente fue exitosa. Cada vez se ve más compromiso en lo que a la defensa de sus derechos se refiere. Empezaron a llegar fotos de Villa María y distintas localidades cercanas. El objetivo de esta campaña es presionar para que se vote a favor de esta reforma que tanto necesitamos”.
El caso Chocolate, un punto de inflexión
La muerte de Chocolate expuso de la forma más cruel el nivel de maltrato que reciben algunos animales. Este perro de apenas tres meses fue despellejado en vida y murió luego de una semana de terrible agonía el año pasado.
El hecho ocurrió en la ciudad de San Francisco y tuvo como acusado a Germán Gómez.
Que un culpable, como se determinó, de un acto de crueldad contra un animal llegue a juicio y pueda ser condenado fue un hecho excepcional.
Miles de situaciones similares se dan a diario en todo el país sin que siquiera sean denunciadas, o, si son objeto de alguna imputación legal, nunca su autor es juzgado y condenado. De hecho, la muerte de Chocolate es la primera causa por maltrato animal que llega a juicio. Otros casos se diluyen en el otorgamiento de una probation para el responsable.
Como suele suceder con casos judiciales de gran repercusión, que movilizan a la opinión pública y generan transformaciones irreversibles, el de “Chocolate”, cuya muerte provocó marchas de repudio y pedidos de justicia en varias ciudades de la Argentina, marca un punto de inflexión en la historia de la aplicación de la legislación en la materia.
Pero los nuevos tiempos requieren, también de adaptaciones normativas. Por tal razón es que la comisión encargada de elaborar el anteproyecto de reforma del Código Penal introducirá, entre otros cambios, una nueva perspectiva legal para el maltrato y la crueldad hacia los animales. El Código reformado incluirá un nuevo capítulo y un título especial, además de elevar las penas respecto de la vieja Ley 14.346, del año 1954.
Los avances en la conciencia respecto de la necesidad de condenar el maltrato animal, por cierto, nos son generalizados. Hay quienes consideran exageradas las expresiones a favor de la defensa de los animales y el medio ambiente y más aún el agravamiento de las penas para quienes cometen este tipo de delitos.
Si tales conductas empezaran a castigarse con mayor dureza y frecuencia, siempre por supuesto de acuerdo con los parámetros legales, y se promovieran campañas más sistemáticas y eficaces en contra de ellas, los abusos de esta índole continuarían disminuyendo notablemente.