El espacio que encabeza Marisa Sánchez recibió a más de 80 niños esta semana a cenar, por lo que la ampliación del salón que está en etapa final “es una gran alegría”
Los más de 80 niños que recibió una noche atrás Marisa Sánchez en el comedor Caritas Felices del barrio La Calera hace que la noticia sea aún más celebrada: está prácticamente terminada la ampliación del salón.
Es que no hay espacio suficiente para darle un plato de comida a cada uno de los 83 niños que cenaron el martes por la noche, y que lo hacen tres veces por semana, y por eso desde el comedor se habían planteado el desafío de agrandarse.
“Estamos terminando de a poquito, nos falta aún pero está quedando muy lindo, está listo el frente, techo, ventanas, falta el revoque y poner el piso”, explicó Marisa.
“Este espacio se suma al que ya teníamos, se va a voltear una pared y van a quedar unidos los dos salones y a un costado ya está armada la nueva cocina”, contó y recordó: “La idea era agrandar el saloncito porque los chicos ya no entraban. Las otras noches tuvimos 83 chicos a comer y hay días que tenemos 70, otros 65, pero no menos de eso”.
Marisa siempre agradece, porque “sin toda la gente de Villa María que nos dona cosas no podríamos haber hecho nada”. En realidad, muchos deberíamos agradecer el trabajo que ella realiza desde hace más de tres años con los niños a quienes no sólo les ofrece comida, sino que también intenta sacarlos de la calle con diferentes talleres.
Batucada y baile, fotografía y reciclado, además, tres días a la semana ofrecen apoyo escolar para Nivel Primario y secundario a los chicos que asisten al comedor.
“Los otros días estuvieron unos chicos del San Antonio haciendo alfajores de maicena y fue una jornada muy linda”, quiso destacar, también.