Cartas – Los lectores también escriben
Imágenes sepia y actuales muestran situaciones parecidas: corridas cambiarias, remarcación compulsiva de los precios al compás de un dólar que no encuentra techo, incertidumbre, endeudamiento, vuelta al Fondo Monetario Internacional (FMI) con acuerdos secretos, cambios de funcionarios, autos que entran y salen de Olivos: «Todo está perfecto», dice la principal vocera del Gobierno, porque los otros deben estar invernando hasta que pase el frío.
«Todo está perfecto». Y tal vez sea así para el proyecto político actual. Un laissez faire, laissez passer no adecuado para economías emergentes.
Claro está que solo es un empoderamiento de libertades vacías controladas por condicionamientos que impone el FMI.
Es el mismo Fondo Monetario sin aggiornamientos, sin cambios desde su creación en Bretton Wood, en 1944. Hay que recordar la Crisis del Euro que afectó a Grecia, Portugal e Irlanda en 2010, con la injerencia de ese organismo de crédito, que profundizó el ajuste en esos países.
Grecia, el país más perjudicado, recién está dando señales de mejoras con medidas económicas que propiciaron subsidios a los sectores más empobrecidos y aumento de las jubilaciones mínimas no sin presiones de grupos más conservadores que ven con buenos ojos las imposiciones de la Troika compuesta por el Banco Europeo, el FMI y la Comisión Europea.
¿Estarán estas medidas entre los objetivos del Gobierno de Mauricio Macri? A todas luces pareciera que no. Si bien los subsidios en materia laboral siguen vigentes, no alcanzan a paliar el recorte de subsidios en materia energética que afectan los ingresos y una inflación que excede las metas del 15% anual.
Mientras tanto, la incertidumbre crece: ¿qué pasará con el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) del Anses, la llamada “plata de los jubilados”?, ¿qué pasará con nuestros recursos de esquisto de Vaca Muerta?, ¿qué pasará con las contingencias jubilatorias?, ¿qué pasará con nuestra moneda depreciada en un 193% durante los últimos dos años?, ¿qué pasará con las góndolas de los almacenes llenos con productos que no se consumen o con góndolas vacías por desabastecimiento?
¿Qué pasará? Las preguntas quedan abiertas a tantas interpretaciones como significados. La incertidumbre no es buena para la ciudadanía aún acostumbrada a estos cimbronazos.
Quien suscribe no entiende desde esta ciudad de Villa María eso de la co-gobernabillidad ante semejante coyuntura. O eso de que al Gobierno le vaya bien. Son frases voluntaristas que en nada ayudan al esclarecimiento de la opinión pública.
Primero está el país, está la Nación, está el pueblo y no necesariamente los intereses de un Gobierno coinciden con estas categorías y lo que ellas encierran.
El Gobierno debe escuchar los reclamos, debe cumplir con lo que prometió, por algo lo votó el 51% de la población.
Ana Gómez
DNI 10.857.210