CASO ARNOLETTO – Tal como se preveía, la audiencia se realizó a puertas cerradas
Emanuel Retamar dijo que a la hora en que la joven de Pozo del Molle fue violada y estrangulada él estaba “arriba de un camión, viajando para el campo”, donde trabajaba y vivía. Luego compareció Yanina, hermana de la víctima. El papá y otros hermanos presenciaron el debate
El santafesino Emanuel Heraclio Retamar (38) negó haber violado y estrangulado a Brenda Jael Arnoletto (24), al declarar ayer en la audiencia inaugural del juicio que se le sigue por el brutal crimen ocurrido en Pozo del Molle la noche del 28 de noviembre de 2016.
El trabajador golondrina se defendió diciendo que a la hora en que se produjo el asesinato de la joven, situado por la Justicia entre las 22.30 y las 23.30 de aquel lunes, él se encontraba “arriba de un camión”, viajando hacia Campo Ricca, donde realizaba tareas como tambero y se domiciliaba circunstancialmente.
“A esa hora que dicen yo no estaba en el pueblo, iba en el camión para el campo”, señaló el peón rural, y agregó que más temprano había comprado un pasaje para volverse en colectivo, pero que cuando llegó a la terminal, el transporte de pasajeros “ya se había ido”.
Retamar, alias “Manuco”, sostuvo que se cruzó a la estación de servicio YPF que está ubicada al frente, donde un camionero se encontraba cargando combustible, y que le pidió que lo llevara hasta el predio rural emplazado sobre la ruta nacional 158, en el paraje Trincheras, entre Pozo del Molle y Las Varillas.
El ADN lo condena
Pese a la posición exculpatoria del acusado, cabe señalar que las pericias genéticas realizadas sobre los restos de semen encontrados en el cuerpo de la víctima determinaron que el ADN pertenece indubitablemente a Retamar, lo que configura una prueba contundente en relación al abuso sexual cometido previo al asesinato.
El presunto femicida nada dijo sobre esa cuestión (tampoco respondió preguntas) y solo se limitó a negar que en la franja horaria descripta en la pieza acusatoria, durante la cual se habría producido el feroz ataque, “estaba viajando” en el camión por la ruta 158.
De instancia privada
La primera audiencia del proceso oral comenzó a las 10.45 y, tal como se preveía, el debate se realizó a puertas cerradas, es decir, sin permitirse el acceso del público en general ni de los medios de prensa en particular al recinto que la Cámara del Crimen posee en el quinto piso del Palacio de Justicia local.
Como uno de los hechos (la violación) es de instancia privada, la legislación establece que las deliberaciones se deben llevar a cabo sin la presencia de personas ajenas al proceso, principalmente para proteger la integridad de la víctima.
No obstante, el presidente del tribunal, René Gandarillas, autorizó al padre y a los tres hermanos varones de Brenda (no son testigos) a presenciar el debate, pese a que la familia no se constituyó en la causa como querellante particular.
La mamá de la joven no estuvo presente, mientras que la hermana menor, Yanina Arnoletto, permaneció en otra dependencia del quinto piso, ya que momentos después prestó declaración testimonial.
Ni bien comenzó el juicio, Gandarillas les tomó juramento a los jurados populares y posteriormente les concedió la palabra al fiscal Francisco Márquez y a los asesores letrados Silvina Muñoz y Francisco Argañaraz, codefensores de Retamar, para que realizaran la presentación del caso, explicando así lo que pretenden probar durante el proceso.
Seguidamente, la secretaria Gabriela Sanz leyó la acusación de los hechos que se le atribuyen a “Manuco”, quien está imputado como presunto autor de “abuso sexual con acceso carnal” y “homicidio doblemente calificado”, por críminis causa (matar para consumar otro delito y lograr la impunidad) y por violencia de género, una gravísima figura que tiene como única sanción la prisión perpetua.
Momentos más tarde declaró Retamar y luego hizo lo propio Yanina Arnoletto, cuyo testimonio estuvo relacionado con las cualidades humanas de su hermana, ya que no se trata de una testigo presencial.
La joven relató que aquella noche salió a caminar con una amiga y que se cruzó con Brenda, quien estaba haciendo lo mismo por el circuito pedestre conocido en el pueblo como “chanchódromo”. La saludó y siguió rumbo a su casa, donde cenó y luego se fue a dormir.
Entre sollozos, Yanina recordó que a primera hora de la mañana siguiente se enteraron de que habían encontrado a una chica muerta cerca de la Escuela General San Martín y que, junto a uno de sus hermanos, poco después le tocó la penosa circunstancia de tener que reconocer a la víctima.
Hoy, en doble turno
Para hoy, en el marco de la segunda audiencia de debate, fueron citados ocho testigos, en su mayoría vecinos de Pozo del Molle que aquella noche vieron a Retamar en el pueblo, y también está previsto que comparezca el camionero que lo llevó hasta el paraje Trincheras.
El tribunal tiene previsto receptar testimonios en doble turno (mañana y tarde) y luego habrá un cuarto intermedio hasta el martes, ya que el lunes no habrá actividad por el paro dispuesto por la CGT.
Es probable que el miércoles se escuchen los alegatos de las partes y a media tarde de ese mismo día se dicte sentencia.