Apertura – Cuartos de final – Ida

En la vuelta del fútbol a la “Casa Blanca”, Universitario le ganó 2 a 1 de visitante a Playosa con un doblete de su número 10, Tomás Pratti. El Albo descontó en el cierre del partido y dejó abierta la serie

Escribe Daniel Rodríguez

Una renovada “Casa Blanca”  estaba ya preparada para empezar a latir nuevamente fútbol en la tarde dominical. No faltaba nadie. Allí estaba Playosa, esperando para demostrar el juego que lo llevó a los cuartos de final. En la visita, Universitario también preparó sus armas y con poderío ofensivo logró, finalmente, llevarse una ventaja importante de cara al partido de vuelta.

Planteos en juego

Ya desde los primeros instantes el elenco dirigido por Joselito Bernadó ofrecía y mostraba su tarea poblando el campo rival. Con un Juan Acosta movedizo más el trabajo de Lucas Barengo y “el Chino” Moyano un poco más retrasado, los “académicos” no salieron a defendó desde media distancia demostrando el deseo de marcar desde el arranque. Eso no era todo, en una réplica Acosta habilitó nuevamente a Monettoi, quien volvió a estar cerca del grito (la pelota se fue, cerquita, por arriba del travesaño).

Recién a los 10 minutos (siempre en la primera etapa) el albo  comenzó a reorganizarse para equilibrar la balanza a su favor. Más no podía. Si bien Servetti encaraba con pelota dominada, no podía dar con Dino Gagliese para asociarse o se encontraba con Picotti (defensor de la “U”) que realmente fue infranqueable en su tradicional posición de defensor central.

Explotando la banda izquierda, Universitario sentía comodidad para hacer su faena. Y si bien tuvo algunas réplicas en su contra, fueron más bien tímidas.

Los minutos pasaban y el partido parecía caer en una meseta. Sumado a eso, el roce constante generaba algunas molestias, sobre todo en el banco visitante, lo que generó que Bachanini, arquero suplente, se fuera expulsado.

A los 34 minutos, tras una pausa extensa de equilibrio, finalmente se moverían los piolines, en una avivada de Moyano, quien jugó rápido un saque lateral en tres cuartos de cancha, allí la tomó Barengo, quien corrió hasta el fondo y, bien pegadito a la línea de cal, asistió con un centro exquisito de tres dedos a Tomás Pratti que, de “palomita”, estampó la apertura del marcador.

Desde allí, los anfitriones comenzaron a ser prisioneros de su nerviosismo y no sabían como reaccionar. Ante la falta de respuestas futbolísticas, por medio del esmero lograron hacer una réplica muy similar a la que fueron víctimas (también apuraron un lateral) pero Servetti encontró la acertada respuesta de Simón Mellano, quien la envió al córner luego de volar sobre su palo izquierdo.

Tiempo de definiciones

De cara a la segunda etapa, Paulo Velasco comenzó a mover un poco las piezas en su equipo. Esa era su búsqueda para poder ganar un poco más de metros e intentar empardar la situación. La idea era buena y la ecuación podría dar buen resultado, pero no contó con el “laboratorio” de los villamarienses. Es que, a los 15 minutos, tras un tiro de esquina en el que Barengo jugó corto para Pratti, el “diez” se posicionó desde afuera del área y desde allí envió un “sablazo” que se coló en el palo izquierdo del arquero haciendo inútil la volada de Garetto. El delantero marcaba su “doblete” y tenía una tarde perfecta. Si él sonreía, sus compañeros también.

Antes del segundo tanto a su favor, la “Uni” ya había insinuado el intento de estirar la ventaja. A los 8 minutos Barengo disparó desde media distancia y la pelota dio en la red, pero del lado que no suma. Más tarde Juan Acosta también remataba pero el envío era bien neutralizado por el otro Acosta, Alexis (recién ingresado en el local).

Aún así, y aunque el segundo tanto cayó como un balde de agua fría sobre los locales, quedaba tiempo para resignarse fácilmente a que le quiten un buen resultado en su territorio.

Haciendo de tripas corazón, Playosa empezó a buscar la manera de descontar. Las entradas de Yúdica y Piva por jugadores de carácter más defensivo le dieron más oxígeno y, esencialmente, mayor herramientas en ofensiva. De esta manera proyectó sus filas en campo rival y obligó a retroceder a la Uni que, en los minutos finales, jugó sin atacantes (Moyano retrocedió a la zona de volante y Brian Sanabria se fue expulsado), para rearmar su línea defensiva, ante la ventaja a su favor.

Tanto va el cántaro a la fuente que, finalmente,  bien cerquita del epílogo del cotejo (a los 37 minutos), en una jugada rápida, Velasco (que trepó hasta campo vecino) ganó en el área rival y de cabeza mandó una pelota que cruzó toda el área hasta ser interceptado por el ingresado Yúdica, que definió fuerte y abajo. Los anfitriones podían al fin descontar para tener un poco más de aire de cara al partido de vuelta y, esencialmente, mantener la ilusión al momento de pensar en una serie abierta.

¡Y por Mellano no fue empate! El ocaso de la historia encontró a todos los protagonistas en terreno visitante. El buen tino del arquero, más la selva de piernas que interceptaban cada remate, hicieron imposible estampar un empate final.

En fin, Universitario logró la ventaja, sufriendo en la parte final, pero resolviéndolo previamente con un “diez” repleto de confianza y puntería.

La figura – Tomás Pratti.  Autor de un doblete, el delantero fue efectivo y tuvo el arco entre ceja y ceja. En el segundo gol, un disparo exquisito de media distancia. La pelota siempre al diez. En la visita también se destacó Juan Acosta como generador de juego, y la certeza defensiva del juvenil Goroso.

El árbitro – David Peninger. De buen trámite. No influyó en el resultado del partido aunque se le fue un poco de las manos en los últimos minutos. Cumplió su tarea en un encuentro que se volvió trabado y rústico, por momentos.