Usuarios se niegan a reparar pérdidas en sus cañerías causando daño ambiental y estructural
La Cooperativa 15 de Mayo interrumpió el servicio de red a una decena de usuarios que derraman miles de litros de agua por día. Uno corrigió el desperfecto y los otros nueve, en lugar de reparar la pérdida, hizo un bypass para conectarse de manera clandestina a la red
En promedio, una familia de Villa María consume entre 600 y 700 litros diarios de agua. No es así en el caso de 10 usuarios ubicados en distintos barrios, que llegaron a “gastar” 20.000 litros por día.
Frente a ese panorama, la Cooperativa 15 de Mayo, después de advertir la irregularidad a los usuarios sin ser escuchados, resolvió limitar la prestación del servicio dejando una canilla “directa” para que puedan acceder al vital elemento.
“Cuando advertimos un elevadísimo consumo como en estos casos, presuponemos que hay una pérdida, por eso intimamos para que en un plazo perentorio dieran arreglo a los desperfectos, no solo por la preservación del recurso vital, sino por la preservación de la vida de las personas, porque esos miles de litros que van a los terrenos de fundación (donde están los cimientos) puede causar perjuicio en las viviendas o en la vida, dado que pueden colapsar esos inmuebles”, explicó a EL DIARIO el presidente de la Cooperativa 15 de Mayo, Jorge Costa.
Tras la limitación del servicio, solo un usuario reparó el desperfecto y normalizó la situación. Los nueve restantes improvisaron un bypass desde el caño de la red hacia el domicilio. “Lo que hicimos nosotros hoy -por ayer- conjuntamente con la Municipalidad, es intimarlos a que en cinco días vuelvan a arreglar el desperfecto. Si no lo hacen, ahí sí la ley nos faculta para cortar la prestación”, precisó.
“Quiero dejar aclarado que la medida no es por una deuda económica, sino por la preservación del recurso y de la vida de las personas”, agregó.
Las viviendas cuyos propietarios hicieron las conexiones clandestinas están ubicadas en diferentes barrios de la ciudad. “Se trata de inmuebles modestos, pero la negativa a reparar las pérdidas no es por una cuestión económica, porque en el caso de que así lo hubieran expresado, nosotros tenemos un área de servicio social y si determinan que no hay recursos, nosotros mismos lo arreglaríamos”, planteó Costa.
La determinación del consumo la realizan cada dos meses, cuando hacen la lectura de los medidores. “Si detectamos que el consumo es un 50% superior al promedio, enviamos una notificación para advertir que hay una pérdida. Es común que eso pase, y habitualmente, la reparan. Lo que no es común es lo que pasó en estos casos, tanto por la magnitud de la pérdida como por la negativa a repararla”, dijo.
“El hecho de que se nieguen a arreglar el problema habla de la falta de conciencia sobre la seguridad propia y sobre el cuidado del ambiente”, expresó.
También expresa la escasa voluntad de pago, porque una boleta de agua por esa cantidad de consumo, supera los dos mil pesos mensuales. “Para nosotros es una pérdida, porque lo tenemos que facturar y ya sabés que están dentro del rubro de dudosa cobrabilidad”, concluyó Costa.