Ante el Informe de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer que vincula estos productos con el riesgo de cáncer, los especialistas sugieren no alarmarse. El Ministerio de Salud de la provincia, recordó la importancia de una dieta equilibrada, con frutas y verduras, y hacer actividad física
Hace unos días, la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud, dio a conocer una nueva monografía en la que indican que el consumo de carnes rojas y de carnes procesadas, como fiambres y embutidos, están asociados a un mayor riesgo de padecer cáncer colorrectal; es decir, de colon y/o recto.
Según el director del Hospital Oncológico Provincial, Martín Alonso, es importante saber que desde hace varios años “se viene acumulando evidencia de que diversos tumores están asociados al tipo de dieta, por eso entre las recomendaciones de prevención del cáncer venimos insistiendo con consumir más frutas y verduras y menos carnes rojas y procesadas”.
El informe de la IARC recolecta y sistematiza esta evidencia acumulada. Según expresa la organización, “otras agencias de salud ya recomiendan limitar el consumo de carne” para reducir el riesgo de otras enfermedades. Por eso en la misma línea, consideraron necesario proveer evidencia científica autorizada sobre el riesgo de cáncer.
Alonso llamó a no asustarse y apuntar siempre a una dieta variada y equilibrada, teniendo en cuenta los beneficios de cada grupo alimenticio: “El consejo no es dejar de comer estos productos, sino consumir en forma moderada las carnes rojas -como ya se venía diciendo en relación a la prevención de enfermedades cardiovasculares- y con menor frecuencia, fiambres y embutidos”.
Qué dijo la IARC
En esta nueva monografía, la IARC considera que las carnes rojas son “probablemente cancerígenas”, y las ubica en el Grupo 2A. Esto significa que hay evidencia limitada proveniente de estudios epidemiológicos que muestran una asociación positiva entre comer carnes rojas y desarrollar riesgo de cáncer colorrectal. Evidencia limitada significa que se encuentra una asociación, pero no pueden descartarse otras explicaciones (por ejemplo, la exposición a otros probables agentes cancerígenos).
En el caso de la carne procesada -como fiambres y embutidos- la IARC las clasifica en el Grupo 1 como “cancerígenas”. Esto significa que hay suficiente evidencia en estudios epidemiológicos para afirmar que comer carnes procesadas puede causar cáncer colorrectal.
Sobre el tema, Alonso explicó que “las categorías de la IARC establecen un ranking de evidencia científica y no necesariamente el nivel de carcinogénesis”. Es decir, que no estamos hablando de que una sustancia sea más o menos cancerígena que la otra, sino de que existe más información para avalar que puede producir cáncer.
El especialista remarcó que el cáncer colorrectal es el segundo más frecuente en la provincia, “por eso, siempre suma hablar de su prevención y de su detección precoz, que aumenta notablemente las chances de curación”, afirmó. Al respecto, recordó que hombres y mujeres a partir de los 50 años deberían consultar al médico para programar una colonoscopía u otros estudios, de acuerdo a sus antecedentes personales o familiares.
La correcta manipulación de los alimentos, clave para prevenir el SUH
El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una enfermedad causada por un grupo de bacterias productoras de toxina Shiga, entre ellas la Escherichia coli. Estas bacterias son altamente agresivas y, por lo tanto, muy pocas células son suficientes para provocar la infección.
“La complicación de la enfermedad afecta particularmente a niños, ancianos y aquellos que, por padecer otras enfermedades, tienen su sistema inmunológico deprimido. Por ello, si un niño presenta diarrea aguda, no hay que medicarlo y hay que acudir inmediatamente a un centro de salud”, recomendó la secretaria de Prevención y Promoción de la Salud, Marcela Miravet.
Entre los principales alimentos de riesgo para contraer SUH, se encuentran las carnes, el agua contaminada, la leche cruda y sus derivados sin pasteurizar, las frutas y verduras, jugos de fruta no pasteurizados, yogur, mayonesa, embutidos fermentados, entre otros.
Dentro de las carnes, la picada es la que representa mayor riesgo. Esto se debe a que durante el picado, la bacteria pasa de la superficie de la carne al interior del producto donde es más difícil que alcance la temperatura necesaria para eliminarla durante la cocción.
Además, es importante prevenir el contagio evitando la contaminación cruzada, es decir el contacto de alimentos no contaminados con otros que sí lo están, -lo que resulta especialmente riesgoso para aquellos alimentos que se consumen crudos-, y en el uso de los utensilios.
También puede transmitirse de persona a persona, por el lavado inadecuado de manos, por lo que resulta fundamental mantener la correcta higiene antes y luego de manipular alimentos, indicó en un informe el Gobierno de la provincia.
