La tasa local es una de las más bajas del país, pero en varios barrios los indicadores son muy preocupantes
El índice de la ciudad es de casi 5%. En el Felipe Botta llega al 22,22% y en el Belgrano, a 18,75%. Además, en numerosos sectores supera los dos dígitos
Escribe: Diego Bengoa
El martes se conoció que la tasa de desocupación que presenta Villa María es del 4,92%, un dato que surgió de la primera Encuesta Trimestral de Hogares (ETH) que puso en marcha el municipio a través del flamante Centro Estadístico.
Es una aproximación, ya que a diferencia del censo nacional 2010 (el último que se realizó), no se relevan todos los hogares, aunque surge de un muestreo representativo y tomando como base los protocolos de los organismos que censan.
Para esto, el operativo incluyó los 39 barrios, 803 viviendas y 2.441 personas encuestadas.
La ETH, además de brindar la posibilidad de contar con indicadores locales comparables con organismos provinciales, nacionales e internacionales, presenta la posibilidad de observar el detalle de cada indicador a nivel territorial dentro de la ciudad, algo que hasta entonces no se podía. De hecho, EL DIARIO buscó en los últimos años a través de distintas áreas estatales la discriminación de habitantes por barrios, sin lograr obtenerlo.
Es precisamente la posibilidad de mirar los datos con lupa lo que evidencia fuertes asimetrías en el conglomerado. Así, si bien a nivel ciudad la tasa a marzo de este año es más baja que la que tenían, por ejemplo, el Gran Córdoba (6,6%) y Río Cuarto (5,7%) en 2017, e incluso transforma a Villa María en la cuarta localidad con menor desocupación de la Argentina, en diversos barrios la situación es muy preocupante.
En detalle
Según el Censo 2010, la localidad tenía un 4,09% de desocupación. La actual (mirando marzo) es levemente superior, 4,92%. Pero cuando se relocalizan los indicadores, se detectan fuertes subas en vastos sectores.
No solo que en estas zonas a las que se hace referencia la desocupación creció de manera considerable en relación a 2010, sino que los valores están muy por encima del promedio de Villa María en su totalidad.
Como se conoce, la tasa de desocupación se calcula como la relación entre la población desocupada y la población económicamente activa.
La tasa más alta se registró en el Felipe Botta, con un 22,22%, es decir 17,3 puntos arriba del promedio local. No solo eso es un signo de alarma, sino que mirando hacia atrás, se observa un fuerte salto, ya que en 2010 (y de acuerdo a lo que se conoció ahora, algo que hasta la actualidad no se blanqueaba) era de 4,65%.
En lo que son números rojos, le sigue el Belgrano, con un 18,75% (en 2010 era de 4,02%). Luego están el Bello Horizonte con 12,2%, casi el triple de lo que arrojó el censo nacional hace ocho años, y el Villa Albertina, con 11,11%.
En tanto, en el Roque Sáenz Peña es de 10,71% (era de 5,29%).
Por su lado, en varios barrios el indicador roza los dos dígitos. Es el caso de Nicolás Avellaneda (9,8%, cuando en 2010 era de 5,56%), Carlos Pellegrini (9,68%, era de 6,23%), San Martín (9,52%, era de 5,27%) y Barrancas del Río (9,09%, era de 3,60%).
En Los Olmos es de 8,70%, el doble que lo que registró el censo, y en San Juan Bautista es de 8,06%, advirtiendo que en 2010 fue del 3,75%.
El caso de Las Playas
A contramano de lo que sucedió en casi todos los demás barrios, en Las Playas la desocupación a marzo de 2018 era más baja que la que había detectado el censo de 2010. Es de 3,70; antes fue del 4,98%.
Por otro lado, de acuerdo a lo que refleja la plataforma del Centro Estadístico, no hay desocupación en barrios como General Paz, el Centro Este o el Malvinas Argentinas.
Es llamativo que tampoco exista en el San Nicolás y La Calera, zonas donde hay muchas necesidades (ver El dato). En esos barrios el censo había arrojado un 7,91% y 6,93%, respectivamente.
Asimetrías: dos ciudades
Las tasas de desocupación en distintos barrios, como las que reflejan los porcentajes de asistencia educativa de adolescentes por sector (que se publicó en la edición del jueves), muestran con solidez científica lo que siempre se sospechó: hay dos ciudades, una, la del centro y sus barrios límitrofes, y otra, la del cordón periférico desde lo geográfico.
Esto insta al Estado y a las instituciones de la comunidad a acentuar sus esfuerzos para la generación de oportunidades para toda la ciudadanía. Hubo una primera movida: Gill decidió que habrá una Oficina de Empleo y la Escuela de Oficios en el ex-Pasteur, precisamente por este cuadro.