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“Algo inútil, siempre resulta caro”

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“Algo inútil, siempre resulta caro”
Al analizar la eficacia de los “despertadores” para mejorar el tránsito, la UCR detectó que en enero pasado se gastaron cerca de 900 mil pesos para su colocación

Reductores – La UCR cuestionó los valores que se pagaron por los materiales

Según la UCR, para los despertadores el municipio pagó $1.229,9 el metro en enero último y la semana pasada costaba $439; por tacha vial plana abonó $312, cuando su valor actual 

Desde la UCR Villa María cuestionaron los valores -mucho más altos que los de mercado- que el municipio está pagando para la ejecución de algunos trabajos.

El presidente del comité local, Marcelo Barotto, explicó que el equipo de trabajo del partido detectó “una situación que amerita ponerse en conocimiento público para que se adopten las medidas necesarias y que no vuelvan a repetirse”.

“Vemos los trabajos de colocación de ‘despertadores’ que se hacen en algunos sectores de la ciudad y nos preguntamos si son verdaderas herramientas para controlar el tránsito y cumplir con su mejora, indagamos y lo primero que detectamos son las situaciones anómalas en cuanto a la compra de los materiales”, señaló.

“También nos llamó la atención que dentro de la zona del estacionamiento medido, donde es obligación del concesionario pintar las sendas peatonales, la Municipalidad está haciendo este trabajo. Por eso analizamos la eficacia de este tipo de cosas que se hacen, cuando creemos que la senda peatonal tiene un efecto mucho más educativo y preventivo”, indicó.

“Este informe es el resultado de un trabajo que están haciendo los equipos técnicos de la UCR, que apunta a ver la utilidad de este tipo de intervenciones en la vía pública en las que la Municipalidad está invirtiendo porque supuestamente mejoran el tránsito, y por las que se está pagando bastante más caro del valor de mercado”, remarcó Barotto, a la vez que aclaró que los datos fueron obtenidos en la página de la Municipalidad y de consultas a otros municipios.

 

El equivalente a dos viviendas sociales

“En los aparentes intentos del municipio por llevar adelante una política de tránsito, se observa que no tiene dentro de sus prioridades la correcta señalización de las paradas de colectivo, las sendas peatonales y, en general, toda la señalización horizontal y vertical. Sin embargo, algo que sí se prioriza y en lo que se gasta es en la colocación de lo que se denominan reductores, atenuadores, despertadores, lo que se conoce como los serruchos de plástico, que aparecen en las esquinas, que duran apenas unos meses y que son de dudosa eficacia, salvo que el objetivo buscado sea la irritación de los conductores.

Hay una máxima que lamentablemente se verifica en la administración pública, y también en Villa María: algo inútil, siempre resulta caro. En enero de este año se gastó en estos materiales cerca de 900 mil pesos, con un dólar para esa fecha de 18 pesos.

Para tener una idea al respecto, se realizaron consultas a otros municipios para conocer el costo de estos materiales. En general los adquieren directamente de fábrica y los valores vigentes hasta hace unos días, con un dólar de 28 pesos, por el mismo material eran muy inferiores a los que pagó la Municipalidad.

Para los ‘despertadores’, el municipio pagó en enero 1.229,9 pesos el metro, cuando hasta la semana pasada se conseguía a 439 pesos el metro; por tacha vial plana el municipio pagó 312 pesos, siendo su valor de 123 pesos y así con el resto de materiales.

La empresa beneficiada, que ofertó el material con esos precios, se dedica a vender insumos para seguridad industrial, por lo menos, así se presenta en su página de internet, que es bastante completa, y no promociona estos elementos. Según consta en la página de la Municipalidad, la compra se hizo por concurso de precios, pero si los resultados son éstos, es muy preocupante, también se sabe que no es un hecho aislado.

Pero esto no es todo, la colocación es muy sencilla, sólo hace falta una persona con un taladro y tornillos Fischer. En el área de corralón se supone que tienen taladros y por supuesto gente capacitada para usarlos. Sin embargo, se contrata para realizar las tareas a una monotributista, cuya actividad principal es la de servicios de restaurant y cantina, que según consta en la AFIP, no tiene empleados y se le paga, por ejemplo, 450 pesos para poner un metro de despertadores de plástico. Evidentemente, algo no cierra.

Sólo en enero se gastó o malgastó en ésto el equivalente a dos viviendas sociales o el dinero necesario para que los chicos del barrio de Las Playas hubiesen podido empezar las clases normalmente y no tener que perder varios meses porque su escuela -la Arturo M. Bas- no estaba en condiciones edilicias.

Hace tiempo que se vienen planteando las irregularidades en el área de Compras y contrataciones, cosas como las que aquí se mencionan no sorprenden, pero sí preocupan, porque de la emergencia no se sale sin ideas, acciones, compromiso, participación y honestidad.

Al municipio le cuesta mucho hacer obras con recursos propios y debe recurrir a fuentes de financiamiento alternativos como los préstamos, mientras que los cuantiosos recursos que recauda, acorde a una ciudad privilegiada, se esfuman, y los funcionarios parecen más preocupados por aprovecharse de la necesidades de la comunidad, para sacar alguna ventaja a través de quiosquitos y para satisfacer sus ambiciones”, dice el informe elaborado por la UCR Villa María.