Ley Justina – Ezequiel Lo Cane habló con EL DIARIO, tras la sanción por unanimidad
El papá de Justina contó el minucioso trabajo que llevó a cabo la familia para modificar la ley de donación de órganos y mostró su voluntad de seguir “pensando en todos”, como quería su hija
Un día después de que fuese sancionada la Ley Justina, impulsada por los progenitores de la niña de 12 años que falleció en noviembre pasado después de esperar tres meses por un transplante de corazón, su padre, Ezequiel Lo Cane, dialogó con EL DIARIO.
“Esto es para todos, Justina nos inspiró a pensar en todos en un momento difícil”, aseguró Lo Cane al iniciar una charla en la que detalló no sólo los pasos que siguió la familia hasta llegar a modificar la Ley de Transplante de Organos, sino también el impulso que les dejó esa lucha para ayudar a otros.
“El valiente no es el que enfrenta cualquier cosa, sino el que tiene un miedo -grande o pequeño- y lo enfrenta. Justina tenía 12 años y sabía que si su corazón no llegaba, se moría y en el momento en el que le pregunté qué quería que hiciéramos, cómo podíamos ayudarla, si quería que hiciéramos una campaña pidiendo por ella, me contestó: ayudemos a todos los que podamos. Esa frase de Justina me grita todo el tiempo y me inspira a pensar en los demás, en todos”, aseguró.
“Eso es la Ley Justina, piensa en todos, es una modernización de la ley vigente, que tenía más de 10 años”, agregó.
“A partir de nuestra experiencia, por lo logrado, estamos a disposición de quien lo necesite para analizar y ver si podemos ayudar con lo que están intentando lograr”, afirmó Lo Cane, quien durante su adolescencia residió algunos años en la Fábrica Militar de nuestra ciudad junto a su familia.
“Tenemos armado un equipo que quiere ayudar a todos, nuestro primer objetivo era lograr la Ley Justina, que piensa en todos, ahora queremos ayudar a todos los que podamos, y ahí entra toda la gente que necesite llegar a superar problemas de salud”, remarcó.
“Logramos la Ley Justina trabajando en equipo, un equipo liderado por mí y coordinado por especialistas en distintas materias, desde trasplantes hasta legales, todo fue y es con compromiso”, señaló.
Conmovedora actitud
Ante la pregunta de si conseguió apoyo político inmediato cuando presentó su proyecto, respondió que nada es inmediato en esta vida.
“No fue inmediato pero no porque no haya habido buena intención, la intención y la conmovedora actitud de todos desde el principio fue muy valiosa e interesante. Lo peor que nos pasó fue encontrarnos con personas que nos dijo que necesitaba conocer más la ley, conocer más detalles, otros nos decían que estaba buena pero que se podían mejorar puntos y la fuimos enriqueciendo. También nos encontramos con gente que estaba en contra de algunos puntos y nuestra respuesta siempre fue que nos dieran una mejor opción para trabajarlos juntos, hubo casos en los que hubo contrapropuesta y casos en los que no. Todo esto era evaluado y sometido al punto de vista de profesionales de nuestro equipo, que trabajan en instituciones reconocidas, que no son improvisados”, precisó.
“Lideré un equipo para lograr algo y lo hicimos, ahora queremos ir por más”, enfatizó.
Consultado sobre si Justina hubiese tenido una oportunidad de haberse aprobado la ley apenas se necesitó el trasplante, consideró que no.
“La ley se aprobó ahora, hay que reglamentarla, el Incucai tiene 90 días para hacerlo, aunque hay un compromiso para hacerlo más rápido, pero todo este proceso, en el mejor de los casos, puede llevar un año”, estimó.
“Justina se internó el 31 de julio pasado, el 9 de agosto nos dijo que ayudáramos a todos los que podamos y ahí empezamos con la campaña. En noviembre, principios de diciembre, comenzamos a armar el proyecto de ley y empezamos a trabajar con personas del Incucai y profesionales del mundo del trasplante para conocer qué cosas se podían mejorar, también con Gendarmería, Policía, Bomberos y abogados. Es decir que entre que empezamos con este trabajo con los equipos, se presentó el proyecto, se aprobó, y hasta que se reglamente y se empiece a ejecutar, es un año”, reiteró.
“Y por lo que vengo escuchando de los profesionales que consulté, una vez que se ejecute no se mejora de un día para el otro, entonces una ley como ésta se tendría que haber aprobado hace dos años para que Justina se salve”, puntualizó.
“No obstante, el hecho de que esté aprobada la ley va a generar en la sociedad otra actitud que seguramente va a provocar que aquellos que están esperando tengan más probabilidades, porque va a haber más gente que se registre y va a haber más donantes”, concluyó.
La Ley Justina dispone que todas las personas mayores de edad pasen a ser donantes, a menos que dejen constancia expresa de lo contrario.