AMISTAD – Seniors
Tras un partido que tuvo muchas situaciones de ataque, el equipo de Panadería Agustina logró quedarse con el campeonato gracias a un gol de Mauricio Acosta, con el que venció 1-0 a Optica Lunettes/Adelpa/Copeto
Escribe Daniel Rodríguez
Un sol radiante iluminaba todo el predio del Amistad durante la tarde. Tal como en cada fin de semana las instalaciones estaban repletas de gente ávida de fútbol. El buffet no daba abasto ¡Si hasta se quedaron sin “choris! Y claro, no era un día más, la final tenía a dos equipos que mucho saben del juego. Así fue, entonces, que todo el perímetro del campo de juego fue invadido por simpatizantes, hinchas y curiosos que no querían perderse nada.
El partido decisivo enfrentaba a La Calera/Panadería Agustina frente a Optica Lunettes/ Adelpa/ Copeto. Ahora, a todo nada, los dos equipos debieron salir a la carga y enfrentarse de lleno con el partido más importante.
Ya desde el inicio, y lejos de medirse o estudiarse, tanto Copeto como La Calera mostraban sus armas con ansias de comenzar a adueñarse del título. Por medio de diferentes subidas de Pavignano y algunas triangulaciones asociando a Raciatti en el mediocampo, Copetto se mostraba con deseos de incomodar a Azión. De igual manera La Calera no se quedaba atrás y hacía lo propio: respondía golpe por golpe. Solís y Acosta, en el verdiblanco, se mostraban y exponían su técnica en un juego mayormente disputado por las bandas.
Debido a la elevada temperatura, la fricción del encuentro, más alguna “devolución de gentilezas” el partido comenzaba a picarse; dañando un poco el interesante espectáculo que se estaba brindando. De igual manera, ello ocurrió casi al final.
Antes, durante todo el primer tiempo, ambos elencos parecían ceder su iniciativa y apostar a un posible contrataque. Nadie quería perder, obviamente, pero dichos planteos (que fueron bastante similares) terminaron generando una vorágine en donde finalmente ganaría el que menos se equivocara.
Diego Basacco y Hernán Gallego en el fondo del elenco dirigido por Fabián Pavignano cumplían una buena tarde, asimismo sufrieron demasiado las pelotas paradas: lo que más tarde generaría la fatalidad.
Por el lado del elenco dirigido por Ariel Solís la historia era distinta: la defensa sufría mucho cada réplica, pero Alejandro Azión tuvo una perfecta jornada sacando disparos mano a mano que tenían destino de gol. La historia fue realmente de golpe por golpe, si hasta los travesaños fueron grandes aliados para evitar que las ventajas nacieran y la paridad se quebrara.
Otro tiempo, otra historia
El inicio de la segunda etapa hacía pensar que tal vez un predominio se generara o una idea se plasmara de forma distinta ayudando a romper la igualdad. No fue así, las finales se juegan de una manera particular: con el cuchillo entre los dientes. De igual manera, los dos equipos ya parecían ordenarse más al fondo, colaborando para que los ataques tuvieran mayor fluidez y efectividad.
Así fue que, a los 8 minutos, tras una jugada de pelota parada y una serie de rebotes el balón terminó derivando al corazón del área chica defendida por Dichiara que poco pudo hacer para torcerle el destino. Es que, bien ubicado y anticipando a un rival, Mauricio Acosta ensayó una especie de paloma con la que, frentazo de por medio, abrió el marcador y gritó el 1 a 0. El delantero, que ya se había mostrado movedizo, rompía el maleficio del empate e inauguraba el marcador en la tarde del sábado.
El gol cayó como un balde de agua fría en los jugadores de Copeto que intentaron y apostaron al ataque, más no pudieron.
Producto de un partido abierto y de la velocidad en la que se tramitaba, las rispideces comenzaron hacerse presentes y la final se calentó. Algunas llegadas tarde o una pierna más arriba de lo normal sumergieron el encuentro a un desarrollo cortado e incómodo tanto para los jugadores como para quienes participaban meramente como espectadores.
Producto de esa dinámica, minutos antes del final se fueron expulsados Raciatti y Bassaco (este último recibió la segunda amarilla en el banco de suplentes). A Herman Pons, árbitro encargado de impartir justicia, se le complicaba la tarea de controlar un partido que levantaba temperatura. Los minutos fueron avanzando y el final parecía confirmar la historia que muchos ya habían empezado a cantar al costado del alambrado: La Calera era campeón.
Sí. La Calera lo lograba. En medio de un público enardecido, y algún fuego artificial, recibió el pitazo final con una sonrisa en su rostro. La alegría y el festejo partieron rumbo a tierras verdes y blancas, donde una caravana de bicicletas, motos y autos escoltaban al nuevo campeón de la categoría.
Tercer y cuarto puesto
Siguió el Día del Amigo
Antes del plato principal, y tras un intenso encuentro, Club de Amigos venció a Chacarita Sandra Cagliero/Carnes Mari y se hizo con el tercer puesto del certamen tras varios minutos de desgaste en un encuentro reñido. Es que tras empatar, en un partido intenso por 2 a 2, debieron definir con disparos desde el punto del penal.
El nerviosismo, las ansias y lo cansador del trámite del cotejo generaron fallos en algunos y oportunidades en otros. Así fue que, tras una reñida serie, Club de Amigos, entonces, se quedó con el tercer lugar en el podio tras ganar dicha serie por 3 a 1.