HUMOR VIAJERO
Por el Peregrino Impertinente
La conocemos desde muy chicos, cuando la maestra se empeñaba en querer educarnos y nosotros sólo pensábamos en salir al recreo para jugar a las escondidas o meterle la traba y arrojar por las escaleras a la señora de la limpieza, que tenía 97 años.
Hablamos de la Casa de Tucumán. Icono patrio donde un 9 de Julio de 1816 se declaró oficialmente la Independencia de la Argentina. Momento cumbre de la historia nacional que enorgullece a la mayoría, aunque no al actual presidente, para quien los hombres que la determinaron “deberían tener angustia de tomar la decisión de separarse de España”. Aquel que no crea que el mandatario dijo lo que dijo puede buscar el video en YouTube y arrepentirse de no haber votado a Antonia en lugar de al padre.
El popular inmueble está asentado en pleno centro de San Miguel de Tucumán. Algunas malas lenguas (santiagueñas la mayoría) dicen que debido a su sensible ubicación geográfica, la “Casita” cuenta con un sistema antirrobo único en el país, que incluye cuatro batallones de Infantería en guardia permanente y plataforma de misiles Tomahawk tierra-aire teledirigidos. Amén de aquello, es realmente recomendable realizar una visita a la otrora vivienda, hoy convertida en museo. Entonces, el viajero podrá recorrer los distintos espacios comunes: el patio principal y un total de nueve salas con exposiciones permanentes. Una de ellas sirvió para firmar el documento en el que, por fin, los argentinos pudimos obtener libertad y soberanía para toda la eternidad. “Ay, pará, por favor, pará, que si no, voy a tener que irme al baño a recontramil cantarme de la risa”, dice Christine Lagarde, quien de la tentación no pudo evitar que se le salga el champán por la nariz.