José Horacio Domínguez
Nació en Embalse el 2 de marzo de 1943. Divorciado, un hijo, dos nietos. Maestro mayor de obras. Jubilado docente. Es encargado, suplente interino, del Registro Automotor. Vino a Villa María a estudiar en la Escuela del Trabajo. Comenzó a militar en el peronismo a los 15 años, en la Unidad Básica N° 1. Fue presidente del PJ y estuvo en diversos cargos partidarios, entre ellos, congresal provincial. Fue secretario de Obras Públicas del Gobierno de Carlos Pizzorno desde 1974 hasta el golpe militar de 1976. Fue concejal de 1987 a 1991. En 1995 lo expulsaron del peronismo junto a Enrique Sella y se fueron a PAIS. Hoy preside el Congreso Provincial de ese partido
Escribe: Nancy Musa
DE NUESTRA REDACCION
Tranquilo, pausado en el hablar, pronuncia cada palabra sin elevar el tono de voz y con una sonrisa. Es amigo personal de Enrique Sella y un compañero leal que lo acompañó en el terreno político desde que se conocieron en las aulas de la Escuela del Trabajo cuando eran unos pibes.
José Horacio Domínguez guarda en su memoria recuerdos del peronismo local, atesora sus charlas con el reconocido dirigente ya fallecido Tito González y sigue llevando en su corazón sus años de docencia en la escuela técnica.
Fiel a sus convicciones, arraigado a la doctrina de Perón, es un observador crítico de los acontecimientos actuales y un lector permanente de la historia y la política. Sin expectativas personales más que retirarse, sueña con que sus nietos puedan ver un país floreciente sin necesidades básicas insatisfechas.
-Usted que viene del justicialismo histórico, que conoció al General Perón, ¿qué análisis hace del peronismo en la actualidad?
-Lamentablemente el peronismo de hoy, desde hace muchos años, no ha cumplido con los preceptos del General Perón, con lo que nos dijo Perón: ‘Primero la Patria, después el movimiento y luego los hombres’.
Acá hace 30 años el peronismo dio vueltas y nunca logró cumplir con lo que el General quería, tener un país importante, grande, un país del futuro. Y terminamos siendo un país como el que tenemos hoy, pobres de los argentinos si tienen que vivir esta situación por mucho tiempo.
-¿Qué falló en el mensaje de Perón para que después de su muerte se haya dispersado tanto el movimiento?
-No creo que haya fallado Perón, creo que fallamos los peronistas, que no supimos entender lo que Perón nos enseñó, en todo. Yo leo muchísimo los libros de Perón y leo también los libros del comunismo, del radicalismo. Leo todo lo que me permite hacer un análisis. Creo que los peronistas no supimos concretar lo que Perón quería.
-¿No entendieron el mensaje o se priorizaron los intereses personales?
-Por supuesto, se priorizaron los intereses personales de cada dirigente y cada vez peor. Cuando a nosotros nos expulsaron del partido, fue porque no estábamos de acuerdo con lo que estaba haciendo en ese momento la dirigencia del peronismo.
Nos expulsaron y acá estamos. Nos fuimos a un partido que tiene las raíces del peronismo, pero es más amplio, que es lo que el General quería. El General decía ‘primero la Patria’ y la Patria somos todos. No tiene que haber diferencias en el sentido de cómo se tiene que manejar un país, tiene que haber diferencias ideológicas, por supuesto, pero siempre priorizando al país, defendiendo permanentemente a los trabajadores, a los humildes, a los jubilados.
Hay que tratar de que el país salga adelante así. No sé por qué los últimos años se ha pirado la plata, no sé adónde. Este país es rico, tiene gente que produce, gente que trabaja y no sé adónde se fue la plata. Estos dirigentes que hoy tenemos a nivel nacional, todos empresarios, ¿piensan en la gente? ¿Piensan en los humildes? Yo creo que no.
-Hablando del tema de la plata, las acusaciones no son nuevas, a Perón lo acusaron de todo cuando lo sacaron del poder en 1955 y se fue al exilio.
-Sí, cuando fue derrocado empezó a abrirse la grieta (se ríe), hoy hablan de la grieta, en aquel momento fue bravo, el peronismo se puso firme para recuperar a Perón y pasaron 17 años sin poder recuperarlo. Se lo acusó de un montón de cosas, hoy todavía hay periodistas que hablan en contra, pero creo que en aquel momento los que lo voltearon querían justificarse y dijeron un montón de cosas, no creo que hayan sido ciertas.
-Usted tenía 15 años cuando empezó a transitar por el camino de la política, ¿qué lo impulsó a militar en un partido que en 1958 estaba proscripto?
-Le voy a explicar. Mi peronismo nace sentimentalmente. Yo era loco por el fútbol y mi papá era un trabajador, éramos ocho hermanos. Mi papá trabajaba en Agua y Energía, tenía un buen sueldo, pero éramos ocho hermanos. Y no me podían comprar una camiseta de fútbol. Cuando fuimos a los campeonatos Evita, nos daban todo, participábamos de los campeonatos, yo estaba chocho. Yo tenía 8, 10 años, soy sentimental, y me quedé con eso.
Lo que tengo ahora es convicción. Estoy convencido de que el peronismo bien aplicado, trabajando en serio, adaptándonos a la actualidad y siempre con los principios, es lo que va a sacar adelante el país.
-¿Qué recuerdos tiene de esos primeros años de militancia?
-Empecé en la Unidad Básica N° 1 y siempre milité en la 1. Ahí conocí al famoso Tito González, un gran compañero, para mí un maestro. Un dirigente al que todos consultaban en su negocio, una excelente persona.
Tito tenía un negocio, yo empecé yendo a comprar ropa y empezamos a hablar. Y él si veía a un chico joven interesado en política enseguida sacaba la conversación. Junto con Enrique Sella empezamos en la 1.
-El negocio de Tito González estaba cerca de la escuela del Trabajo…
-En la esquina de Jujuy y Colombia. Salíamos de la escuela e íbamos al negocio. Los dos primeros años estuve interno, después me fui a una pensión, pero todas las tardes íbamos al negocio a charlar con él. Los fines de semana también porque nosotros nos quedábamos, en aquella época era imposible viajar todos los fines de semana a Embalse y Río Tercero era todo camino de tierra, entonces nos quedábamos en la escuela sábado y domingo. Y nos íbamos a charlar con Tito.
Era apasionante hablar con Tito, tenía mucha experiencia, lo había conocido a Perón, había sido dirigente gremial, había trabajado en la base aérea de Las Higueras y sabía muchísimo. Nos contaba de su historia y estaba tan convencido de que el peronismo iba a salir adelante (pausa). Tito era un dirigente político que nunca quiso nada para él, no quería ser candidato, nunca quiso nada, quedan muy pocos como él.
-¿Ahí comienzan con la primera unidad básica?
-(Risas). La Nº 1, que funcionaba siempre, igual que ahora la de nuestro partido.
-¿A pesar de la proscripción se reunían?
-Sí, nos reuníamos, no hacíamos lío (risas), pero no hubo problemas. Hubo problemas en 1976, ahí sí, nos reuníamos y nos llevaban a la Fábrica Militar. Ahí fue duro. Nos llevaron tres o cuatro veces a la Fábrica porque hacíamos reuniones en los barrios, los tipos se enteraban y nos venían a buscar.
Una vez, el teniente coronel Mario Fornari nos citó a las 7. Tuvimos que ir con Enrique a esa hora, nos hicieron sentar en el pasillo y nos tuvo toda la mañana hasta la 1 de la tarde.
En otra oportunidad me hicieron una requisa en mi casa, se llevaron todos los libros, yo tenía varios libros de comunismo, me gustaba leer, y se los llevaron.
Tengo una anécdota. Me vino a buscar la Policía para llevarme a la Fábrica, eran las 7 de la tarde, cuando llegué, se corta la luz. “Acá me llevan”, pensé, me dio una impresión, un susto, pero no pasó nada. Fueron momentos bravos.
-Volviendo a su militancia junto a Tito, ¿cuáles fueron las primeras elecciones en las que participó trabajando? ¿En 1963?
-Sí, siempre estuvimos participando. Más allá de que se votó en blanco, que estaba proscripto el peronismo, nunca dejamos de participar.
-Muchos exalumnos de la Escuela del Trabajo recuerdan al profesor Horacio Domínguez. ¿Cómo fueron sus comienzos como docente?
-Me gusta eso que dice, que me recuerden (risas). Porque me encuentro con alumnos, imagínese, 25 años dando clases, cuántos chicos pasaron.
Empecé a dar clases dos años después de que me recibí de técnico. Hice el básico en la escuela, después estuve dos o tres años sin estudiar porque en ese interin me casé y después empecé el Técnico. Y me llamaron para dar clase porque yo había sido abanderado de la escuela, era un buen alumno (risas).
-¿Era muy estudioso?
-La verdad que yo era un alumno que atendía mucho en el aula, entonces me quedaba todo lo que decía el profesor. Después repasaba, estudiaba y sabía todo.
-¿Y se portaba bien o era revoltoso?
-(Risas) Era buenísimo, no era revoltoso para nada. Nunca fui inquieto, siempre fui muy tranquilo.
-¿En su casa cómo se manejaban, siendo tantos hermanos?
(Risas) Eran otras épocas. Mi mamá era una santa, mi papá falleció a los 48 años, pero él en el comedor tenía colgada una fusta. Entonces ya sabíamos que no había que hacer lío. Los más grandes nos poníamos de acuerdo para poner la mesa, lavar los platos, ayudarle a mi mamá para que pudiera atender a los más chicos. Nunca hubo problemas.
-¿Su papá hablaba de política?
-Sí, mi papá era gremialista. El trabajaba en Agua y Energía Eléctrica, en su momento era sindicalista de ATE. Después esa área pasó a ser EPEC. Y entonces ahí pasó a ser del sindicato de Luz y Fuerza.
Yo tenía 12 años, en 1955, cuando lo vinieron a buscar los comandos civiles. Lo vinieron a buscar para que abriera el local y yo quise acompañarlo, pero no quiso. No me llevó, estaba cerca de mi casa el sindicato. Le hicieron abrir el local, entraron, sacaron los bustos, las fotos, los tiraron al medio de la calle y los rompían.
Esa imagen me quedó grabada. Y había un busto de Evita que no lo vieron, así que lo rescaté, lo llevé a mi casa y lo enterré.
-¿Por qué tomó la decisión de venir a estudiar a la Escuela del Trabajo en Villa María?
-Porque me gustaba carpintería. La empresa Agua y Energía tenía talleres y yo era amigo de un chico que el padre era carpintero y trabajaba ahí. Había un taller de carpintería extraordinario. Y yo iba a mirar como trabajaban, iba a la primaria, salía de la escuela y me iba al taller.
Así que me vine a estudiar carpintería, pero nunca trabajé de carpintero. Después seguí técnico en construcciones, pero hice pocas cosas, hice cosas para los amigos. Cuando volvió el peronismo, en 1973, volvieron los créditos del Banco Hipotecario y les hice planos a los amigos, sin cobrar, por supuesto. Habían vuelto el peronismo y los créditos para hacer la casa propia, les hice los planos a muchos amigos.
-En ese momento ya estaba participando junto a don Carlos Pizzorno
-Sí. Trabajábamos en la juventud, éramos una juventud muy activa y Pizzorno me convocó. Era una excelente persona, un tipo que dejó en mí un gran ejemplo.
Tengo una anédota, hablando de la plata (risas). En 1974 yo era secretario de Obras Públicas y no había nada, la maquinaria era un desastre y el doctor Pizzorno vio que se estaba recaudando bien y decidió comprar máquinas.
Nos reunimos, buscamos las necesidades que había y sacamos una licitación donde se compraron 25 unidades. Ambulancias, camiones regadores, tractores, tanques de riego, todo lo que hacía falta. Me acuerdo de que compramos tres compactadoras de basura cero kilómetro y había una empresa que era de Oncativo. Se presentaron tres empresas y de una de las empresas me vinieron a ver, no digo cuál (sonríe), y me ofrecieron la coima. Estamos hablando de fines de 1974. Yo ya sabía porque tenía un amigo que tenía empresas y él me contaba que había que pagar porque si no pagabas, no te daban la licitación. O sea, las coimas no son nuevas.
Para mí lo fundamental era la honestidad y, por supuesto, la rechacé. Imaginate, habíamos estado con Perón en Olivos, cómo se iba hacer algo así.
-Pizzorno también fue un ejemplo de honestidad…
-En ese sentido, y en todo, Pizzorno era muy recto. Nos reíamos porque, después de trabajar todo el día, a veces íbamos a cenar y cada uno pagaba de su bolsillo. Pizzorno no quería saber nada con que se tocara la plata de la Municipalidad para gastos nuestros.
-¿Desde el Gobierno municipal veían venir el golpe militar o los sorprendió?
-No, sorprendernos no. Había rumores, pero no esperábamos que fuera en el momento que fue.
-¿Y cómo fue ese 24 de marzo de 1976 en el municipio?
-El golpe fue a la madrugada, yo llegué a las 8 a la Municipalidad, como todos los días, y me encuentro con los militares. Yo no había escuchado la radio, ese día no sé por qué no la prendí, y llegué a trabajar y me encontré con eso. Pizzorno ya estaba, lo habían ido a buscar y a cargo había quedado el mayor Torres.
Firmamos los papeles de la transferencia, Pizzorno se fue y los tres secretarios nos quedamos. Nos citó a la tarde, yo le dije que no quería seguir. “Usted se queda hasta que yo quiera”, me dijo Torres.
Hasta que llegó una carta del Colegio de Ingenieros de Córdoba con una consulta y la respondí sin preguntarle a Torres. Se enteró y me echó (risas). Yo estaba contento de irme.
-Usted que es un gran lector de la historia, ¿qué se hizo mal desde 1974 a la fecha, teniendo en cuenta que pasamos de un porcentaje de pobreza menor al 5% a más del 30%?
-¿Qué pasó? Que se robaron todo. Hubo muchos gobiernos que no trabajaron para el país. Han pasado algunas cosas tremendas. La pobreza comenzó a incrementarse a partir de 1985.
-¿La deuda externa no fue un condicionante para la democracia?
-Siempre es condicionante. No sé por qué este país no ingresó al desarrollo. Nunca conseguimos políticas de Estado a largo plazo que nos hicieran caminar para adelante. Y fuimos con idas y venidas, subidas y bajadas y así llegamos a esto, que es una barbaridad.
-¿Por qué los expulsaron del PJ?
-En el año 95, creo que fue, se elegía diputados. A nosotros no nos dieron el lugar porque siempre ganábamos las internas. Se cansaron de que ganáramos las internas y todos hicieron un arreglo y a nosotros nos dejaron afuera.
Entonces, nosotros armamos una lista con el partido demócrata cristiano. El domingo era la elección y el jueves anterior nos bajaron la lista, favor del compañero De la Sota.
Como no acatamos estar con ellos, nos bajaron la caña (risas) y ahí nos encontramos con el compañero Bordón y nos fuimos a PAIS y hace 20 años que estamos ahí.
Bordón se fue y Enrique (Sella) fue el presidente del partido nacional durante años. Luego perdimos la personería a nivel nacional, pero en Córdoba la tenemos, hoy tenemos 14 mil afiliados en Córdoba.
-¿Qué está haciendo PAIS cordobés en este momento? ¿Qué tienen pensado?
-El año que viene nos presentamos. Ahora en septiembre hay elecciones en Marcos Juárez y tenemos nuestro propio candidato, Juan Carlos Petta, un dirigente gremial de La Bancaria a nivel nacional. La semana que viene presentamos la lista.
-¿Con el Gobierno provincial tienen trato?
-No, para nada. Porque nunca nos cumplieron lo que prometieron. Enrique tuvo todo firmado con De la Sota y no cumplió. Schiaretti , a través de Juan Carlos Massey, firmó un acuerdo y nunca cumplió. Pienso que debe haber sido por algunos dirigentes locales que estaban en el Gobierno que no compartían con nosotros y nos ralearon siempre. El peronismo provincial nunca nos cumplió.
-Si tuvieran que volver a la estructura del peronismo, ¿tienen alguna figura que los convoque?
-No hay muchas figuras, creo que hay buenos dirigentes. Yo soy hincha de Sergio Massa, me gusta, no sé si está bien o mal, pero me gusta. O el Gallego de la Sota, a pesar de que hemos estado enfrentados muchas veces. Creo que es un buen dirigente, que tiene capacidad.
-¿El peronismo está necesitando una renovación urgente?
-Sí, seguro que sí. Hay mucha dirigencia joven. Nosotros en PAIS tenemos muchos dirigentes jóvenes, profesionales muy capaces.
-Horacio, de acuerdo a su perspectiva ¿cómo se rompe con el sistema de corrupción, que parece ser eterno?
-Controles, lo que pasa es que es difícil porque la mayoría está convencida de que está bien, de que no está mal pagar para obtener trabajo. Este país está enfermo de corrupción, es muy difícil romperlo.
-¿Piensa que el Gobierno actual con su discurso de transparencia está haciendo algo para romperlo?
-No, hay muchas cosas que están pasando y no se dan a conocer. Creo que no, no aparentan tener transparencia. Además, cuando veo que hay 269 funcionarios del Gobierno de Macri que tienen cargos al mismo tiempo en un montón de empresas privadas argentinas y extranjeras, no lo veo bueno para el país, está claro que los únicos que van a salir adelante son ellos y que el resto nos vamos a quedar atrás.
-¿Cree que el panorama económico puede agravarse más?
-Sí, y lamento que se ponga peor. Cada vez hay más chicos en los comedores, es muy triste. El pronóstico es muy feo, espero que salgamos, pero no se ve bien. Algunos dicen que el año que viene lo van a manejar porque hay elecciones, pero eso no es bueno. Ya tuvimos elecciones el año pasado y apenas ganaron nos bajaron la caña a todos, el aumento de tarifas tendría que haber sido de a poco, tener en cuenta que la gente está mal y no llega a pagarlas. Están llegando facturas que son impagables.
-¿Qué piensa del acuerdo con el FMI?
-(Se ríe) El Fondo Monetario no soluciona los problemas, tenés que hacer lo que él dice. Hay que ver lo que está pasando en Grecia por el arreglo con el Fondo, espero que eso no nos toque a nosotros. Pero el Fondo no es solución para nadie.
-En algún momento, a esta altura de su vida y después de haber militado 60 años, se pregunta qué país les dejamos a nuestros nietos?
-Claro que sí, siempre me lo pregunto y se lo digo a ellos, se lo digo a mis nietos. Tengo un nieto que está por terminar el secundario y va a estudiar Medicina y nos reímos porque me pregunta en qué carrera se gana mucha plata (risas).
Yo siempre le digo que hay que trabajar para ganar plata (risas). Yo cuando vine a la escuela del Trabajo era un seco, me casé y éramos dos secos (risas). Empecé trabajando en la Agencia Viale, vendíamos los Di Tella y las Siambretta. Siempre les cuento que no teníamos nada, que alquilamos un departamentito al fondo de una casa, trabajábamos los dos y al tiempo tuvimos la suerte de hacernos la casa.
Eran otras épocas, mi suegro nos dio una mano para la casa y al final sacamos un crédito en Banco Nación y la plata que me dieron se la llevé a Seppey para comprar las aberturas, los pisos y todo lo de la cocina y el baño.
Con ese crédito terminamos la casa. Hoy es muy difícil para una pareja tener su casa.
-Después del año 55, ¿qué gobierno le pareció interesante?
-El de Arturo Frondizzi. Me gustaba, lo consideraba un presidente bien ubicado, pero le hicieron un golpe. En esa época los golpes eran de todos los días, no dejaban que el país saliera adelante. Creo que de muchas cosas que nos pasan también son culpables los militares.
-¿Ese enfrentamiento del pasado, esa grieta, es similar a la grieta de hoy?
-No, creo que es diferente. Hoy no se respeta nada, si no pensás igual, sos el enemigo y me parece que hace falta hablar, aceptar que no todos tenemos la misma idea, pensar en el país y buscar los acuerdos para que las cosas salgan y se vaya para adelante.
-¿Qué hace falta para que el país supere esta crisis y vaya hacia adelante?
-Mucho trabajo para la gente, empresas que vengan a invertir en serio, no como ahora que vienen a llevarse la plata con la bicicleta financiera. Tratar de que el país sea productivo. Abrieron las importaciones y nuestras pequeñas fábricas están muertas. Esto ya pasó muchas veces.
Tenemos que desarrollar el país, dar trabajo, ayudar a la gente para que produzca. Este es un país riquísimo, muchos no entienden por qué no podemos salir.
-Usted que fue docente en momentos complicados para nuestro país, con interrupciones del sistema democrático, ¿qué mirada tiene en torno a la educación actual?
-Creo que hay que hacer un montón de cambios. Lo primero que hay que hacer es pagarles bien a los docentes. Buenos sueldos para los docentes. Y después, vemos lo que pasó en Moreno, una explosión en una escuela con dos muertos, la vicedirectora y un portero, eso es una cosa de locos. No puede suceder.
Y las escuelas técnicas tienen que preparar muy bien a sus alumnos para el trabajo. En este momento, el Gobierno de Córdoba tiene un muy buen sistema en las escuelas técnicas, las han dotado de maquinarias de última tecnología y ya salieron los primeros egresados de ese ciclo.
Y en cuanto a la calidad educativa, pasa por tener docentes muy bien pagos que puedan dedicarse a pleno a la formación de los chicos, tenemos docentes altamente capacitados, y cambiar los programas de muchas materias porque hay cosas que se enseñan y ya no sirven para el mundo actual.
-¿Tiene algunas expectativas propias o ya está de vuelta?
-(Risas). No, yo me quiero ir. Lo sigo a Enrique porque es un tipo tan extraordinario como político que no lo puedo dejar, siempre estuve al lado de él y no lo voy a abandonar. Enrique en la anterior elección dijo que era la última y sigue (se ríe), espero que el año que viene se termine.
-¿Cuál es su sueño hoy?
-Me gustaría ver el país floreciente, que se den un montón de cosas para que si Perón nos puede ver, se sienta contento. Me gustaría que la gente viva bien, que disfrute del país, tenemos un país riquísimo, tiene capitales para hacer mucho y no sé por qué no se desarrolla. No sé por qué.
-Esta serie de detenciones de empresarios, la manera en que se hizo el procedimiento, ¿le parece un “show”, como dijo uno de ellos?
-Creo que sí, está hecho para justificar, para que la gente esté entretenida con otras cosas. Estoy de acuerdo con que puede haber cosas que no están bien y deben ser investigadas como corresponde, con la Justicia. Pero no hacerlo para tapar todo el lío que viene; vienen problemas gravísimos con los sueldos, con todo lo que se viene en la economía. Pienso que si el país hubiera estado bien, esto se hubiera investigado más, no así como se hizo.
-El juez Bonadio pide el desafuero de Cristina, ¿usted que piensa? ¿Lo tienen que aprobar o no?
-Yo nunca la voté a Cristina, pero no sé si todo lo que dicen sobre ella es verdad. Se dice de todo y se agarran de eso para desprestigiarla, pero no sé si es cierto lo que dicen. Yo creo que ella tendría que decir “acá estoy, investíguenme”.
Opiniones
Mauricio Macri
Me desahució. Sinceramente, lo voté, pero estoy totalmente decepcionado. No es político, le falta un montón, le falta conocer lo que es la gente, estar cerca de la gente, él como empresario nos mira por arriba, mira para que le vaya bien a él.
Juan Schiaretti
Ha tenido un buen gobierno, es un buen dirigente y un buen gobernador, aunque a nosotros no nos cumplió nunca, pero eso no tiene nada que ver. Creo que está trabajando bien e hizo muchísimas cosas por la provincia.
Martín Gill
Me parece que Villa María no está progresando como debería. Lo que se hace es con plata de la Provincia, pero no sé bien cómo están las cosas en el municipio.
Me gusta: Leer libros, principalmente de política.
Me encanta: El fútbol.
Me divierteMe divierte: Ver películas, fundamentalmente argentinas.
Me entristece: Las injusticias que hay en este país.
Me enoja: Lo que está pasando el pueblo humilde de este país.