LIGA VILLAMARIENSE – Clausura – 1ra. fecha – Zona B
A pesar de sufrir varias ausencias, Rivadavia no tuvo inconvenientes para golear 4-0 en el debut, ante un San Lorenzo de Las Playas en el que todos sus jugadores de campo habían disputado un partido un día antes en inferiores
Escribe: Federico Gazzoli
Fotos: Osvaldo Carballo
Como para no sufrir por las ausencias que diezmaron su plantel de cara al debut, ya sea por lesiones, expulsiones o por la partida de algunos futbolistas, Rivadavia de Arroyo Cabral tuvo un estreno feliz en el Clausura de la Liga Villamariense al golear en su casa por 4 a 0 a San Lorenzo de Las Playas, cuyos diez jugadores de campo habían jugado el día interior en Inferiores y demostraron una evidente inferioridad física, además de mucha juventud y falta de experiencia de varios de ellos para jugar en Primera.
Desde el comienzo el dueño de casa fue superior, asegurándose el dominio del balón y generando peligro ofensivo, mayormente por el sector derecho, donde Franco Gozzerino y Maximiliano Bustos conformaron una interesante dupla que el rival nunca pudo contener.
Así, la primera situación neta de gol se produjo a los 2’ de juego; Bustos desbordó por la derecha, envió un centro rasante al corazón del área y allí Elián Geremía definió desviado por encima del travesaño. Y ahí nomás, un minuto después, llegó la segunda situación, con un centro de Gozzerino que Geremía conectó de cabeza para que la pelota acabara en las manos de Ricardo Arias.
Rápidamente el Verde hizo méritos para ponerse en ventaja y era cuestión de esperar para ver en qué momento se produciría la apertura del tanteador a favor de los dirigidos por Marcelo Santoni, que volvieron a estar cerca de lograrlo (12’) con un derechazo cruzado de Bustos que pasó cerca del poste izquierdo.
Y lo que todo Rivadavia esperaba a los 15’ se concretó; Alan Fonseca mandó centro desde la izquierda, Bustos volvió a ganar por la derecha y ante la salida de Arias definió por encima del uno para establecer el 1 a 0.
Se acabó la resistencia santa y poco transcurrió (apenas 120 segundos) hasta que el elenco cabralense logró ampliar la ventaja a su favor. Maximiliano Le Roux probó con un potente disparo desde media distancia, el balón dio en el pie de un defensor visitante y en el rebote Pascual Gudiño, desde las puertas del área, definió bombeado, con mucha precisión, un esférico que entró pegado al palo derecho y se convirtió en el 2 a 0.
En pleno dominio del Verde, la visita, dirigida por Roque Páez, solo intentó a través de un derechazo de Samuel Boriglio, desde media distancia, que Marcelo Berardo, espectador de lujo hasta allí, controló en dos tiempos.
Antes del descanso, Rivadavia generó una chance clara más a los 29’. Bustos tuvo otra buena aparición por derecha y envió centro rasante para Geremía, quien remató de derecha, Arias tapó y dio rebote y allí el delantero verde, increíblemente solo en el área chica, definió por encima del larguero.
Desde ese momento, hasta le final de los primeros 45’, Rivadavia levantó el pie del acelerador y comenzó a jugar a un ritmo más pausado, tratando de incrementar aun más la posesión del balón, como quien quería guardarse algo de nafta para utilizarla en otro momento de la tarde.
Y ese momento fueron los primeros minutos de la etapa complementaria, en los que Rivadavia volvió a ser un equipo ambicioso e hizo todo lo necesario para aumentar la ventaja en el tanteador, como para no sufrir ningún sobresalto ante un rival que, con más ganas que fútbol, hizo su esfuerzo para llegar al descuento.
En ese contexto, prevalecieron las intenciones de Rivadavia, que acarició el tercero antes del minuto de juego con un tiro libre de Le Roux que Arias mandó al córner.
Fue el anuncio de lo que sucedería poco después, a los 8’, con la llegada de una nueva conquista local. Javier Demarchi ganó por la derecha, metió centro a media altura y, de primera, en el corazón del área Geremía remató de derecha, puso la pelota contra el palo derecho y estableció el 3 a 0.
Rivadavia goleaba y era justo, frente a un San Lorenzo que no ofrecía respuestas y en el que comenzaba a evidenciarse cada vez más el deterioro físico de su joven formación.
En el siguiente avance que generó, a los 21’, los de Santoni le pusieron cifras definitivas al tanteador, esta vez con algo de ayuda ajena. Maxi Demarchi desbordó por izquierda, llegó al fondo y metió centro al primer palo, donde Arias parecía tener controlada la situación, pero el manotazo que le dio al esférico para intentar mandarlo al córner fue muy defectuoso y el balón, para su mala suerte, se metió en contra de su propia puerta. Rivadavia ganaba 4 a 0 y el final “psicológico” del partido fue muy anticipado.
Es que de allí hasta el final el trámite fue tedioso para todos; para Rivadavia porque, por momentos, sobró el partido y erró varios goles de esos que parecen “hechos”; y para San Lorenzo porque el cansancio se adueñó definitivamente de las piernas de sus jugadores, quienes terminaron sufriendo los minutos finales del encuentro.
Fue así como, ante un rival que no estuvo a la altura de las circunstancias, Rivadavia resolvió sin problemas su estreno en el Clausura, en el que intentará seguir siendo ese equipo que acostumbró a su gente a ser protagonista en la pugna por el título.
El árbitro
Franco Oviedo
Correcto desempeño del referí cordobés, en un encuentro tranquilo en el que los protagonistas colaboraron para que reinara la paz. En un momento del complemento, cuando comenzó a aparecer la pierna fuerte, impuso bien su autoridad para frenar esa situación con correctas amonestaciones. Estuvo bien acompañado por los asistentes César Ullúa y Fernando Albornoz.
La figura
Maximiliano Bustos
Durante el primer tiempo, etapa en la que Rivadavia cocinó el partido, el atacante fue peligro constante por el sector derecho de la ofensiva cabralense. En ese lapso, el balón pasó por sus pies en cada ataque generado por el dueño de casa. Definió bien, por arriba del arquero, en la jugada en la que abrió el marcador. Un buen debut con la casaca del Verde.
