Ciclo de Pensamiento Nacional – Expuso el periodista, historiador y politólogo Hernán Brienza
“La Argentina no es algo trascendental, la Argentina no es algo eterno; la Argentina se puede terminar”, expuso el historiador
“¿Qué es la nación?”, preguntó el periodista, historiador y politólogo Hernán Brienza, micrófono en mano, de pie sobre el escenario de la sala del espacio Leonardo Favio a las más de 100 personas que llenaron las butacas, en el marco del Ciclo de Pensamiento Nacional que comenzó la antevíspera y se prolongará, viernes de por medio, hasta noviembre.
“Porque no podemos hablar de pensamiento nacional si no definimos qué es la nación”, acicateó el profesional, invitando desde el arranque mismo a la interacción.
Desde el público, inmediatamente, fue recogido el guante y empezaron a ensayarse respuestas que dejaron inaugurado un diálogo ameno que se prolongó por dos horas, durante las cuales Brienza fue recogiendo las intervenciones de los asistentes y armando su clase.
“La Argentina no es algo trascendental; la Argentina no es algo eterno. La Argentina se puede terminar. La Argentina tuvo un comienzo. Las naciones y los pueblos tienen un comienzo. A veces, nosotros creemos, en nuestra forma de construir nuestra identidad colectiva que hace siglos y siglos que debíamos haber sido argentinos y que en realidad el proceso de emancipación no hizo otra cosa que decirnos, a un pueblo que ya era argentino, que a partir de ahora íbamos a ser argentinos gracias a la liberación del yugo español. Pero hay un problema: antes de 1810 no éramos nada o, al menos, no éramos la Argentina que creíamos ser”, señaló el historiador, para comenzar a desentramar la madeja de conceptos aportados por los concurrentes.
“Pero claro; me podrán decir ‘la Argentina existe, yo la veo’. Sí, es cierto, pero hay una clave: la Argentina es una disputa. Ser argentino, es decir, la cualidad de la argentinidad es una disputa, y es una disputa política. Qué es ser argentino, es una pelea política. No es una discusión filosófica, no es una discusión histórica, no hay una verdad. Pero ser uruguayo tampoco es una verdad, también es una disputa política. Ser francés es una disputa política. Claro, nosotros no lo tenemos formalizado dentro de ese debate. ¿Por qué? Porque creemos que Francia como nación, como pueblo, deviene del absolutismo monárquico, de los galos, lo que leímos en ‘Asterix’, entonces creemos que ellos sí existen desde antes. Bueno, ellos tampoco existen desde antes. Francia como nación existe desde hace muy poquito, desde hace un par de siglos. Ni hablar de Alemania, que como nación surgió en 1870, con la unificación de Alemania; y ni hablar de Italia, que como nación surgió 20 o 30 años después que la Argentina, después de la argentinidad. Por lo tanto, la antigüedad de una nación no tiene nada que ver con el poderío económico de una nación ni con el posicionamiento político relativo que tenga en el mundo actual”, explicó el politólogo.
“Vuelvo a la pregunta inicial. Ya vimos que la nación es hija de la modernidad. Entonces: ¿qué es la nación?”.
Desde el público volvieron a surgir propuestas de definición que Brienza fue recogiendo.
“Un pueblo organizado”… “políticamente”… “dentro de un territorio”, el público.
Brienza: “Pero el problema es que todo eso también es un reino”.
“Existen naciones sin territorio”, el público.
Brienza: “Pero esa discusión es ideológica. Por ejemplo, los mapuches ¿son un pueblo o una nación?”.
“Depende del concepto de nación que tenga cada uno”, el público.
Brienza: “¿Pero los mapuches se reconocen a sí mismos como nación? No. La palabra nación no existe en lengua mapuche. Existe otra cosa. Lo que estoy haciendo es advirtiéndolos: las palabras los están traicionando. Porque cuando un mapuche habla de su pueblo no habla de nación. Habla de otra organización popular. Ahora; si los huincas (los blancos) decimos sobre los mapuches que son un pueblo, estamos hablando de nuestro deseo de que la única nación soberana sea la argentina o la chilena. Si nosotros los huincas hablamos de nación mapuche, estamos intentando crear un estado-nación diferente al estado-nación de Argentina o Chile. Ahí hay una clave para que empecemos a entender de qué hablamos cuando hablamos de nación. Cuando hablamos de nación, estamos hablando de nueva creación de las formas en que se administra la organización de un pueblo, que son los estados-nación. Y los estados-nación son un invento de la modernidad, creaciones de la modernidad, imaginaciones de la modernidad”.
Habiendo respondido a la primera pregunta, ante un público cada vez más receptivo y participativo, el periodista lanzó una segunda pregunta, que volvió a despertar una catarata de respuestas: “¿Qué es ser argentino?”.
El interrogante dio pie a un nuevo y extenso debate que, dando saltos en los tiempos históricos y por los diversos territorios que limitan con Argentina, terminó en la Primera Junta y en el compromiso de volver a encontrarse en 15 días para seguir pensando el ser nacional.