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Diez años de movimiento, del folk a la cumbia

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Diez años de movimiento, del folk a la cumbia
Foto: Darío Tacco

Entrevista a fausto vercellino, líder de Madre Chicha

Tras una década de experiencias variadas, como la Funkbuster y los Madre Chicha, una trayectoria musical robustecida con los aportes de sus colegas bajo el faro de la Universidad local. Fausto cuenta sobre su nuevo proyecto y por qué evitan tocar una canción de su último disco, en alusión al presidente

Foto: Elías David

Escribe: José Glanzmann

Oriundo de Puan, provincia de Buenos Aires, y radicado desde el año 2008 en nuestra ciudad, el Fausto, como casi todos lo conocen en el ambiente local, ha emprendido proyectos musicales de impacto en estas tierras del interior del interior. Ha establecido un marco de referencia en la escena local de la última década, con bandas como Pacheco, la Funkbuster y la movida artística en torno a las peñas de Madre Chicha.

Hoy, reparte su tiempo además de la música, con su labor como tatuador de amigos y clientes que se acercan a su hogar. Y como padre de Octavio, quien, con sus 3 años, disfruta el entorno musical como un juguete más.

Ambos están en el living de su casa cuando nos sentamos para la entrevista. Nos permitimos una pausa para intercambiar palabras, dado que era el día del cumpleaños del pequeño, amante de las mandarinas.

Y me contará de sus próximas canciones. Sus letras, que desprenden algún retazo de influencia en León Gieco, remixado con la visión de un joven bonaerense enclavado en esta parte de la Pampa Húmeda, donde la Licenciatura en Composición Musical atrae espíritus de jóvenes de provincias y ciudades diversas, para seguir en movimiento.

Foto: Halo Lunar

-Repasemos un poco tu historia desde que te asentaste en la ciudad para estudiar la Licenciatura en Música Popular en la UNVM.

-En 2008 arranqué tocando con un compañero de la uni, luego armamos la Working Class People junto a Emi Borio y Luciano Ponzano, que luego se terminó convirtiendo en la Funkbuster Society.

Esa banda fue de las que más tiempo me tuvo tocando, hasta ahora que estoy con los Madre Chicha. Unos tres años estuvimos. En medio de estas experiencias, grabé un disco solista de folclore, que se llamaba “Mundos viejos”.

También tuve una banda de rock que se llamó Santos Peces Muertos, al mismo tiempo que la Funkbuster. Y allá por el 2010 se formó Pacheco; después de unos años de andar con este grupo, armamos Madre Chicha.

-¿Y en qué estás trabajando hoy en día, Fausto?

-Estamos con un nuevo grupo que se llama Chamán Chamán, que debutó hace poco, el 28 de julio, en Polaroid, donde festejé mi cumpleaños.

-¿Quiénes integran este proyecto y con qué músicas están trabajando?

-Estoy junto a Pedro y los mellizos de Río Negro, Gustavo y Gastón Hernández. Es algo nuevo, estamos mezclando el disco que va a salir pronto, con folclore un poco más psicodélico. Es un proyecto bastante similar a lo que viene siendo Madre, pero se vuelca mucho más al folclore argentino y uruguayo. Madre Chicha es más onda Latinoamérica y global, en cambio, esta agrupación es mucho más tranqui, son todas canciones, no hay nada de rap.

Se trata de un disco de nuevas canciones, estamos terminando de masterizar y grabar voces.

El nombre de la banda es como un juego de palabras, relacionado en parte a la denominación que se les da a algunos músicos locales que tienen un gran talento y su grado de “locura” linda, como Luciano Cuviello, a quien le dicen “chamán”, y articulando con la reconocida banda Duran Duran.

 

Foto: Eloísa Molina
Los Madre Chicha, esa mixtura de raíces latinas

Con dos discos en su haber, la agrupación asentada en nuestra ciudad ha revelado un lado inquieto de los músicos, una aventura en las fibras visuales y sonoras de nuestras tierras aborígenes, ancestrales. Desde los ritmos electrónicos hasta los recuerdos de un bombo legüero, pueden retumbar en las canciones. En “La venganza de Simpira”, lanzado en 2017, contaron con aportes musicales como la banda Toch, la Parsifónica de Tefy Parsi, Faauna y los Son de la Calle, entre otros.

Integra la banda junto a Pedro Cabal Somoza y Gustavo Hernández, Carlos Loarte Flores, Jairo Reboyras y Lucas Heredia Brzeczka.

-En una entrevista reciente mencionabas que lo importante es el mensaje y que se pueda bailar. ¿Cuál sería el mensaje que intentan transmitir en las canciones de la banda?

-Creo que transmitir nuestra manera de ver el mundo, a veces se mezcla la fantasía y la realidad. Es algo que sabemos hacer, entrecruzar leyendas con la realidad. Porque musicalmente hay una gran fusión y en la lírica también me fui dando cuenta de que hay una mixtura entre lo real y lo irreal. También tratamos de que sea bastante paisajístico. Si bien en el último disco fue bastante explícito, la bronca que había con el Gobierno, creo que no deja de haber poesía en algún tema más directo como “maten al presidente…”.

-Ustedes mixturan en diferentes planos, el rock, la cumbia y el folk; ¿te sentís cómodo en estas variaciones de ritmos?

-Sí, sobre todo con el folclore y con la cumbia. Creo que este último disco está mucho más folclórico, hacía un folk latinoamericano. Pareciera que en adelante, en un próximo disco vamos a ir incorporando algunos sonidos de Brasil, entonces se va expandiendo el horizonte musical, porque cuando vas usando siempre los mismos recursos te empiezan a sonar todos los temas iguales.

Ahora, por ejemplo, estamos haciendo un funk carioca con ritmos centroamericanos, pero también tiene aportes del trap, que es algo que está sonando mucho en todos lados. A partir de lo electrónico, vos podés mezclar lo que sea, entonces estamos siempre en esa, tratando de ver qué podemos generar nuevo.

El primer disco era mucho más rockero, lo grabamos en un estudio con un productor, con Juanito El Cantor, que le metió mucho de la música como él la ve.

En este último disco, que lo producimos nosotros, nos enfocamos mucho más en un sonido electrónico.

-Cuando arrancaron con Pacheco y luego los Madre, ¿tuvieron alguna resistencia con la cumbia en la ciudad?

-Tuvimos buena recepción desde los primeros toques. Existían los prejuicios, eso sí, de hecho, cuando empezamos con Pacheco no había tanta movida en ese sentido y sentíamos que era algo como que hacía falta… me refiero un poco a la movida de estudiantes universitarios, y el entorno cercano.

De hecho, casi todas las bandas de rock estás formadas por villamarienses, es como se nota que acá la cultura rockera es muy fuerte. Nosotros no la tenemos tanto, por eso también nos juntamos a hacer algo más familiar para nosotros, como el folclore y la cumbia, junto a ritmos latinos aportados por la mirada de nuestro compañero peruano Carlos.

-¿Hay espacios suficientes para tocar en Villa María?

-Sí, hay lugares. Hay bares y otros espacios como centros vecinales. Y en superficies más grandes, como por ejemplo, Mundo Rojo, es más complicado porque son gastos muy grandes que a veces nos dejan perdiendo dinero.

Nosotros veníamos haciendo varias peñas y lo frenamos un poco porque no cerraban los números para hacer tantas seguidas.

Es cuestión de organizarse y considerar varios puntos. Por ejemplo, no “chocarse” las fechas con otros recitales del mismo estilo en una noche y ponerle mucha pila a la difusión del evento.

 

Tocar en “casa” y Ciudad Emergente

Fausto comenta que desde la autogestión se enfocan en organizar “toques” y algunas peñas en nuestra ciudad. A la vez reciben invitaciones de Bell Ville asiduamente. Pero salir a otras provincias ya implica gastos operativos que no siempre están dispuestos a costear.

“Los contactos ya los hicimos, a veces tenés que esperar un poco que surjan cosas. Por ejemplo, ahora nos confirmaron una fecha reinteresante en el festival Ciudad Emergente en Capital Federal, para el 15 de septiembre”.

-¿La situación económica de los últimos años repercute en la escena musical que transitas?

-Sí, influye porque te das cuenta que te suben todos los costos, entonces tenés que considerar los precios de las entradas o pensar en promociones para los que ingresan más temprano al recital, por ejemplo.

-En la canción “Maten al presidente” los seguidores ¿podrían encontrarse con un “himno” para expresarse metafóricamente, en tiempos de un gobierno neoliberal como el actual?

-No, no sé si un himno, e incluso no lo tocamos siempre porque vimos que despierta cosas que no nos gustaban mucho. Tratamos de no tocarlo como himno nosotros tampoco, para que no genere algo demasiado exagerado, se trata de algo poético más bien…

Lo que sí vemos es que a muchos del público nuestro les gusta expresarse mediante algunas canciones de la banda en contra del Gobierno establecido, y en ese tema es como muy visible.

 

Lo audiovisual y la estética, un valor agregado

Fausto resalta que en la banda no sólo se centran en lo musical, sino que es todo lo que se ve. Así, se enfocan en la vestimenta con el aporte de Laura Livetti, su pareja, quien les diseña la ropa para los shows. Además en muchos recitales suman una persona que les ayuda en la iluminación.

Y en cuanto a la realización de videoclips cuentan siempre con la colaboración de la productora Go Audiovisuales, de Elías Vercellino y Daro Ceballos, encargados, por ejemplo, del último video, “Sabana”.

 

“Cuando dejé mi casa me fui a Cosquín, y una vieja me dijo que el folclore no está aquí, está en tu casa, está en tu abuela, está en la foto que te sacan en la escuela” .

Track 2: “Zitarrocha”, Madre Chicha.