La próstata puede crecer durante toda la vida.
Esta glándula del tamaño aproximado de una nuez, situada entre el pene y la vejiga, tiende a hacerse más grande a medida que envejeces y a veces puede inflamarse o agrandarse debido a varias condiciones, que no tienen por qué ser malignas.
El problema es que los síntomas pueden coincidir con los del cáncer de próstata, porque suelen estar vinculados al dolor y las dificultades para orinar.
Este tipo de cáncer es uno de los más diagnosticados entre los hombres: es el más común entre los varones de Estados Unidos y el segundo más identificado en muchos otros países, normalmente después del de pulmón.
Pero este cáncer crece de manera muy lenta y puede pasar mucho tiempo sin dar síntomas.
Cuando finalmente aparecen, suele ser porque el cáncer ha crecido lo suficiente como para poner presión sobre la uretra, el conducto que lleva la orina de la vejiga al pene.
Eso hace que los pacientes puedan desarrollar los siguientes síntomas, según el servicio de salud pública de Reino Unido:
-Necesitar orinar con más frecuencia, normalmente durante la noche.
-Necesitar ir al baño con urgencia.
-Dificultades para empezar a orinar o interrupciones durante el acto de orinar.
-Tener que esforzarse para orinar o necesitar mucho tiempo para hacerlo.
-Tener un flujo débil de orina.
-Sentir que la vejiga no se vació del todo.
-Tener sangre en la orina o el semen.
Pero tener estos síntomas no implica tener cáncer. Aquí te damos los detalles de otras dos condiciones frecuentes de la próstata que no son cancerosas.
La prostatitis
Esta condición, que se debe a una inflamación de la próstata, puede ser muy dolorosa y molesta, pero normalmente mejora con el tratamiento.
Es, de hecho, un trastorno muy común entre los hombres. Pero, a diferencia de otras dolencias de la próstata, que tienden a afectar sobre todo a hombres de más edad, la prostatitis puede afectar a los varones de todas las edades, aunque es más común entre los 30 y los 50 años, según el servicio británico.
Algunos de los síntomas más comunes tienen que ver con el dolor y las dificultades para orinar, como en el caso del cáncer de próstata.
Pero además, la condición suele ir acompañada de otros problemas como:
-El dolor, que puede ser severo, alrededor del pene, testículos, ano, parte inferior del abdomen o de la espalda y al defecar.
-Malestar general, con dolor, que puede ir acompañado de fiebre.
-Puede haber una secreción de fluido espeso a través de la uretra
Si el paciente es incapaz de orinar se puede deber a una retención urinaria aguda, que requiere de una atención médica urgente.
Hay dos tipos de prostatitis: la crónica y la aguda.
En la crónica, la más común, los síntomas suelen ir y venir durante varios meses. No suele estar causada por una infección.
En el caso de la aguda, los síntomas suelen aparecer de repente y son más severos. Está causada por una infección y, si bien es menos frecuente, suele requerir un tratamiento inmediato, que normalmente consiste en analgésicos y antibióticos.
En la actualidad no hay evidencias que sugieran que la prostatitis pueda aumentar las probabilidades de desarrollar cáncer.
Hiperplasia benigna
El nombre con el que se conoce popularmente es agrandamiento de la próstata y los expertos todavía no saben muy bien qué la desencadena.
Creen que está vinculada a los cambios hormonales que tienen lugar a medida que los hombres envejecen, que pueden hacer que crezca.
Se trata, de hecho, de una afección común a partir de los 50 años, pero normalmente no es grave para la salud.
Si bien para algunos hombres los síntomas son muy leves y no necesitan ningún tratamiento, para otros sí puede ser muy molestos.
Además de las dificultadas para orinar, comunes con los otros dos problemas de próstata mencionados, un síntoma habitual de esta condición es la incontinencia, que puede ocurrir antes de llegar al baño o al hacer pequeños esfuerzos como toser, estornudar o levantar peso.
Lo que los expertos sí tienen claro es que una próstata agrandada no está vinculada a un mayor riesgo de cáncer en esa glándula.
El tratamiento dependerá del grado de severidad de los síntomas, pero existe medicación para reducir el tamaño de la glándula y para relajar la vejiga, así como tratamientos novedosos con láser, que son menos invasivos que una cirugía, para los casos más severos.
Los médicos recomiendan consultar con un doctor cualquier problema urinario. Incluso si los síntomas no son molestos, es importante identificar o descartar causas de fondo.
Fuente: BBC, Londres