29 DE AGOSTO, DIA DEL ABOGADO
Escribe Daniel Volpe (*)
En este día se conmemora el nacimiento de Juan Bautista Alberdi, tucumano de origen y célebre por establecer principios que son pilares en nuestra sociedad, en cuanto a que constituyeron sólidas bases para la sociedad de hoy… que todavía no consolida sus bases.
Una sociedad que acelera su avance, dejando de lado hábitos y costumbres ancestrales, para incorporar novedosos métodos de comunicación, de trabajo y de vida en sociedad, en familia, en pareja y en soledad.
¿Y nosotros, los abogados? ¿Cuál es nuestro rol hoy?
Un querido colega sostenía que “el Derecho se respira”; esto es, el ciudadano común no toma conciencia de que toda actividad que desarrolla está regida por una norma jurídica: si voy a un supermercado, serán normas jurídica las que regulen todos los aspectos relacionados con su instalación; los productos que venderá tendrán también una regulación jurídica en cuanto a su elaboración; la electricidad que utiliza está regulada por otras normas; los empleados que nos atienden están protegidos por leyes; el ticket que emitirá quien nos cobra estará regulado por normas de derecho, y hasta el dinero o la tarjeta de crédito o débito se basa en normativas, que podrán ser públicas, o hasta internas o privadas, que también encuentran su fundamento en aquellas.
Sucede que tomamos conciencia de ello, cuando la actividad del ciudadano entra en conflicto con la Ley, cualquiera sea esta acción, y ese es el momento en el que comenzamos a tomar protagonismo.
Contrariamente al mito urbano que sostiene que somos generadores de conflictos, en realidad nuestro rol primario es tratar de descomprimir el problema, para acudir al Poder Judicial como última instancia.
Somos un trabajador más, como un médico, un mecánico, un periodista o un albañil; un engranaje más que contribuye con la sociedad desde su puesto de trabajo.
En nuestra tarea encontramos los mismos obstáculos que cualquier trabajador que tiene frente a sí a un ser humano con sus necesidades insatisfechas, y en nuestra sociedad, en permanentes y reiteradas crisis en todos los ámbitos, alimenta -desafortunadamente- nuestra labor.
Como abogados, nuestro desafío mayor es mantenernos actualizados con los permanentes cambios legislativos y consecuentes novedades en las sentencias que emiten los señores jueces.
Nos nuclea nuestro Colegio de Abogados, que recepta nuestras inquietudes y necesidades propias de la profesión, y somos magníficamente atendidos por su personal.
Ingresando al ámbito puramente institucional, nuestra ciudad se vio favorecida con la creación del cuarto Juzgado en el ámbito Civil; la Secretaría de Ejecuciones particulares, y la Fiscalía responsable de la lucha contra el narcotráfico. Pero aún existen carencias, que podrían ser satisfechas con la creación de una Fiscalía a cargo de delitos cometidos en el ámbito de la denominada violencia familiar, y una nueva Cámara del Crimen, con sus correspondientes dependencias.
En este día tan especial, va un saludo a mis colegas.
(*) Abogado
