Viajeros Villamarienses/Arequipa/Perú

Arequipa es muy bonita. Tiene mucha historia y una arquitectura realmente hermosa, marcadamente colonial, con iglesias, monasterios, palacios, viejas casonas. Para mí es una joya de ese tipo de ciudades latinoamericanas antiguas. La llaman ‘Ciudad Blanca’ por el tono de buena parte de las construcciones, hechas con sillar, una especie de piedra volcánica que se saca de la región donde está ubicada”.

“Y no solo es lindo el casco histórico, las zonas que rodean al centro también lo son. A eso le tenés que sumar que está rodeada de montañas, que se ven desde varios puntos, y tenés miradores como el de Yanahuara, con sus famosos arcos tipo romanos. Desde esos puntos disfrutas de unas vistas espectaculares, con el volcán Chili y su cima nevada, un emblema de la zona.  Las afueras también conocí, el valle del río Chili. Lo que más me marcó en ese sentido fue el cañón del Colca”.

-Contanos más sobre el cañón del Colca.

-El cañón está en las afueras, a unas cuatro horas de viaje desde Arequipa. Llegas a través de una caminata de tres días. Es uno de los cañones más grandes del mundo, con unos paisajes espectaculares, de aridez con mucha roca y colores, pero también hay verdes. Es uno de los lugares más lindos que he visitado en mi vida.

-¿Ya lo conocías de antes al lugar? Porque no es de los más célebres de Perú.

-No, me enteré una vez que llegué a Arequipa. No tiene tanta promoción turística en el exterior, como lo son los alrededores de Cuzco, con el Machu Picchu y otros sitios de interés natural y arqueológico. Y lo cierto es que me sorprendió cantidad. Se lo recomiendo a todos.

-Volvamos al centro de Arequipa, ¿qué lugar en particular recordás con mayor cariño?

-Todo lo que es la Plaza de Armas y sus alrededores. Precioso, con intenso movimiento, mucha vida en los alrededores. Esa combinación de arquitectura colonial de tonos blancos y gente por todos lados, es para enamorarse. Ahí cerca tenés el mercado, donde también se aprecia la cultura del lugar, la gente.

-¿Y cómo es la gente?

-Muy amable, muy simpática, como en todo Perú. Arequipa es grande, pero mucho menos que Lima, donde la gente por ahí tiene comportamientos de ciudad capital, más impersonal. Los arequipeños siguen teniendo ese estilo de pueblo, de comprar los productos en el mercado, de costumbres más tradicionales. Eso se potencia en los barrios, en la parte de los miradores, por ejemplo.

-¿En qué aspectos de la vida diaria uno puede ver ese costumbrismo?

-En la ropa de las señoras, por caso, con sus vestidos y sus bombines, parecido a lo que ocurre en ciudades y pueblos de Bolivia, pero a menor escala. Eso, como decía, no tanto en el centro, más en los barrios. También se escucha mucho la música del tipo andino, en los espacios públicos, en la calle, muchísimos músicos callejeros, tocando la flauta y otros instrumentos autóctonos.

-¿Qué otras particularidades te sorprendieron de Arequipa?

-El orden que hay, la tranquilidad. Se ve una ciudad muy organizada, con buen sistema de transporte, bien conectada con el resto del país por autopista. Incluso, no se ve inseguridad ni violencia, la gente está muy tranquila. Es un lugar hasta para quedarse a vivir.

Pasaporte

Nombre: Federico Torres

Edad: 35 años

Profesión: molinero

Lo que más me gustó: la arquitectura colonial del centro, lo bien conservado que está todo.

Lo que menos me gustó: nada, la verdad, hasta la terminal de buses es linda.